Seis muertos y más de 27.000 afectados por las lluvias en Ecuador

Las aguas ya han destruido cincuenta viviendas

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La fuerza del agua destruyó viviendas en Bolivar.

Las pérdidas ocasionadas por las intensas lluvias que han afectado varias zonas de Ecuador han dejado seis muertos –uno en Manabí, tres en Azuay uno el El Oro y otro en Santo Domingo de los Tsáchilas–; más de 27.000 personas afectas, 50 casas destruidas y 5.401 perjudicadas. Estos fenómenos climáticos han provocado el desbordamiento de 35 ríos, resultando en inundaciones de distintas magnitudes. Las provincias más afectadas por esta emergencia son Guayas, Los Ríos, Esmeraldas, Manabí y El Oro, donde se concentran la mayoría de las víctimas y los daños a la infraestructura.

Desde el 29 de enero el 21 de febrero de 2024, por lluvias se han registrado 567 eventos peligrosos en 23 provincias, afectando a 122 cantones. Los eventos más recurrentes son los siguientes: inundaciones (62,1%), deslizamientos (19,7%), colapso estructural (8,1%), socavamientos (3%), vendaval (3%) y hundimiento (1,6%), según el último reporte de la Secretaría de Gestión de Riesgos. Además, se han registrado 170 desbordamientos de ríos, cascadas u otros cuerpos de agua: 36 en la provincia de Guayas, 36 en la provincia de Los Ríos, 33 desbordamientos en la provincia de Manabí, 30 en la provincia de Esmeraldas, 11 en la provincia del El Oro, nueve en Bolívar, cuatro en la provincia de Pichincha, tres en Zamora Chinchipe, tres en Morona Santiago, dos en Loja, uno en Azuay, uno en Carchi y uno en Santa Elena.

En Guayaquil, la ciudad capital de la provincia de Guayas, las fuertes lluvias durante dos noches consecutivas han causado inundaciones en algunas áreas; sin embargo, los mayores impactos se han registrado en Posorja, una localidad costera. Según los pronósticos del tiempo, se espera que a lo largo de los días continúen las precipitaciones con intensidad leve a moderada en varias zonas del litoral ecuatoriano. El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inmahi) ha indicado que persisten extensas áreas nubosas en la región costera norte y central, lo cual señala condiciones inestables; mientras tanto, se prevén tormentas eléctricas localizadas en el sur, especialmente en áreas serranas y costeras.

Las inundaciones han afectado a las vías de comunicación entre poblados (Comisión De Tránsito Ecuador/via REUTERS )
Las inundaciones han afectado a las vías de comunicación entre poblados (Comisión De Tránsito Ecuador/via REUTERS )

Se prevé que las condiciones en el mar frente a la costa de Ecuador sean un poco agitadas, según el pronóstico del Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada ecuatoriana (Inocar). Las intensas lluvias en las provincias costeras desde el domingo 18 de febrero se han relacionado tanto con El Niño como con la presencia de un Complejo Convectivo de Mesoescala (CCM). Este fenómeno meteorológico, según el Instituto Nacional de Hidrología y Meteorología (Inamhi), es una extensa formación nubosa que causa acumulaciones significativas de lluvia. Se espera que estas condiciones adversas continúen, con riesgo de más inundaciones, vientos fuertes y posiblemente tornados.

Los estragos causados por estas lluvias se han evidenciado con desbordamientos de ríos, provocando inundaciones y daños en lugares como Echeandía y Caluma, en Bolívar. En Echeandía, cinco viviendas fueron arrastradas por la corriente; mientras que en Caluma se reportaron inundaciones en cinco áreas y daños notables en infraestructuras como puentes, además de varios hogares que sufrieron daños por la entrada de agua y lodo, causando problemas a nueve familias y la destrucción de un centro turístico. Además, se reportaron daños en 50 metros de carretera. En Chimborazo, un deslizamiento de tierra en Lumas ha dejado incomunicadas a las localidades Alausí y Huigra.

La intensidad del temporal responde a El Niño, que aumenta la temperatura del mar; la Zona de Convergencia Intertropical, responsable de las intensas lluvias estacionales; y la circulación de vientos en la troposfera, junto con el impacto restante de la fase activa de la Oscilación Madden-Julian. Estos componentes combinados impactan en los patrones climáticos locales, provocando las precipitaciones abundantes de los últimos días, según reportó la Secretaría de Gestión de Riesgos.