El faraónico canal interoceánico que Daniel Ortega prometió junto a China y quedó en la nada

El dictador nicaraguense lo presentó como “la obra de ingeniería más grande del mundo en toda la historia de la humanidad”

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Daniel Ortega y el empresario chino Wang Jing celebraron en 2012 el proyecto que debería llevar a Nicaragua a tener un canal interoceánico en 2019. (Foto 19 Digital)
Daniel Ortega y el empresario chino Wang Jing celebraron en 2012 el proyecto que debería llevar a Nicaragua a tener un canal interoceánico en 2019. (Foto 19 Digital)

Que Daniel Ortega fustigue al “imperialismo norteamericano” en sus discursos es la regla, más que la excepción. Que hablé del canal interoceánico por Nicaragua sucede de vez en cuando. Pero, esta semana habló de ambos en una misma oración. Culpó, por primera vez, al “gobierno norteamericano” del fracaso de la gran obra de ingeniería que pretendía, según sus cuentas, sacar a Nicaragua de la pobreza en seis años.

Estados Unidos, dijo cuando recibió en Managua al presidente iraní Ebrahim Raisi, “siempre (está) buscando cómo dominar Nicaragua para tener control de esa ruta canalera”.

“Cuando hemos hablado en Nicaragua y hemos estado trabajando para desarrollar el canal, inmediatamente viene la campaña de las fuerzas enemigas de la revolución, del gobierno norteamericano, etcétera, que empiezan con sus ofensivas, para tratar de impedir que ese proyecto camine”, se quejó Ortega.

Según el dictador nicaragüense, Estados Unidos pretende tener el control sobre Nicaragua “para que ningún otro país pueda desarrollar el canal”, en tiempos en los cuales, el vecino canal de Panamá resulta insuficiente para el actual tráfico naval.

“En algún momento será una realidad aquí en Nicaragua un canal. ¿Por qué? Porque, es cierto, hay un canal por Panamá, que ha sido ampliado, pero las demandas del tráfico internacional son tan grandes que se hace necesario el canal por Nicaragua, pero el canal por Nicaragua (es necesario) para los pueblos, para la paz, para el mayor desarrollo de la economía de nuestro país”, dijo Ortega en otro discurso un año antes, en septiembre de 2022.

El régimen nicaragüense presentó el proyecto canalero en 2012, como una especie de panacea que sacaría a Nicaragua de la pobreza. El 13 de junio de ese año, la Asamblea Nacional aprobó en solo tres horas la construcción del canal, con 61 votos a favor, 25 en contra, dos ausentes y una abstención.

El Gran Canal atravesaría Nicaragua de Este a Oeste, pasando por el Gran Lago. (Gráfico de La Prensa)
El Gran Canal atravesaría Nicaragua de Este a Oeste, pasando por el Gran Lago. (Gráfico de La Prensa)

La Ley 840 otorgó la concesión por 50 años, prorrogables por el mismo periodo, a la empresa china HK Nicaragua Canal Development (HKND), representada por el empresario chino de telefonía Wang Jing, de quien se dijo entonces que era uno de los hombres más ricos de China y se ubicaba entre los 200 más ricos del mundo.

El canal uniría el mar Caribe con el océano Pacífico a través de una vía húmeda de 278 kilómetros de longitud, de 230 a 520 metros de ancho y de 30 metros de profundidad. Fue anunciado como “la obra de ingeniería más grande del mundo en toda la historia de la humanidad”.

Wang Jing y sus socios prometieron invertir 50 mil millones de dólares, activar unos 50 mil nuevos empleos y duplicar el producto interno bruto (PIB) del país en los próximos cinco años. El canal debía estar construido, inicialmente, para el 2019.

El régimen de Ortega manejaba cifras alegres. Paul Oquist, entonces ministro secretario privado para Políticas Públicas de Nicaragua, dijo en junio del 2013 que el canal elevaría el crecimiento del producto interno bruto (PIB) de Nicaragua hasta en un 15 % para 2015, y que el empleo formal pasaría en 623,458 personas que existían en 2013 a 1.9 millones cuando el canal estuviese construido.

