El Nippon Budokan, el templo de las artes marciales en Tokio

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El judo y el karate de los Juegos de Tokio van a disputarse en el considerado templo de las artes marciales por los japoneses, el Nippon Budokan, que ya fue sede en la cita olímpica de 1964.

Este edificio de hormigón relativamente macizo pero armonioso fue construido para acoger el judo en esos primeros Juegos Olímpicos de la capital nipona, hace 57 años. Los arquitectos optaron por una sala con una altura de 42 metros, con un tejado con curvas que recuerdan al Monte Fuji, el punto más alto del país y todo un emblema.

Está situado en el centro de Tokio, en el parque Kitanomaru, cerca del Palacio Imperial, y debe su nombre a la traducción de Budo, el término que en japonés designa a artes marciales como el judo, el kendo, aikido o el sumo.

Desde los Juegos de 1964, el Budokan ha acogido numerosas competiciones de diversas artes marciales y deportes de combate. Mohamed Alí dio incluso allí una exhibición ante un luchador en 1976.

El lugar también ha servido para conciertos. Los Beatles inauguraron el escenario musical en 1966, en su primera visita al archipiélago. Le han seguido después grandes artistas internacionales como Queen, Prince, Blur, ABBA o las principales estrellas de la música japonesa.

Cada 15 de agosto, el recinto acoge al emperador y a su esposa para un homenaje nacional a los muertos en la Segunda Guerra Mundial.

En los Juegos Olímpicos de 2020, desplazados a este 2021 por la pandemia del covid-19, la sala estará dedicada al judo (24-31 de julio) y luego al karate (5-7 agosto).

Hasta 11.000 espectadores podían acudir teóricamente a las competiciones, pero la pandemia impedirá la presencia de público en las gradas.

En 1964, los espectadores japoneses vivieron allí una enorme desilusión cuando el prestigioso título de "todas las categorías" se le escapó en la final a Akio Kaminaga, inmovilizado en los últimos segundos por el neerlandés Anton Geesink.

bur-ep/jr/dr/psr