Si no se abordan los determinantes sociales, no se reducirá la prevalencia de la obesidad, según la SEEDO

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que, junto a la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), han querido visibilizar, en el marco del Día de la Lucha contra la Obesidad, una doble desigualdad que afecta a las personas con obesidad: convivir con una enfermedad crónica y, a su vez, enfrentarse a importantes barreras estructurales para prevenirla y tratarla.

"Así, las personas que más necesitan apoyo son, precisamente, quienes más complicado tienen recibirlo", añade el doctor Bellido, quien asevera que "es necesario trabajar activamente para cambiar la forma en que se concibe la obesidad dentro y fuera del sistema sanitario".

El presidente de la SEEDO argumenta también que, cuando la obesidad ya está presente, las dificultades se multiplican, yseñala a aquellos que viven en zonas rurales que a menudo depende casi exclusivamente de la farmacia comunitaria como primer recurso sanitario, "sin acceso fácil a especialistas o unidades multidisciplinares". Asimismo, aquellos con empleos precarios o con horarios difíciles "tienen menos margen para recibir un seguimiento clínico o cambios de hábitos".

En este sentido, la doctora Irene Bretón, coordinadora del Área de Obesidad de la SEEN, apunta la necesidad de implementar políticas alimentarias que faciliten el acceso asequible a alimentos saludables, proporcionar el acceso a un entorno urbano que favorezcan la actividad física y asegurar una atención sanitaria que garantice la detección precoz, la derivación a equipos multidisciplinares y el acceso a tratamientos eficaces teniendo en cuenta la perspectiva social y cultural para que las medidas lleguen realmente a quienes más lo necesitan.

La endocrinóloga resalta que las personas con obesidad sufren un "estigma injustificado", que se fundamenta en el desconocimiento, por tanto "es vital poner en marcha iniciativas informativas y formativas que tengan en cuenta la diversidad y los aspectos socioeconómicos y culturales que permitirán, en la medida de lo posible, acabar con estas diferencias y favorecer a las personas más desfavorecidas".

ES CRUCIAL REFORZAR LOS SERVICIOS DE ATENCIÓN PRIMARIA

Desde la SEEDO señalan que, cuando se consiguen reducciones de peso clínicamente relevantes, el beneficio para el sistema sanitario y para la sociedad es sustancial, alcanzándose un valor social estimado en 84.000 millones. En España, el coste de no actuar para acabar con la obesidad supera los 130.000 millones de euros al año y podría alcanzar los 161.000 millones en 2030; ya hay que tener en cuenta que la obesidad aumenta el riesgo de tener más de 200 enfermedades y afecta con especial intensidad a los grupos más vulnerables.

La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), que también ha participado en el encuentro, hace hincapié en el papel clave de la Atención Primaria en el abordaje de las personas con obesidad. "Desde los centros de salud podemos prevenir y tratar precozmente esta patología y, en los casos que sean necesarios, acompañar y hacer un seguimiento continuado del paciente a largo plazo, lo que es esencial en una enfermedad crónica, compleja y multifactorial como la obesidad", subraya la doctora Anny Altagracia Romero Secin, coordinadora del Grupo de Trabajo de Nutrición de SEMERGEN.

La doctora insiste también en que es esencial el abordaje multidisciplinar para alcanzar resultados sostenibles en el tiempo y con un impacto real en la salud de las personas con obesidad. "Cada especialista tiene su papel y es fundamental que se maneje desde todos los ámbitos. Atención Primaria, junto con enfermería, nutricionistas y psicólogos, son clave en un primer nivel del abordaje de la obesidad y, en ocasiones más complejas asociadas a comorbilidades u obesidades mórbidas, requieren otras especialidades hospitalarias en su manejo", explica.

En relación a las medidas que deben llevar a cabo las instituciones, en palabras de la especialista, es crucial reforzar los servicios de Atención Primaria para que sea más "asequible el abordaje holístico de la enfermedad", garantizar el acceso a tratamientos eficaces con programas estructurados para el seguimiento de estos pacientes, impulsar la educación sanitaria desde edades tempranas y crear entornos que faciliten hábitos saludables.

LA OBESIDAD, UNA ENFERMEDAD CRÓNICA

Por su parte, Federico Luis Moya, presidente de la Asociación Nacional de Personas que viven Con Obesidad (ANPO), manifiesta que la principal dificultad que tienen las personas con obesidad es recibir un diagnóstico, "ya que la obesidad no está reconocida como una enfermedad crónica y multifactorial". Para el presidente de ANPO, "este reconocimiento es fundamental para trabajar en la mejora de la accesibilidad a cualquier tratamiento terapéutico que pueda mejorar su calidad de vida".

Además, Moya destaca la importancia de la adherencia al tratamiento e incide en la importancia de concienciar a la sociedad sobre la importancia de esta patología con el fin de acabar con el estigma que sufren las personas que la padecen. "Esta estigmatización principalmente está inducida por la errónea creencia de que las personas con obesidad deciden vivir con esta enfermedad", remarca Moya.

Por su parte, Andoni Lorenzo, presidente del Foro Español del Paciente (FEP), subraya que "es importante desterrar el estigma que presenta la obesidad como un asunto estético, cuando se trata de un problema de salud. Es necesario avanzar en el diagnóstico precoz y en un abordaje integral que involucre a todos los agentes implicados".