Un buque griego "nos cerró el paso": nuevo episodio de devolución de migrantes

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Faltaban unos minutos para que Tchinda y otros 30 migrantes llegaran a la costa de la isla griega de Cos cuando un barco militar les "cerró el paso" y los guardacostas los enviaron de vuelta a Turquía, un nuevo caso de devoluciones ilegales, de las que se acusa a Grecia.

"Un primer barco militar nos cerró el paso, después se unieron a él dos navíos más pequeños, tipo Zodiac. Los guardacostas (griegos) estaban armados y nos gritaban que volviéramos a casa", cuenta a la AFP Tchinda, un camerunés entrevistado varias veces entre el 1 y el 8 de julio por teléfono.

El camerunés de 39 años y su pareja Benita quedaron bloqueados el 10 de junio cuando se acercaban a la isla egea de Cos junto con otros migrantes y fueron enviados a Datça, en la provincia turca de Mugla.

En videos de unos 20 minutos transmitidos a la AFP por el exiliado camerunés, unos guardacostas armados con ametralladoras y barras de hierro rodean el bote. "Vieron que los estábamos grabando y no se atrevieron a pegarnos", estima Tchinda.

"Entonces los barcos crearon olas para alejarnos hacia las aguas turcas. Por suerte nadie cayó al agua, pero podría haber sido muy peligroso", contó.

En un comunicado del 11 de junio, los guardacostas turcos confirman haber recogido a los 31 migrantes la víspera, en torno a las 12H55.

Durante varios meses, la prensa y las oenegés publican investigaciones sobre las devoluciones forzadas de migrantes desde territorio griego o aguas griegas hacia Turquía. El gobierno griego lo niega.

Entre enero de 2020 y marzo de 2021, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) documentó unos 300 incidentes denunciados de expulsiones ilegales en torno a las islas del Egeo y la frontera terrestre de Evros.

- Expulsada tras ser detenida -

El 29 de noviembre de 2020, Ange, una joven burundesa afirmó haber sido expulsada por la fuerza a Turquía en una balsa salvavidas, junto con otros 28 migrantes, desde la isla griega de Lesbos, sin poder presentar una solicitud de asilo.

Varias oenegés tomaron su testimonio, como el Greek Helsinki Monitor, que presentó una denuncia el 21 de mayo ante el Tribunal de justicia europeo contra Frontex, la agencia de vigilancia de las fronteras de la Unión Europea, a la que también acusan de "violaciones graves y persistentes de los derechos fundamentales".

Ange y un menor congoleño dijeron que fueron "agredidos, robados", "detenidos" nada más llegar a la isla de Lesbos, y después "expulsados colectivamente y finalmente abandonados en balsas, sin motor, agua ni comida".

El pasado 6 de julio, Ange logró regresar a Grecia, esta vez desembarcando en la isla de Samos con una veintena de personas, según su abogado Panayote Dimitras.

Durante varias horas estuvo escondida en un bosque y después contactó con su abogado, quien escribió a ACNUR, a la dirección del campamento y a la policía, para asegurarse de que esta vez no sería devuelta a Turquía por la fuerza.

En cuanto haya terminado el período de cuarentena en el campamento, Ange "será registrada ante las autoridades y podrá presentar su solicitud de asilo", precisó Dimitras a la AFP.

"El peligro para los solicitantes de asilo que llegan actualmente a Grecia es que los devuelvan a Turquía inmediatamente justo después de ser detenidos por las fuerzas de seguridad que pueden esconderlos unas horas y de este modo fingir que nunca estuvieron en la isla", explica el abogado.

- "Rechazo el concepto de devolución" -

El 3 de mayo, la comisaria de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic, exhortó al gobierno griego a poner fin "urgentemente" a las devoluciones que violan el "artículo 3 de la Convención Europea de Derechos Humanos" y la Convención de la ONU sobre los refugiados.

El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, rechazó de nuevo las acusaciones. En una entrevista con el diario griego Kathimerini dijo: "Rechazo el concepto de devolución. Esta palabra no existe en mi vocabulario".

"Cuando veamos llegar un barco (...) haremos cuanto podamos para que este barco vuelva al lugar de donde vino", añadió.

"Los guardacostas griegos no son un servicio de acogida de refugiados y migrantes. Están ahí para proteger nuestras fronteras", concluyó.

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