El partido del Gobierno acusa a la presidenta de inventar un veto para paralizar la ley de agentes extranjeros

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El líder en el Parlamento del partido del Gobierno georgiano, Mamuka Mdinaradze, ha acusado a la presidenta del país, Salome Zurabishvili, de inventarse el veto que promulgó ayer para paralizar la polémica ley de agentes extranjeros impulsada por el Ejecutivo y que la jefa del Estado entiende como una traducción de una normativa rusa concebida para aplastar a la disidencia. Mdinaradze, de Sueño Georgiano, ha asegurado que la decisión adoptada ayer por Zurabishvili carece de base legal alguna y que la presidenta no tiene autoridad para prohibir una legislación. En su lugar, tiene que devolverla al Parlamento con las enmiendas que considere oportunas. La mandataria, sin embargo, anunció ayer que el suyo era un veto directo, sin añadidos. "Muchas gracias a la presidenta", ha ironizado Mdinaradze, "por confirmar que no hay ni objeciones ni argumentos contra la Ley de Transparencia", en referencia al nombre oficial de esta legislación. "Y por inventarse una nueva clase de veto que será objeto de debate durante mucho tiempo por varias generaciones de abogados", ha añadido en declaraciones recogidas por el portal Civil. "Ofrecimos, de manera constructiva, que nuestros aliados internacionales estuvieran incluidos en el procedimiento, a lo que respondió con rechazo y destrucción", ha asegurado el líder parlamentario. La mayoría que lidera en la cámara, cabe recordar, le permitiría anular el veto presidencial si la ley regresara al Parlamento. El fundador del opositor partido Ahali, Nika Gvaramia, ha defendido por su parte la decisión de la presidenta, que ha hecho un "buen trabajo" al vetar una ley que obligaba a organizaciones, medios de comunicación y entidades similares que reciban al menos un 20 por ciento de su financiación del exterior a registrarse como "agentes que defienden los intereses de fuerzas extranjeras". La Unión Europea y la OTAN habían avisado de que la aprobación de la llamada vulgarmente "ley rusa" supondría un duro golpe a las aspiraciones de incorporación del país. Gvaramia entiende que con este veto directo, "Sueño Georgiano no podrá seguir discutiendo esta legislación ni arrastrar a la sociedad a un pseudo-proceso, ni engañar a los europeos con pseudo-correcciones", antes de explicar que "la esencia del veto consiste en lo siguiente: la presidenta ha elegido entre cancelar la ley o asumir plenamente la responsabilidad de la misma, y ha tomado una decisión correcta y sabia a este respecto".

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