La mayoría de refugiados que el Papa traerá de Chipre son de Siria y llegaron al país de forma irregular por Turquía

Compartir
Compartir articulo


ROMA, 26 (EUROPA PRESS)

El Papa volverá de su viaje a Chipre con varias familias de refugiados, provenientes en su mayoría de "Siria" y que han entrado al país "de forma irregular" por la frontera con el lado de la isla que controla Turquía.

Así lo ha confirmado en un desayuno de trabajo organizado por ISCOM, una asociación de información religiosa ligada a la Pontificia Universidad de la Santa Croce, monseñor Georgios Armand Houry, sacerdote de Chipre, que en el pasado fue secretario ecónomo del Arzobispado maronita de Chipre.

Houry ha aclarado que el Papa ha pedido expresamente al presidente de Chipre, Nikos Anastasiadis, que active los protocolos para "preparar los documentos de las personas refugiadas que se quiere traer con él en su viaje de retorno al Vaticano". Si bien no ha podido aclarar el número de personas que está previsto que viajen con el Papa de regreso al Vaticano --un gesto que el pontífice ya realizó en 2016 cuando viajó a la isla de Lesbos--, ha señalado que la "mayoría provienen de Siria" y entraron "de forma irregular por la frontera".

"Los inmigrantes en Chipre provienen de la parte turca ocupada. Vienen de forma ilegal, o se pierden por la isla, por las calles, pero el problema es que entran sin control y viven sin control", ha asegurado en este sentido.

Tampoco ha podido aclarar los aspectos logísticos que entrañan el traslado de estas personas. El Papa, después de visitar Chipre viajará a Atenas (Grecia), en concreto a Lesbos, donde está previsto que visite un campo de refugiados, un viaje que tendrá lugar del 2 al 6 de diciembre. "Probablemente estas personas serán enviadas a Atenas y encontrarán al Papa allí. O cuando el Papa vaya a Atenas o ellos tomarán un avión y se irán a Roma", ha señalado.

Otro de los aspectos importantes de la visita del Papa a Chipre es la situación de la minoría católica en el país, formada por católicos maronitas y por católicos latinos. "Aunque el problema político de Chipre no está todavía resuelto, es necesario ayudar a los maronitas a poder volver a sus casas y a sus pueblos", ha subrayado.

En 1974, la intervención militar turca ocupó el 40% de la isla. En 1983, el área controlada por Turquía se autoproclamó como la República Turca del Norte de Chipre, pero sólo está reconocida por Turquía. Desde enero de 2002, Naciones Unidas promueve un proceso de negociación entre las dos partes de la isla para superar la división.

La ocupación militar turca ha afectado de pleno a la Iglesia maronita que se ha visto mayormente dividida. Fueron varias las familias que vivían en cuatro pueblos al norte-oeste: Kormakiti, Assomatos, Karpasha y Santa Marina, que se vieron obligadas a huir y reconstruir su vida en el sur. "Es muy importante si queremos tener una comunidad católica oriental maronita que ellos vuelvan a sus casas", ha manifestado en este sentido.

Tanto la comunidad maronita como la latina son reconocidas por la Constitución de Chipre y por los turcos como una comunidad con una propia identidad, agregada a los griegos, pero sin formar parte de la etnia griega. Sin embargo, las comunidades maronitas católicas tienen problemas para acceder a sus propiedades en el lado turco.

Houry también ha valorado las relaciones "positivas" que mantienen los católicos y los ortodoxos. Prueba de ello es que, tal y como ha anunciado, el presidente de Nicosia ha donado un terreno a los católicos donde será construida "la nueva nunciatura" lo que ha interpretado como un "reconocimiento jurídico importante para los católicos de rito romano".

En este momento, la Iglesia de la Santa Cruz, en Nicosia, el convento que ejerce de sede de la nunciatura apostólica en Chipre está situado en la llamada línea Verde, una zona desmilitarizada que divide la isla de Chipre en dos.