Con el gol de su vida, Nikão le da la Sudamericana al Paranaense

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Saltó, giró su cuerpo y disparó, con la izquierda, antes de caer al suelo. Con un violento tanto de tijera, Nikão le dio el bicampeonato de la Copa Sudamericana al Athletico Paranaense este sábado y agrandó su leyenda de rojinegro.

Seguramente, hasta ahora, es el gol más bonito en la carrera de este mediocampista ofensivo de 29 años, acostumbrado a sobresalir en partidos determinantes del 'Furacão'.

Su maroma aérea (minuto 29) puso el 1-0 en el mítico estadio Centenario, en Montevideo, justo en momentos en que el Red Bull Bragantino más inquietaba el arco del campeón olímpico Santos en la final única del torneo sudamericano.

"Fue un momento muy rápido, de toma de decisión, pero el mérito es del equipo, de un gran trabajo realizado por la comisión técnica" liderada por Alberto Valentim, afirmó el volante al término del cotejo.

Antes de aquella pirueta, batallaba por la banda derecha para intentar filtrarse en la férrea zaga paulista, ayudado por su voluntad, velocidad y presencia física.

Y después, en un partido sentenciado con su anotación acrobática, buscó sorprender en alguna descolgada solitaria y se sacrificó para mantener a la ofensiva del 'Braga' lejos de la portería de Santos.

"Nuestra fuerza pasa mucho por la voluntad, por la determinación, por nunca desistir. Aunque el otro equipo tenga más calidad o más inversión, para ganarnos va a tener que sudar sangre", dijo Nikão a la AFP en la antesala de la finalísima.

Aunque no hubo hemorragias, sí pululó el sudor a causa de un sol picante que bañó a la capital uruguaya, un precio a pagar aceptado por los rojinegros para tornarse, con la victoria ante sus compatriotas, en el primer equipo brasileño bicampeón de la Sudamericana.

- Hombre determinante -

El golazo de Nikão, conectado tras un despeje de Cleiton a un fusilazo del uruguayo David Terans, otro hombre destacado de los de Curitiba en un juego plano, profundiza el nexo de salvación entre el club paranaense y su camisa 11.

Aterrizó en aquella ciudad del sur de Brasil en enero de 2015, con nueve kilos de sobrepeso y arrastrando luchas contra el alcoholismo.

Su conversión al cristianismo y el apoyo familiar lo encaminaron a la sobriedad hasta convertirse, de a pocos, y en silencio, en un referente del equipo.

"Cuando estaba allá, en el fondo del pozo, desacreditado por casi todos, Dios me rescató y comenzó a escribir una nueva historia en mi vida", contó. "Fue difícil, pero toda lucha, toda renuncia, valió la pena".

Con cuatro goles, fue una pieza clave en el Athletico Paranaense de Tiago Nunes que ganó la Sudamericana en 2018, el primer gran título internacional del tradicional once de Paraná.

Es uno de los cinco sobrevivientes de aquella gesta, junto al arquero Santos y los defensas Thiago Heleno, Zé Ivaldo y Márcio Azevedo, en alzar de nuevo la 'Otra mitad de la gloria' con los 'rubro-negros'.

En 2019 obtuvo la Copa do Brasil, una competición que le sienta bien. En la edición de este año, clasificó a los suyos a la final con un doblete ante el poderoso Flamengo en el Maracaná.

Y en Montevideo, su tijera lo transformó en el goleador del 'Furacão' de esta edición de la Sudamericana, con cinco goles, lo mismos de Vitinho, actualmente en el Dinamo de Kiev.

Allí, en Uruguay, tras disputar toda la final, el voluntarioso centrocampista volvió a sentir el peso de cargar la copa, aunque por su mente y la de los 'torcedores' del Athletico ronda una pregunta: Su contrato vence en diciembre, ¿renovará?

raa/ol/gfe