Guterres pide "un impulso global concertado" para un alto el fuego entre el Ejército y las RSF en Sudán

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El secretario general de Naciones Unidas. António Guterres, ha pedido "un impulso global concertado" para intentar lograr un acuerdo de alto el fuego entre el Ejército de Sudán y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) tras un año de un conflicto que ha dejado a 25 millones de personas, la mitad de la población, en situación de necesidad de ayuda humanitaria y que suma más de diez millones de desplazados internos y refugiados. "El único camino para salir de este horror es una solución política. En este momento crítico, además del apoyo global con ayuda (humanitaria), necesitamos un impulso global concertado para un alto el fuego en Sudán, seguido tras un proceso de paz exhaustivo", ha sostenido tras la conferencia internacional celebrada en París para recaudar fondos para responder a la crisis humanitaria en el país africano. "El mundo se está olvidando de la población de Sudán", ha lamentado Guterres, que ha resaltado que "durante las últimas 48 horas, la mayoría del mundo ha estado centrado en la crisis generada en Oriente Próximo" tras los ataques de Irán a Israel en respuesta al bombardeo contra su Consulado en la capital de Siria, Damasco. Así, ha explicado que "por preocupantes que sean estos acontecimientos, otras emergencias dramáticas y a vida o muerte están siendo empujadas a las zonas de sombra" y ha incidido en que el conflicto entre el Ejército y las RSF, desatado el 15 de abril de 2023, "es más que un conflicto entre dos partes, es una guerra contra el pueblo sudanés". "Es una guerra contra los muchos miles de civiles que han muerto y las decenas de miles que han quedado mutilados. Es una guerra contra los 18 millones de personas que sufren hambre aguda y las comunidades están empezando a mirar a los ojos a la terrorífica amenaza de la hambruna durante los próximos meses", ha señalado. En este sentido, ha afirmado que el conflicto en Sudán "es una guerra contra los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario", al tiempo que ha denunciado que se han registrado "ataques indiscriminados" que "podrían equivaler a crímenes de guerra y contra la humanidad". "Han sido atacados convoyes de ayuda, personal humanitario y almacenes. Mujeres y niñas sufren una violencia sexual generalizada", ha denunciado, al tiempo que ha reseñado que "el impacto del conflicto está superando las fronteras", con 1,8 millones de refugiados en los países vecinos. Guterres ha criticado además los ataques ejecutados durante los últimos días por parte de milicias aliadas con las RSF en localidades al oeste de Al Fasher, la capital de Darfur Norte, y ha mostrado su preocupación por el potencial de agravamiento de la crisis. "Los contraataques han causado más muertos y heridos", ha sostenido. "Dejen que sea claro. Cualquier ataque contra El Fasher sería devastador para los civiles y podría llevar a un conflicto intercomunitario a gran escala en Darfur. Además, afectaría a las operaciones de ayuda en un área ya al borde de la hambruna, ya que El Fasher siempre ha sido un nudo crítico de la ONU para la entrega de ayuda humanitaria", ha explicado. Por otra parte, ha destacado que la Conferencia Humanitaria para Sudán haya recaudado más de 2.000 millones de euros para el plan de respuesta de la ONU en el país, si bien ha hecho hincapié en que "el pueblo sudanés necesita más que apoyo humanitaria". "Necesita el fin del derramamiento de sangre. Necesita paz", ha dicho. "Los esfuerzos internacionales coordinados serán esencial para amplificar las acciones conjuntas. Este impulso por la paz significa también continuar nuestro trabajo en la transición democrática en Sudán, apoyando y empoderando a los civiles, incluidos a los grupos en favor de los derechos de las mujeres y los jóvenes", ha defendido. "Debe ser un proceso inclusivo que refleje todas las voces. El futuro de Sudán requiere de las contribuciones, la participación y la visión de todos los sudaneses", ha reseñado Guterres, que ha reiterado su llamamiento a las partes para que "silencien las armas" y "satisfagan las aspiraciones del pueblo sudanés para un futuro pacífico y seguro". En esta línea, ha cargado contra el jefe del Ejército, Abdelfatá al Burhan, y el jefe de las RSF, Mohamed Hamdan Dagalo, a los que ha descrito como "dos generales que han optado por una solución militar y que, hasta ahora, han obstruido todos los esfuerzos serios para una mediación". "Todos los esfuerzos han fracasado por una razón muy simple y es que ambas partes han apostado a ganar militarmente", ha lamentado. La guerra estalló el 15 de abril de 2023 a causa de las fuertes discrepancias en torno al proceso de integración del grupo paramilitar --ahora declarado como una organización terrorista-- en el seno de las Fuerzas Armadas, situación que provocó el descarrilamiento de la transición abierta en 2019 tras el derrocamiento del régimen de Omar Hasán al Bashir.