Rusia, China e Irán piden evitar sanciones y amenazas a Teherán por la cuestión nuclear

El reciente vencimiento de la resolución 2231 del Consejo de Seguridad se señala como un punto clave en el debate internacional sobre el programa nuclear iraní. Según informó la fuente original, las delegaciones de Rusia, China e Irán alertaron en una carta dirigida a Naciones Unidas que toda propuesta para reactivar sanciones mediante el mecanismo denominado “snapback” carece ahora de base legal y pone en riesgo la estabilidad regional. Las posturas expresadas en el documento, remitido tanto al secretario general como al presidente rotatorio del Consejo de Seguridad, insisten en que cualquier reimposición de medidas punitivas sin respaldo unánime representa una amenaza directa a la autoridad institucional de la ONU y fomenta escenarios de fragmentación.

De acuerdo con lo publicado, la comunicación diplomática detalla que las tensiones entre Irán y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) aumentaron luego de reiteradas solicitudes del organismo a Teherán para aclarar su inventario de uranio enriquecido y proporcionar información puntual sobre incidentes ocurridos en instalaciones nucleares. El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araqchi, responsabilizó a Estados Unidos y al grupo E3 (Alemania, Francia y Reino Unido), junto con Israel y Washington, por el deterioro de la cooperación con el OIEA, situando estas fricciones dentro de una estrategia internacional que, a su juicio, condiciona negativamente las posibilidades de reactivar mecanismos de concertación.

El medio original consignó que la carta subraya la ilegalidad de cualquier acción que intente restablecer sanciones internacionales tras la terminación de la resolución 2231, haciendo hincapié en el vacío jurídico existente para tales iniciativas. Los diplomáticos de Moscú, Pekín y Teherán insisten en que toda medida correctiva decidida por Irán una vez que Estados Unidos abandonó unilateralmente el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) en 2018 debe entenderse como un derecho recogido en el propio texto consensuado en 2015 y limitado por sus reglas internas. Estas acciones, afirman, deriven de la falta de cumplimiento de los compromisos originales por parte del resto de signatarios.

Según detalló la fuente, los representantes afirmaron que la práctica de adoptar medidas como sanciones económicas o restricciones sin la aprobación del Consejo debilita el derecho internacional, mina la autoridad de la propia ONU y contribuye a la desestabilización, especialmente en Medio Oriente. Los tres países advierten en la misiva sobre el aumento de riesgos si se recurre a vías automáticas y unilaterales, particularmente en referencia a posibles acciones del grupo E3, señalando que dificultan el camino hacia soluciones negociadas y reducen la eficacia de los canales diplomáticos.

La correspondencia, enviada en el contexto de renovadas tensiones entre Teherán y el OIEA, evalúa que el entorno de cooperación se ve directamente afectado por presiones externas propiciadas por Washington y aliados europeos e israelíes, lo cual deteriora las posibilidades de confianza y de avance hacia una vigilancia técnica eficaz autorizada bajo el acuerdo nuclear. Tal como describió la fuente original, la postura de los embajadores se dirige contra una gobernanza internacional influida por decisiones parciales, expresando preferencia por soluciones acordadas colectivamente y el uso de mecanismos multilateralistas.

Este posicionamiento estratégico se ha replicado en diferentes foros y sesiones de la propia ONU, reflejando una convergencia de esfuerzos entre Moscú, Pekín y Teherán en torno a la defensa del multilateralismo y el rechazo a imposiciones unilaterales, según explicitó el medio. Igualmente, la misiva recomienda a Naciones Unidas no avalar ningún procedimiento que restablezca sanciones sin deliberación previa y veredicto colectivo del alto órgano, remarcando la vigencia de los principios del derecho internacional y la importancia de preservar las estructuras institucionales del sistema multilateral.

La carta subraya que la expiración de la resolución 2231 podría abrir la vía para reactivar el diálogo entre Irán, el E3 y los miembros permanentes del Consejo, diseñando esquemas de negociación que contemplen la participación equitativa. En este marco, los firmantes proponen dejar a un lado prácticas automáticas y optar por procedimientos basados en el diálogo político y la consulta multilateral, involucrando a todos los actores relevantes en la toma de decisiones sobre el programa nuclear iraní y sus desarrollos tecnológicos, mencionó la fuente original.

Las posturas recogidas insisten en que ninguna iniciativa unilateral debería comprometer los procesos de control, con los delegados señalando que un enfoque politizado de la supervisión nuclear obstaculiza los esfuerzos hacia la transparencia, la flexibilidad y la creación de confianza entre Irán y la comunidad internacional. La correspondencia refuerza la idea de que el respeto estricto de los compromisos y la colaboración institucional constituyen herramientas clave para prevenir futuras escaladas de tensión y generar condiciones propicias para la seguridad y el entendimiento mutuo.

Según el medio, la carta también destaca que la tendencia a fraccionar las decisiones internacionales contribuye a debilitar la cohesión mundial y pone en jaque los compromisos asumidos colectivamente, al tiempo que amplía las brechas entre las partes involucradas. Al insistir en la importancia de la confianza y la gestión diplomática, los tres gobiernos transmiten la idea de que solo la cooperación y el apego a los acuerdos pueden sostener la estabilidad tanto en la región como en el resto del sistema internacional de relaciones.

Por último, la declaración compartida por Rusia, China e Irán, según reportó el medio, recalca la urgencia de fundamentar cualquier solución respecto al programa nuclear iraní en la cooperación multilateral y en mecanismos formales avalados por la ONU, advirtiendo del peligro de alimentar nuevas confrontaciones o dificultades adicionales en la agenda diplomática global si se intentan restituir sanciones sin base jurídica clara.