Malí lanza nuevos bombardeos contra "posiciones terroristas" al oeste de Bamako y en la región de Tombuctú

Militares malienses realizaron ataques aéreos en áreas cercanas a Sorribougou y Léré contra sitios vinculados a grupos radicales, tras el bloqueo de combustible impuesto por una filial de Al Qaeda que busca presionar al gobierno bajo control de la junta militar

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La Fuerza Aérea de Malí realizó ataques aéreos en las cercanías de Léré, en la región de Tombuctú, dirigidos a una base y un refugio utilizados por grupos armados, según reportó el Estado Mayor del Ejército en su cuenta de Facebook. De acuerdo con la información recogida por Europa Press, estas acciones forman parte de una serie de bombardeos efectuados en respuesta al bloqueo impuesto desde septiembre por la filial de Al Qaeda en el Sahel, el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), que busca restringir el acceso de combustible desde países vecinos para presionar al gobierno militar dirigido por Assimi Goita.

Los ataques aéreos también alcanzaron posiciones identificadas como “terroristas” al sur de Sorribougou, en la región de Kita, ubicada al oeste de Bamako. Según detalló Europa Press, las autoridades militares no han especificado a qué organización pertenecen las personas señaladas ni han presentado un balance oficial sobre víctimas o daños a consecuencia de estas acciones. El Ejército reconoció los bombardeos como parte de una respuesta directa a la intensificación de los ataques y ofensivas del JNIM, grupo que durante las últimas semanas ha reivindicado agresiones contra convoyes de combustible que circulaban escoltados por las fuerzas militares malienses.

La actual campaña militar se inscribe en un contexto de tensión tras las sanciones impuestas por el JNIM, que desde septiembre mantiene bloqueados los suministros energéticos hacia zonas controladas por la junta militar. Según publicó Europa Press, este bloqueo forma parte de una estrategia de presión orientada a debilitar logística y económicamente a la administración gobernante, que asumió el poder tras los golpes de Estado de agosto de 2020 y mayo de 2021.

La situación política en Malí se caracteriza desde 2020 por el control militar, con Assimi Goita a la cabeza como presidente de transición luego de los dos golpes mencionados. El medio Europa Press informó que el gobierno instalado ha desarrollado vínculos más estrechos con Rusia, al tiempo que se aleja tanto de Francia como de antiguos aliados occidentales. La estrategia internacional del gobierno de transición, marcada por este giro en política exterior, ha influido en la dinámica de los actuales enfrentamientos en el terreno y en la manera en que la junta responde a los ataques de grupos radicales.

El JNIM, señalado frecuentemente en los comunicados militares como instigador de la violencia reciente, declaró públicamente su responsabilidad en diversas emboscadas y ataques a convoyes de combustible. Los hostigamientos han elevado la presión sobre las fuerzas de seguridad desplegadas en distintos puntos del país, mientras la población enfrenta incertidumbres económicas y problemas de abastecimiento debido al bloqueo de suministros. Según consignó Europa Press, la escalada de agresiones también persigue como objetivo inmediato la desestabilización del actual régimen militar, desafiando la autoridad de la junta y poniendo a prueba su capacidad de respuesta.

Las operaciones registradas en las regiones de Kita y Tombuctú forman parte de un esfuerzo prolongado del Ejército para establecer el control sobre áreas en disputa y limitar el radio de acción de grupos radicales que operan en el país y en el conjunto del Sahel. El Estado Mayor, sin aportar cifras concretas sobre víctimas o daños, confirmó la continuación de los operativos aéreos para proteger los convoyes y disuadir nuevos intentos de bloqueo. Europa Press subrayó que la falta de balances oficiales se mantiene a pesar del impacto humanitario y logístico detectado en múltiples comunidades a lo largo de las rutas bloqueadas.

La estrategia militar de la junta se refuerza mediante ataques preventivos y acciones orientadas a desarticular la infraestructura logística y de refugio de las facciones armadas. La coordinación con otros aliados regionales y la redefinición de alianzas internacionales, consignó Europa Press, configuran el nuevo marco de respuesta ante las amenazas del JNIM y de otros conjuntos extremistas que buscan desafiar el monopolio de fuerza estatal sobre el territorio maliense.