El papa nombra a una francesa y a un español como subsecretarios del sínodo

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El papa Francisco nombró el sábado por primera vez a una mujer, la religiosa francesa Nathalie Becquart, como subsecretaria del Sínodo de los Obispos, quien estará acompañada en el cargo por el español Luis Marín de San Martín, anunció el Vaticano.

Becquart, que también tendrá derecho de voto en este cenáculo muy cerrado, es una religiosa de la congregación javeriana que desde 2019 era "consultora" del Sínodo, la asamblea de obispos encargada de estudiar desde 1965 las grandes cuestiones doctrinales de la Iglesia católica.

El Papa también nombró subsecretario a Marín de San Martín, miembro de la Orden de San Agustín, nacido en Madrid en 1961. Es doctor en teología y ha ocupado varios cargos de formador académico. Es archivero general de la Orden.

Nacida en Fontainebleau (al sureste de París) en 1969, Becquart ha estudiado filosofía, teología, sociología y otras disciplinas en prestigiosos centros académicos de París. También ha proseguido estudios avanzados en Estados Unidos y ha publicado varios ensayos.

El nombramiento de Becquart refleja la voluntad del papa de promover "una mayor participación de las mujeres en los procesos de discernimiento y decisión eclesiales", explicó el secretario general del sínodo, cardenal Mario Grech, en una entrevista con los medios de comunicación de la Santa Sede.

"En los últimos sínodos ha aumentado el número de mujeres que han participado como expertas o auditoras. Con el nombramiento de la hermana Natalie Becquart y su posibilidad de participar con derecho a voto, se abrió una puerta", añadió el cardenal Grech.

El sínodo está animado por "padres sinodales" (obispos o cardenales) que tienen derecho de voto, y cuenta además con auditoras y expertas, sin derecho de voto.

En octubre de 2019, religiosas que participaron en un sínodo dedicado a la Amazonia habían solicitado en vano el derecho de votar en el documento final de la asamblea.

El papa argentino pretende continuar la reforma del sínodo y, en general, la apertura de la Iglesia a las mujeres y a los laicos en un contexto de crisis de la vocación sacerdotal. La próxima asamblea general ordinaria del sínodo convocada en 2022 estará dedicada a a la "sinodalidad".

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