El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (Minrex) desestimó la acusación de Estados Unidos sobre una supuesta responsabilidad del país isleño en las manifestaciones que desde hace varias semanas sacuden a distintas naciones del continente.
“Los más recientes acontecimientos en la región confirman al Gobierno de Estados Unidos y a las oligarquías reaccionarias como los principales responsables de la peligrosa convulsión e inestabilidad política y social de América Latina y el Caribe”, comienza la declaración.
Luego destaca que, “en este complejo escenario, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en México enfrenta el neoliberalismo y defiende los principios de no intervención y respeto a la soberanía, mientras la elección de Alberto Fernández y Cristina Fernández como Presidente y Vicepresidente en Argentina expresa el rechazo inequívoco de esa nación a las fórmulas neoliberales que la empobrecieron, endeudaron y dañaron seriamente a su pueblo. La liberación de Lula es un triunfo de los pueblos, y Cuba reitera su llamado a la movilización mundial por el reclamo de su plena libertad, la restitución de su inocencia y de sus derechos políticos”.
El Minrex achaca las “legítimas protestas y las masivas movilizaciones populares” que se registran en Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Brasil a la pobreza y la creciente desigualdad en la distribución de la riqueza.
Entre otras de sus causas, citó las fórmulas neoliberales que agravan “la excluyente e insostenible situación de vulnerabilidad social, la ausencia o precariedad de los servicios de salud, educación y seguridad social, el desempleo y la restricción a los derechos laborales, la privatización, encarecimiento y cancelación de servicios públicos, así como el incremento de la inseguridad ciudadana".
Asimismo, imputa a EEUU defender y apoyar la represión contra manifestantes con el pretexto de salvaguardar el supuesto “orden democrático”. Tacha de “calumnia norteamericana” las supuestas responsabilidades atribuidas a Cuba en la organización de las movilizaciones populares contra el neoliberalismo en Sudamérica. Esto, argumenta, constituye una “increíble excusa” con el fin de justificar y endurecer el bloqueo económico y la política hostil contra la isla.
La Cancillería cubana denunció que el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, acusó “amenazadoramente” -el pasado lunes- a Cuba y Venezuela de ayudar a elevar la agitación en los países de la región. A su vez, acusó al funcionario estadounidense de tergiversar y manipular la realidad y de ocultar la “permanente intervención” de Washington en América Latina y el Caribe, como elemento central de la inestabilidad regional.
La declaración asegura que Cuba está comprometida con “los principios de soberanía, no intervención en los asuntos internos de otros Estados y el derecho de cada pueblo a elegir y construir libremente su sistema político, en un ambiente de paz, estabilidad y justicia”.
Además, reitera su solidaridad con Evo Morales, quien renunció a la presidencia de Bolivia presionado por las Fuerzas Armadas, así como con los gobiernos de Venezuela, Nicaragua y Dominica, ante las crisis en esos países que atribuye a la injerencia de EEUU.
Desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2017, el presidente Donald Trump ha endurecido la política hacia Cuba con reducciones del personal diplomático, el endurecimiento del embargo comercial y financiero, restricciones a los cruceros y limites a los viajes de estadounidenses a la isla y en los últimos meses con nuevas medidas de presión.
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