Tras una noche de drogas y excesos, Renee McKinney, de 53 años, salió a la calle con su Nissan Altima el sábado por la mañana. Eran las 11.25 cuando vio una gasolinera en Long Island, Nueva York, y giró bruscamente para ingresar.
Estaba tan desorientada por los estupefacientes que al doblar perdió el control de su auto y se estrelló a toda velocidad contra uno de los surtidores. Del otro lado, llenando el tanque de su Nissan Frontier, se encontraba Rosalie Koenig, de 62 años. Terminó aplastada contra su propio vehículo.
Tras sacarla con mucha dificultad, los equipos de emergencia la llevaron hasta el Hospital Brookhaven Memorial. La gravedad de su cuadro forzó a un nuevo traslado, al Hospital Universitario Stony Brook. Allí murió el domingo por la mañana.
McKinney sufrió heridas leves y fue hospitalizada sólo por precaución. Se encuentra bajo arresto y enfrentará un difícil proceso judicial por provocar un homicidio manejando drogada. La otra ocupante de su auto, Iesha Lemay, de 33 años, resultó ilesa y fue liberada.
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