El Senado brasileño aprobó la reforma previsional de Jair Bolsonaro

El proyecto, resistido por sindicatos y la minoritaria representación parlamentaria de izquierdas, estima una meta de ahorro estatal cercana a unos 217.500 millones de dólares en un plazo de diez años. Según el Gobierno, permitirá poner fin al crónico déficit fiscal del país

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El Senado de Brasil (EFE)
El Senado de Brasil (EFE)

El pleno del Senado brasileño le dio este martes la segunda y definitiva sanción a la reforma de las jubilaciones promovida por el Gobierno de Jair Bolsonaro, que tiene en ese proyecto su gran apuesta para recuperar la economía del país.

La aprobación en esta segunda vuelta era prevista y se dio por 60 votos a favor frente a 19 en contra, un resultado que ratificó el firme respaldo al proyecto en un Parlamento de neto talante liberal y mayoritariamente alineado con las ideas económicas del Gobierno que preside Bolsonaro.

El polémico proyecto, resistido por sindicatos y la minoritaria representación parlamentaria de izquierdas, plantea una meta de ahorro que se calcula cercana a 870.000 millones de reales (unos 217.500 millones de dólares) en un plazo de diez años, lo que según el Gobierno permitirá poner fin al crónico déficit fiscal del país.

Para alcanzar esa meta, la reforma establece una edad mínima para el acceso a la jubilación, que hasta ahora no era un requisito en Brasil, y que pasará a ser de 62 años para las mujeres y de 65 para los hombres.

Jair Bolsonaro (REUTERS/Lucas Jackson)
Jair Bolsonaro (REUTERS/Lucas Jackson)

También impone un tiempo mínimo de contribución a la seguridad social de 15 años para las mujeres y de 20 años para los hombres que aspiren a la jubilación, entre muchas otras normas que la izquierda ha denunciado como una “eliminación de derechos” que los brasileños habían adquirido a lo largo de décadas.

La propuesta original apuntaba a un ahorro fiscal de al menos un billón de reales (unos 250.000 millones de dólares), pero diversas alteraciones impuestas durante el trámite parlamentario redujeron esa cifra, aunque el Gobierno considera, de todos modos, se trata de una reforma fundamental para ordenar las cuentas públicas.

El proyecto fue presentado como enmienda constitucional, lo que suponía un engorroso trámite parlamentario y dos votaciones en la Cámara baja y otras dos en el Senado. En ambos casos, se requerían mayorías calificadas que fueron ampliamente superadas en cada una de las votaciones.

Esta reforma es la gran apuesta del Gobierno para intentar recomponer una economía cuyo Producto Interno Bruto (PIB) perdió siete puntos porcentuales entre 2015 y 2016, se expandió un insuficiente 1 % anual en 2017 y en 2018 y que este año crecerá en torno a un 0,8 %, según las últimas proyecciones.

(Con información de EFE)

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