Comunidades afro del Pacífico celebran el reconocimiento del Viche y sus derivados como bebidas ancestrales

El Gobierno sancionó la ley por medio de la cual se define al Viche y sus derivados como bebidas ancestrales, artesanales, tradicionales y patrimonio colectivo de las comunidades negras afrocolombianas del Pacífico.

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Comunidades afro del Pacífico celebran el reconociendo al Viche y sus derivados como bebidas ancestrales - Foto: cortesía de la Alcaldía de Cali.
Comunidades afro del Pacífico celebran el reconociendo al Viche y sus derivados como bebidas ancestrales - Foto: cortesía de la Alcaldía de Cali.

“Es un momento histórico para nuestra comunidad, para los ancestros, para los que vienen...”, con esa frase, las comunidades negras del Pacífico aplaudieron la decisión del Gobierno nacional de avalar la Ley 2158 del 8 de noviembre de 2021, por medio de la cual se impulsará y protegerá la propiedad intelectual y producción del viche, esto ayudará a formalizar la fabricación de este producto y así la Superintendencia de Industria y Comercio podrá proteger la propiedad intelectual, industrial y comercial de la bebida.

Así mismo, permitirá que el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) ayude a crear el registro sanitario para la producción de esta bebida, según MinCultura, se deberá tener un enfoque étnico para preservar las prácticas ancestrales.

“La Ley va a brindar instrumentos para que sea posible producir el Viche desde la formalidad, obtener los registros sanitarios, los registros de marca y, por supuesto, la denominación de origen para proteger que la producción la sigan haciendo solamente las comunidades del litoral pacífico y que estas puedan tener socios estratégicos para la comercialización de este producto”, explicó la ministra Angélica Mayolo.

En una entrevista para Radio Nacional, con la periodista Karina Prado, Wilmar Murillo, líder comunitario y agricultor del Baudó, aseguró que la noticia va a beneficiar a docenas de familias que viven de la producción del Viche, pues esto les va a permitir abrir el mercado, pero además, que su trabajo tenga el reconocimiento que se merecen tanto económico como ancestral.

“Celebramos con mucho beneplácito y regocijo, en especial los habitantes de la eco región del Baudó, por esta noticia del Viche, porque esta ha sido una de las actividades ancestrales que han practicado por décadas nuestros mayores y han ejercido para mejorar ingresos y la calidad de vida; para nosotros es importante contar con la ley que nos permitirá formalizarnos y, sin duda, crear emprendimiento con el apoyo del Estado colombiano”, recalcó.
Un hombre extrae el jugo de una caña de azúcar en un trapiche artesanal, el 25 de septiembre de 2021, en Buenaventura (Colombia). EFE/ Ernesto Guzmán Jr.
Un hombre extrae el jugo de una caña de azúcar en un trapiche artesanal, el 25 de septiembre de 2021, en Buenaventura (Colombia). EFE/ Ernesto Guzmán Jr.

Eso sí, se dejó claro que el registro sanitario y los papeles que haya que presentar, más los trámites correspondientes serán gratuitos para todas las comunidades y las familias que viven de fabricar la bebida, además, se registrarán según corresponda, ya puede ser en crema de viche, tomaseca o el tumbacatre, balsámica, pipilongo, siempre encima, entre otros.

Ahora, los ministerios del Interior, Comercio, Trabajo y Agricultura deberán diseñar e implementar un programa de fomento a la producción artesanal y comercialización. Así mismo, a través del SENA y el Ministerio de Educación, de la mano del programa de Escuelas Taller de Colombia, se consolidarán programas de formación para la producción de esta bebida.

Según la Asociación de Productores y Transformadores del Viche del Pacífico Colombiano, se estima que entre el 10 y 15 por ciento de las comunidades que habitan en las cuencas de los ríos del Valle, Chocó, Nariño y Cauca se dedican a este oficio. A partir del Viche se han dado muchos derivados como la crema de Viche, la Tomaseca o el Tumbacatre.

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El Gobierno asegura que el Viche tiene un gran potencial de generar desarrollo económico en las comunidades y de mejorar sus prácticas productivas. Esto teniendo en cuenta que el epicentro de promoción y comercialización de la bebida es el Festival Petronio Álvarez, en Cali, pero su consumo se está extendiendo por fuera de los festivales a otras ciudades como Bogotá y Medellín.

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