Las olas de calor fueron los eventos meteorológicos extremos más mortíferos de 2025, según WWA

Investigadores de World Weather Attribution advierten que la intensidad y frecuencia sin precedentes del calor extremo en diferentes continentes fue alimentada por el calentamiento global, que convirtió a 2025 en uno de los años más peligrosos para poblaciones vulnerables

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Los expertos de World Weather Attribution (WWA) advirtieron en su informe anual que el cambio climático ya está empujando a millones de personas al límite de su capacidad de adaptación ante eventos meteorológicos extremos. Según detalló el medio, las olas de calor no solo aumentaron en frecuencia y alcance, sino que en 2025 se convirtieron en los fenómenos meteorológicos más letales, destacando la creciente amenaza que representa el calentamiento global para poblaciones vulnerables.

El balance anual de WWA, publicado este martes, subraya que las temperaturas medias globales alcanzaron niveles excepcionalmente altos a lo largo de 2025, incluso cuando condiciones como El Niño y la Oscilación del Sur transitaban una fase fría. De acuerdo con la revisión de seis olas de calor recientes, el informe concluyó que la temperatura global aumentó 0,3ºC desde 2015, año en que se firmó el Acuerdo de París. Según publicó la asociación científica, gran parte de estos eventos extremos muestran efectos que recaen de manera desproporcionada sobre comunidades marginadas y grupos vulnerables, realzando las desigualdades tanto en impactos como en la capacidad de respuesta.

En total, World Weather Attribution identificó 157 fenómenos meteorológicos extremos relevantes en el año, los cuales cumplen criterios específicos de impacto humanitario. Entre ellos, las olas de calor y las inundaciones resultaron ser los más frecuentes, con 49 eventos cada uno, seguidos por tormentas (38), incendios forestales (11), sequías (7) y olas de frío (3). El informe consignó que, tras un análisis detallado de 22 eventos —distribuidos en África, América, Asia, Europa y Oceanía—, al menos 17 mostraron un agravamiento o una mayor probabilidad de ocurrencia asociada al cambio climático. Cinco eventos más presentaron resultados no concluyentes, principalmente debido a la escasez de datos meteorológicos y a restricciones en los modelos climáticos disponibles para estudiar estos sucesos, especialmente en países del Sur Global.

El reporte, citado por el medio, también señaló un aumento considerable en la peligrosidad de las olas de calor: en algunos casos estos episodios extremos se han vuelto hasta diez veces más probables en comparación con décadas pasadas. Los científicos subrayaron que lugares como Sudán del Sur, Burkina Faso, Noruega, Suecia, México, Argentina e Inglaterra sufrieron durante 2025 olas de calor cuya gravedad se vio intensificada por el calentamiento global.

Las olas de calor no fueron el único tipo de fenómeno mortal destacado en el informe. WWA resaltó que tanto ciclones como tormentas tropicales demostraron un alto poder destructivo: más de 1.700 personas perdieron la vida en Asia y el Sudeste Asiático a causa de tormentas que impactaron la región de forma simultánea, generando además pérdidas económicas que se cuentan en miles de millones. Además, el huracán Melissa ocasionó daños severos en Jamaica apenas unas semanas antes de la publicación del informe.

Sobre los efectos de estas tormentas, World Weather Attribution remarcó que sus estudios muestran que el cambio climático no sólo incrementó la probabilidad de lluvias extremas vinculadas a ciclones y tormentas tropicales, sino que también potenció la magnitud de incendios forestales importantes como el de Palisades, en Los Ángeles, y otros ocurridos en el sur de España.

El informe pone atención en la relación entre los patrones meteorológicos atípicos y el incremento de emisiones de gases de efecto invernadero. Según reportó la asociación, la persistente dependencia de combustibles fósiles está directamente relacionada con el aumento de temperaturas y los impactos asociados. Friederike Otto, cofundadora de WWA y académica en el Imperial College de Londres, fue citada en el informe por afirmar que los riesgos atribuibles al cambio climático son cada vez “menos hipotéticos y más brutales”. Otto señaló: “Nuestro informe muestra que, a pesar de los esfuerzos por reducir las emisiones de carbono, estos no han logrado prevenir el aumento de la temperatura global ni sus peores impactos. Los responsables de la toma de decisiones deben afrontar la realidad de que su continua dependencia de los combustibles fósiles está costando vidas, millas de millones en pérdidas económicas y causando daños irreversibles a comunidades de todo el mundo”, aseguró la científica según consignó WWA.

El documento de la organización internacional recalcó que, aunque se han identificado avances en la reducción de emisiones y ciertas políticas de adaptación, la aceleración de los eventos meteorológicos extremos exige recortes más drásticos en el consumo de combustibles fósiles. WWA recomendó disminuir tanto la vulnerabilidad como la exposición de las poblaciones, recordando que esto salva vidas y reduce la escala de las pérdidas materiales. Entre las recomendaciones, la asociación solicitó que los gobiernos prioricen políticas enfocadas específicamente en la protección de los grupos más afectados y en mejorar los sistemas de monitoreo y análisis en regiones donde la falta de datos limita el estudio de fenómenos extremos.

Según el balance de WWA, la confluencia de factores meteorológicos, climáticos y socioeconómicos en 2025 consolidó el año como uno de los más peligrosos registrados para las poblaciones expuestas a estos riesgos. El informe detalla que las olas de calor, las lluvias torrenciales, los ciclones tropicales y los incendios presentaron patrones de ocurrencia e intensidad que se alejan del promedio histórico, y evidencia una tendencia ascendente en la frecuencia de estos episodios desde el Acuerdo de París.

La organización reiteró que la desigualdad en el impacto del cambio climático se refleja también en la limitada capacidad de algunas sociedades para recopilar datos y desarrollar modelos climáticos efectivos. Esta carencia afecta principalmente al Sur Global, restringiendo el alcance de los estudios y la efectividad de las acciones de mitigación y adaptación. Por último, World Weather Attribution insistió en la necesidad de fortalecer la investigación y la cooperación internacional para comprender mejor cómo los cambios observados en 2025 anticipan un futuro en el que los extremos meteorológicos serán más severos y recurrentes.