La defensa de Fernando Sanclemente aseguró que su cliente es “una víctima” en el caso de la ‘narcofinca’

El exembajador alega ser inocente, a pesar de los testimonios en su contra hechos por parte de la familia del exmayordomo de su propiedad quien, aseguró, teme por su vida y pide su libertad.

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La policía encontró y destruyó un laboratorio capaz de producir una tonelada de cocaína al mes en una finca de la familia del embajador de Colombia en Uruguay, Fernando Sanclemente, ubicada a unos 60 kilómetros de Bogotá, según una fuente oficial.
La policía encontró y destruyó un laboratorio capaz de producir una tonelada de cocaína al mes en una finca de la familia del embajador de Colombia en Uruguay, Fernando Sanclemente, ubicada a unos 60 kilómetros de Bogotá, según una fuente oficial.

Bajo el argumento de que no tiene nada que ver con las actividades ilícitas que se llevaron a cabo en la denominada ‘narcofinca’, el abogado defensor de Fernando Sanclemente, Iván Cancino, aseguró que su cliente era una víctima en el caso.

“Asistimos al interrogatorio del doctor Fernando Sanclemente. Fue un interrogatorio de una hora donde él explicó perfectamente a la Fiscalía todos los hechos en su calidad más bien de víctima, entregamos versiones y demás documentos que respaldan su dicho”, explicó Cancino.

Ante el fiscal séptimo delegado ante el Tribunal de Bogotá, Daniel Hernández, el acusado y su defensa rindieron interrogatorio sobre el caso de tres laboratorios dedicados al procesamiento de coca en una finca en Guasca, Cundinamarca, en una finca que fue propiedad de Sanclemente.

Tras una hora de audiencia, ahora queda en manos del ente acusador si el exembajador colombiano en Uruguay está o no involucrado en actos delictivos relacionados con narcotráfico.

“Me siento muy tranquilo. Absolvimos cualquier duda que tenía la Fiscalía sobre los hechos frente al hallazgo de los laboratorios (...) Aquí está una persona y una familia honorable, desde febrero, en el país afrontando este doloroso momento y siempre colaborando con la justicia”, le dijo Sanclemente a los periodistas que lo esperaban a las afueras del búnker de la Fiscalía.

El descubrimiento de los laboratorios, y las denuncias de la esposa y de la hija de quien fuera el mayordomo principal de la finca, Laureano Martínez, quienes aseguraron que Sanclemente había ordenado quemar evidencias que lo involucraban directamente con los actos ilícitos ocurridos en la hoy conocida ‘narcofinca’, pusieron en aprietos legales al exembajador, de los que espera salir bien librado tras las pruebas que presentaron a su favor en la audiencia.

Salimos muy satisfechos con la diligencia y esperamos que este tema se resuelva a la mayor brevedad posible a favor del doctor Sanclemente, además con la seguridad de que nadie podrá utilizar un principio oportunidad para inculparlo de actividad ilícita alguna”, explicó el abogado defensor en el caso.

Por su parte, la defensa de Laureano Martínez, encabezada por el abogado Víctor Eduardo Muñoz, solicitó la libertad del exmayordomo de la finca bajo el concepto de vencimiento de términos, además, denunció que la vida de su cliente corre peligro debido a que su caso ya es de público conocimiento, y por su condición de testigo clave en una investigación propia de la Fiscalía General de la Nación.

“Lamentablemente la Fiscalía hasta el momento no nos ha definido el principio de oportunidad, pero esta defensa no puede dar espera para proteger la vida de mi cliente”, sentenció Muñoz.

Por este caso, además de la privación de la libertad de Laureano Martínez, y el otro mayordomo de la finca, Gustavo Bejarano, están condenados a ocho años y seis meses de prisión Jhon Jairo Morales Zambrano, Jhefer Iván Castillo Gómez, Cristian Aníbal Gómez Venegas, Dumer Gustavo Bohórquez Daza y Pablo Emilio Castillo Perilla.

La narcofinca

El establecimiento fue descubierto y allanado tras un operativo adelantado por la Policía y la Fiscalía General, allí, además de encontrar la cocaína 10 mil gramos del alcaloide, se encontró que habían trabajadores que estaban durante extensas jornadas para no parar la producción de cocaína durante las 24 horas del día.

Dentro de la finca, los trabajadores tenían dormitorios y todos los insumos necesarios para vivir y trabajar allí. Los investigadores encontraron también, un inventario en donde se llevaba el reporte de los pagos a nómina consignados a los empleados de la ‘narcofinca’, y una lista con el presupuesto destinado a la compra de materiales para la producción del narcótico.