El 22 de diciembre de 2014, en una más bien improvisada ceremonia, a la que se llevó maquinaria de construcción de algunas alcaldías del país, se inauguró en el departamento costero de Rivas la construcción del llamado Gran Canal de Nicaragua.

“Esta tierra bajo nuestros pies va a permanecer en la historia, esta tierra junto con nuestro trabajo va a dar paso a un país más fuerte y a un pueblo más feliz. Esta tierra y el canal, junto con las empresas nicaragüenses, chinas e internacionales, van a permanecer en la memoria como una historia inolvidable”, expresó Wang Jing en su discurso ante un grupo de estudiantes llevados para la ocasión, y algunos funcionarios, entre quienes estaban Laureano Ortega Murillo, hijo de Daniel Ortega y Rosario Murillo, y el entonces vicepresidente del país, general en retiro Omar Halleslevens.

Sin embargo, dos años más tarde, en 2016, el diario La Prensa, envió un equipo periodístico a la zona de construcción del canal y solo encontró charcos y animales pastando por donde debía estar abriéndose la gran zanja que cruzaría el país de Este a Oeste.

El 2015 fue un mal año para Wang Jing. Según el Índice de Billonarios de la agencia de Bloomberg, el empresario chino vio reducirse su fortuna personal en un 84 por ciento en solo cuatro meses, debido a la brutal caída de las acciones de la telefónica Xinwei, el principal negocio de Jing. De los 10,200 millones de dólares en que se calculaba su fortuna para 2014, pasó a 1,100 millones en 2015, de acuerdo con esta agencia especializada.

Dos años después de la inauguración de su construcción, solo charcos y animales pastando se encontraban en la ruta donde debería estar construyéndose el canal. (Foto La Prensa)
Dos años después de la inauguración de su construcción, solo charcos y animales pastando se encontraban en la ruta donde debería estar construyéndose el canal. (Foto La Prensa)

Un economista nicaragüense consultado por Infobae considera que inicialmente había intención real del régimen de Ortega de construir el canal por Nicaragua, pero luego descubrió que era imposible ejecutar el proyecto y se convirtió “en un proyecto de humo”.

El experto, que pide anonimato por seguridad, expone las cinco principales razones que, a su crietrio, explican el fracaso del gran canal por Nicaragua:

1) El costo de hacer el canal no era de 50 mil millones de dólares, sino de 100 mil millones de dólares. El doble a lo anunciado.

2) La resistencia campesina. Se produjeron más de cien movilizaciones, lo significaba una inestabilidad para el proyecto.

3) La firma del proyecto le sirvió a China a conseguir mayores concesiones en Panamá. Concesiones que obtuvieron para tener mayores incidencias sobre el canal de Panamá

4) El otro objetivo de China era obtener la posibilidad de construir “un puerto hub” (puerto pivote o trampolín) en el pacífico para concentrar carga de diferentes procedencias y destinos, para su posterior redistribución. Concesión que obtuvieron en El Salvador, y este martes en Honduras. Este puerto que estaría en el Golfo de Fonseca. Ambas concesiones no han provocado ninguna resistencia social. Por lo tanto, menos costos geopolíticos para China.

5) Construir un canal se podía interpretar por los Estados Unidos como un enfrentamiento, lo cual no va con su estrategia de envolvimiento que China desarrolla. La estrategia china en Centroamérica es “paso a paso”, no de enfrentamiento. Por lo tanto, tomaron en cuenta declaraciones de (Henry) Kissinger, quien dijo que la construcción de un canal por Nicaragua significaría un reto para Estados Unidos.

El Gran Canal de Nicaragua, es solo uno de los muchos proyectos faraónicos que Daniel Ortega ha prometido en sus 16 años de gobierno y que no han pasado de su presentación en maquetas.

Entre otros grandes proyectos, Ortega ha anunciado la construcción de una central hidroeléctrica en Tumarín, con capital brasileño; una refinería que abastecería de combustible a todo Centroamérica; un megaproyecto de riego con agua del Gran Lago; una red de ciclovías; un puerto de aguas profundas en el Caribe; satélites, trenes y Metrobús para Managua.

Nada de esto se ha cumplido y siempre queda “el imperialismo norteamericano” para explicar su fracaso.

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