Las ligas de Bejarano y el golpe a López Obrador: así fue el peor videoescándalo en la historia

Este viernes, el presidente pidió ver los videos que Emilio Lozoya entregó a las autoridades, donde se involucra al ex mandatario, Enrique Peña Nieto, y al ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray

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Este viernes, el presidente pidió ver los videos que Emilio Lozoya entregó a las autoridades, donde se involucra al ex mandatario, Enrique Peña Nieto, y al ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray

El presidente Andrés Manuel López Obrador admitió que tiene interés por ver el video que el ex director de Pemex, Emilio Lozoya, entregó a la Fiscalía General de la República (FGR) e incluso lo describió como un “pago por evento”; sin embargo, sus palabras hicieron recordar uno de los momentos más importantes de la política nacional: el videoescándalo de René Bejarano, el “señor de las ligas”.

Este hecho tan relevante para la política nacional sucedió en marzo del 2004, cuando se desató una disputa en los medios de comunicación, en la cual los protagonistas fueron López Obrador, entonces jefe de gobierno de la Ciudad de México, así como un grupo conformado por el ex presidente Salinas de Gortari, el presidente Vicente Fox, Rosario Robles Berlanga, ex jefa de gobierno de la capital y el empresario Carlos Ahumada.

En ese entonces, durante el noticiero de Brozo, se transmitieron videos en donde se podía ver a René Bejarano, mano derecha de López Obrador, guardándose fajos de billetes sujetados con ligas a un portafolio y al saco de su traje.

Video: Gobierno de México

Otro de los personajes que también se vio implicado en un videoescándalo fue Gustavo Ponce, entonces secretario de Finanzas de la capital, quien fue captado apostando en un casino de Las Vegas, Estados Unidos. Tras estas grabaciones, Ponce pasó 10 años en la cárcel acusado de enriquecimiento ilícito y corrupción.

Estos videoescándalos donde se mostraba a ciertos personajes recibiendo dinero también alcanzaron a Carlos Ímaz, quien era cercano a López Obrador, y ahora ex esposo de la actual jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, lo cual impactó en la imagen del entonces mandatario de la capital.

Con el tiempo se supo que el responsable de la filtración de los videos había sido Carlos Ahumada, quien llegó a ser conocido como “el señor de los sobornos”. Además, tras seguirle la pista, se supo que él era muy amigo y amante de Rosario Robles Berlanga.

(Foto: Presidencia de México)
(Foto: Presidencia de México)

Pero incluso desde antes, la participación de Ahumada había sido de suma relevancia, pues él se encargaba de dar dinero al PRD a cambio de contratos en el gobierno capitalino. Tras los video escándalos, López Obrador tuvo otras complicaciones que dañaron su imagen y perdió la elección presidencial de 2006 en medio de acusaciones de fraude.

En tanto, René Bejarano pasó ocho meses en el Reclusorio Sur, acusado de seis delitos, dos de ellos del fuero federal, como presunto lavado de dinero, pero logró salir luego de pagar una fianza mayor a los 170,000 pesos.

Cuando a López Obrador se le cuestionó acerca de las acciones de Bejarano, el ex jefe de gobierno únicamente mencionó que se trataba de un “complot” generado por la “mafia del poder”, pues aseguró que durante muchos años, varias personas no querían que alcanzara la presidencia de la República.

Este viernes, el presidente pidió ver los videos que Emilio Lozoya entregó a las autoridades, donde se involucra al ex mandatario, Enrique Peña Nieto, y al ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray

Cabe recordar que según confesiones de Ahumada en el libro “Derecho de Réplica”, en algunas de las reuniones en donde se acordó la difusión de los videoescándalos participaron personajes como Diego Fernández de Cevallos y Juan Collado, quien actualmente se encuentra preso en el Reclusorio Norte por los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada.

“No vi el video de Ponce cuando fue difundido en la televisión. Hablaba por teléfono para ver cómo iba la situación y me dijeron que no sólo la Ciudad de México, sino México entero estaba convulsionado con la noticia y que era un escándalo. Llegaron agradecimientos por todos lados, de Diego Fernández, de Carlos Salinas, de Juan Collado, en fin”, se puede leer en el libro editado por Grijalbo.

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