Rectora de la Universidad de Chile: Los estudiantes son el motor del cambio constituyente

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Santiago de Chile, 24 jun. La bioquímica Rosa Devés hizo historia esta semana al convertirse en la primera mujer rectora de la prestigiosa Universidad de Chile en sus 180 años, un cargo que asume consciente de que los jóvenes son el "motor del cambio" y que aguardan con "esperanza" el cambio constituyente.

"La juventud espera que haya transformaciones y, en ese sentido, la nueva Constitución aporta algo muy importante. Los jóvenes necesitan un sueño, necesitan esperanza y un horizonte para poder desarrollarse", señaló a Efe durante su primer día al frente de la Rectoría, en la sede central en Santiago.

Entre las repujadas columnas de su nuevo despacho y rodeada de retratos de sus antecesores varones, Devés (Santiago, 1950) enfatizó su "compromiso" con las miles de mujeres de la academia a las que representa, con la educación pública y con el proceso constituyente, a pocos días de que se entregue la propuesta final de Carta Magna, que se someterá a plebiscito en septiembre.

P (Pregunta): ¿Qué es lo que le ha impulsado a convertirse en la primera rectora de la Universidad de Chile?

R (Respuesta): Fueron tres ingredientes. Primero, la solicitud de un grupo muy transversal e importante de académicos, alrededor de 150. Segundo, el hecho de que postular podría llevar a una mujer después de tantos años a la Rectoría y tercero, el momento que vive el país, que es sin duda especial para la universidad y para la educación pública.

P: Usted es la primera rectora de la casa de estudios más importante, pero este año también hemos tenido otras conquistas feministas, como la primera ministra de la Interior. ¿Está Chile cambiando?

R: Sin duda. Este es un Gobierno que se declara abiertamente feminista. También tenemos una Constitución que se está escribiendo de manera paritaria, otro gesto (...) Hay una fuerza del feminismo, de la valoración de la perspectiva de género, muy fuerte en la política y social. Todo comenzó con el movimiento feminista de 2018, muy importante en este país, en gran parte liderado por nuestras estudiantes.

APOYO AL PROCESO CONSTITUYENTE

P: La Universidad de Chile fue uno de los principales actores que apoyó el proceso constituyente desde el principio. ¿Lo seguirá siendo?

R: Sin duda. Esos son compromisos que trascienden a cualquier Rectoría. No apoyarlo sería fallar a nuestro misión y a nuestra historia. Nuestra decisión estará siempre en el sentido de respaldar los procesos democráticos.

P: Los estudiantes fueron los que impulsaron las protestas sociales de 2019, que gatillaron la redacción de una nueva Constitución. ¿Qué rol han tenido en todo el proceso?

R: Ellos han sido el motor de muchos de los cambios. En las protestas estudiantiles del 2011 o del 2006, cuando comenzó la "Revolución pingüina", ellos fueron los que dijeron basta de una educación de baja calidad. Y en 2019 fueron muy relevantes en esas marchas, aunque no solo fueron estudiantiles, sino también ciudadanas, más amplias.

¿NUEVAS PROTESTAS JUVENILES?

P: ¿Qué cree que puede pasar en el entorno universitario en caso de que se rechace el texto constituyente en el plebiscito de salida?

R: No sabemos qué es lo que va a pasar, pero sin duda la juventud en su gran mayoría espera que haya un cambio y tengamos una visión de país distinta. Los jóvenes necesitan sueños, necesitan esperanza y un horizonte para poder desarrollarse. Y ese horizonte, ¿en qué dirección debe ir? En este sentido, yo personalmente espero que se apruebe la Constitución.

P: En los últimos meses han sido frecuentes las protestas en centros de secundaria. ¿Por qué cree que continúa el descontento entre los jóvenes si por fin hay un gobierno más cercano a sus intereses y un presidente, Gabriel Boric, que es exlíder estudiantil?

R: Este descontento no es solo de Chile. Es algo que está viviendo la juventud del mundo (...) Los jóvenes están viviendo en un momento difícil, con muchas crisis, un grave problema de sustentabilidad, injusticias...Y sufren, se preocupan y se enojan (...) Lo que se requiere es más vínculo intergeneracional, y ahí los adultos tenemos que conocer mejor a los jóvenes y sus inquietudes.

P: ¿Le preocupa que estas protestas puedan llegar a la universidad?

R: Los jóvenes que están al final de la educación superior son los mismo que los nuestros y, por tanto, es un problema que nos preocupa mucho. Tenemos un foco principal en lo que son las relaciones y en conocer bien a los jóvenes para poder entender sus problemas, entender su rabia y proyectarnos junto a un mundo distinto.