Colombia despedirá finalmente a las víctimas de la matanza de Bojayá 17 años después

Una semana después de haber recibido los restos, la comunidad dará el último adiós a muchos de los que murieron aquel 2 de mayo de 2002 cuando una bomba lanzada por las FARC durante un combate con paramilitares cayó en la iglesia donde se había refugiado parte del pueblo y mató a por lo menos 79 personas, aunque otras cifras hablan de 119 muertos y decenas de heridos

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Así quedó la iglesia de Bojayá, Chocó, cuando las FARC lanzaron un explosivo en medio de un enfrentamiento con paramilitares. Toda la gente del pueblo se había refugiado ahí.
Así quedó la iglesia de Bojayá, Chocó, cuando las FARC lanzaron un explosivo en medio de un enfrentamiento con paramilitares. Toda la gente del pueblo se había refugiado ahí.

La comunidad de Bojayá, que en 2002 vivió una de las matanzas más cruentas del conflicto armado colombiano, comenzará mañana la despedida final a las víctimas mortales de esa masacre, colofón de una lucha de 17 años de sus familiares para identificarlas.

Una semana después de haber recibido los restos, Bojayá dará el último adiós a muchos de los que murieron aquel 2 de mayo de 2002 cuando una bomba lanzada por las FARC durante un combate con paramilitares cayó en la iglesia donde se había refugiado parte del pueblo y mató a por lo menos 79 personas, aunque otras cifras hablan de 119 muertos y decenas de heridos.

Llegada de los restos

El lunes pasado, los habitantes Bojayá, una remota localidad del selvático departamento del Chocó (oeste), recibieron los restos de cerca de un centenar de víctimas para darles sepultura definitiva.

En una ceremonia realizada en la iglesia San Pablo Apóstol, la misma en la cayó el cilindro bomba, los familiares de las víctimas clamaron que no se derrame más sangre en su pueblo.

El traslado a Bojayá de los 98 féretros de madera, de color marrón para los adultos y blanco para los niños, cada uno con el nombre de la víctima en un papel pegado en la parte frontal, fue una operación compleja que comenzó en Medellín.

En esa ciudad fueron identificados en los últimos años los restos y trasladados a Bojayá el pasado lunes en dos helicópteros de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia.

La masacre de Bojayá
La masacre de Bojayá

Explicaciones y despedida

Desde el martes pasado y hasta este sábado, la Fiscalía dio a los familiares de las víctimas las explicaciones técnico-científicas sobre cómo fue el proceso de identificación de los cadáveres.

Este domingo comenzarán los actos de despedida con una eucaristía que oficiará monseñor Juan Carlos Barreto, obispo de la diócesis de Quibdó, capital del Chocó.

“Luego de esta eucaristía vamos a tener un acto público en el que las entidades que han liderado este proceso y el Gobierno Nacional, acompañado de la comunidad internacional, van a conversar con la comunidad de Bojayá sobre cómo se llevó a cabo la identificación de las víctimas”, dijo a periodistas José de la Cruz Valencia, miembro del Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá.

Según explicó, los pobladores aprovecharán ese espacio para poner sobre la mesa algunos temas que les preocupan, como son las garantías de no repetición porque en la región operan todavía grupos armados ilegales que están “generando bastante temor, desplazamiento y confinamiento de algunas comunidades”.

“Se solicitan garantías efectivas de no repetición, la comunidad después de lo que nos ha tocado vivir quiere vivir verdaderamente en paz, en tranquilidad, en este territorio hermoso”, añadió.

Reencuentro

En la tarde del domingo habrá un espacio privado de reencuentro de familiares y víctimas, un momento que, según Valencia, dará inicio al velatorio.

Básicamente desaparecieron nuestros familiares el 2 de mayo y no hubo la oportunidad de encontrarse con un cuerpo del que pudiéramos despedirnos”, afirmó.

En la noche continuarán el velatorio con rezos de los “sabedores y rezanderos” de la comunidad para recordar a las víctimas de la matanza.

Último adiós

En la mañana del lunes se celebrará otra eucaristía que, una vez concluida, dará paso a un cortejo fúnebre hasta el cementerio donde los restos serán inhumados en un mausoleo con estructura de madera y bóvedas de mármol construido en homenaje a las víctimas.

“Será un recorrido por el centro del pueblo y a partir de las 10 de la mañana se comienzan a inhumar los cuerpos en el lugar de disposición final. A partir de esa noche se inician las novenas que terminan el 26 de noviembre con el levantamiento de tumbas”, apostilló Valencia.

Durante el novenario serán sembrados 100 árboles en memoria de las víctimas para que finalmente puedan descansar en paz.

(Con información de EFE)