El segmento de súper lujo continúa creciendo alimentado por nuevas economías en desarrollo como China, India y Rusia que demandan servicios y productos con un nivel de sofisticación y precios que sólo están al alcance del 1% de la población mundial, aquellos lo suficientemente adinerados para poder costear por ejemplo el nuevo Bugatti Chiron de más de $2.5 millones de dólares.
En un mundo en el que abundan los aviones privados y las mansiones con marina propia, los yates son un "juguete" de lujo más, el accesorio indispensable para poder demostrar sobre el agua el intimidante poder adquisitivo de sus propietarios. Era sólo cuestión de tiempo para que marcas de lujo que vienen proveyendo de automóviles deportivos a ricos y famosos por más de un siglo, se animaran a "embarcarse" en un nuevo desafío comercial.
Son dos constructores tradicionales europeos, más precisamente la francesa Bugatti ahora parte del Grupo VW y la británica Aston Martin por siempre asociada con las enigmáticas misiones de James Bond, los que se han asociado con navieras de reconocida trayectoria para ofrecer a sus fieles clientes una extensión de su "savoir faire" en un nuevo y fascinante elemento, el agua.
El fabricante boutique Aston Martin decidió trabajar en conjunto con la holadesa "Quintessence" para desarrollar un yate deportivo que reflejara los valores de una marca que se ha caracterizado por las prestaciones deportivas de sus modelos y el diseño elegante y atemporal. Su techo deslizable controlado a control remoto realizado en fibra de carbono protege al habitáculo de los elementos y el sistema que reconoce a las huellas dactilares brinda tranquilidad a sus acaudalados dueños.
El imponente "AM37" de 37 pies de eslora está disponible con tres opciones de motorización diferentes: dos poderosas unidades de 520 caballos de fuerza cada una que lo llevan hasta los 52 nudos, una alternativa menos deportiva compuesta por dos unidades de 430 caballos y la opción más racional de dos unidades diesel de 370 caballos.
Bugatti por su parte realizó un "partnership" con la monegasca firma Palmer Johnson, el mayor fabricante de yates del mundo. El modelo "Niniette" bautizado en honor al apodo de la hija de Ettore, fundador de la firma autora de modelos como el Royale y Atlantic, sorprende por su estética minimalista y moderna.
Tres variantes distintas de 42, 63 y 88 pies buscan satisfacer a los exigentes potenciales clientes, y sus interiores elaborados bajo pedido prometen no envidiarle nada al de un Veyron de calle. Con un valor estimado promedio de unos $3.5 millones, estos yates se diputarán una tajada de este reducido mercado, el cual a pesar de los vaivenes económicos mundiales, cuenta con la capacidad de mantenerse inmune a detalles "anecdóticos" como el desaceleramiento económico o el advenimiento de crisis financieras.