La contundente victoria de Lula fortalece el Mercosur

El presidente brasileño calificó a Kirchner como un "aliado estratégico" y redobló el compromiso con el bloque regional. Fue una de las primeras declaraciones tras la aplastante victoria del ballotage, con 60% de los votos. El opositor Alckim era una incógnita

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La victoria de Luiz Inacio Lula Da Silva tiene una gran importancia para la región y también para el bloque del Mercosur, en el que la Argentina tiene un papel destacado.

La señal de que su victoria tiene un alto impacto para el país, se traslució en una de las primeras palabras que tuvo el jefe de Estado electo al referirse a los principales desafíos que tiene por delante con su victoria: estrechar los lazos con los países de América Latina y, sobre todo, del Mercosur.

En esa línea, Lula tuvo una especial atención con Kirchner, a quien definió como "aliado estratégico". Se debe a que Brasil y la Argentina, tras alguna recelos en el inicio de la administración de ambos presidentes, tuvieron una actitud de colaboración en los principales problemas del bloque.

Las relaciones de Lula con Evo Morales, de Bolivia, y con Hugo Chávez, de Venezuela, tuvieron algunas idas y vueltas que supieron resolverse mediante aportes más o menos disimulados de la diplomacia argentina.

De todos modos, analistas prevén que el presidente brasileño estará más renuente a otorgar concesiones comerciales como en su primer mandato, debido a que la presión de los industriales obligará a un guiño para el sector, clave en la economía de Brasil.

Sin embargo, ya con el resultado puesto, el canciller Celso Amorim resaltó que la continuidad de Lula en Planalto permitirá profundizar la integración.

Las primeras previsiones de los analistas sostienen que el gran desafío durante el segundo período es precisamente repotenciar el crecimiento económico.

Es ahí donde observan que Lula estará obligado a mirar adentro para satisfacer los planteos de los distintos jugadores económicos, algo que deberá compatibilizar con las pretensiones de los demás países integrantes del Mercosur.

La visión internacional

(EFE)- La integración sudamericana, que marcó la política exterior de Brasil desde 2002, será también el eje de actuación en el segundo mandato de Lula, quien ha colocado el Mercosur en su lista de prioridades, según la visión que ratificó también la agencia de noticias EFE, de España.

El tono de lo que será su política exterior quedó claro en su primera declaración tras la victoria electoral el domingo pasado, cuando destacó los logros de casi cuatro años al frente del gobierno y dio a entender que no cambiará.

"Conseguimos consolidar nuestras relaciones internacionales. Conseguimos hacer ver que el Mercosur es una condición importante para el desarrollo de los países que participan en él", dijo el referencia al bloque que fundaron Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, al que se incorporó en el último año Venezuela y del que son socios numerosos países latinoamericanos.

"El Mercosur para nuestro gobierno es como si fuese una pasión especial", dijo Lula, quien aseguró que sueña con que esa unión aduanera abarque algún día a toda América Latina.

El presidente también se congratuló por haber consolidado la Comunidad Sudamericana de Naciones y por "una política internacional en la que no tenemos adversarios", y sí numerosos amigos, que, según dijo, escuchan la voz de Brasil.

Hacer de Brasil un interlocutor inevitable en cualquier negociación o en los foros multilaterales ha sido una obsesión del gobierno de Lula en el primer mandato que ha tenido algunos logros, pero también le ha valido críticas en su país.

Su empeño inútil de conseguir un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, fue un reproche recurrente en la campaña previa a las elecciones del domingo, que Lula ganó con un abrumador 60,83 por ciento de votos válidos, frente al 39,17 por ciento de su rival, Geraldo Alckmin.

El candidato de la oposición denunció la débil respuesta a la nacionalización de los hidrocarburos bolivianos y recordó el fracaso en sus intentos de colocar a brasileños en la dirección del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Algunos analistas han subrayado en los últimos meses el creciente protagonismo de Venezuela y su presidente, Hugo Chavez, en la región, en detrimento de Brasil, y las dificultades para impulsar una integración que vaya más allá de los acuerdos económicos y la retórica.

Pero Lula hace un balance general positivo de su primer mandato, que concluirá el 31 de diciembre, y no ha cesado de destacar el fortalecimiento de las exportaciones tanto en volumen como en destinos, al incluir nuevos países de Asia, Oriente Medio y Africa.

Según dice, su política exterior se ha inspirado en una relación de socio con las grandes potencias, y no de sumisión, como ocurría con el gobierno anterior. Brasil es hoy un actor clave en las negociaciones de la OMC y los inversores tienen una confianza en el país nunca vista en el pasado. Reforzar la política de exportaciones e impulsar los intercambios comerciales regionales en monedas nacionales, serán de nuevo metas del gobierno, que tendrá en las negociaciones comerciales con los países ricos un hueso duro de roer, como ocurrió en el primer mandato.

Brasil, como otros países en desarrollo con una agricultura fuerte, ambiciona un mayor acceso a los mercados europeos y de Estados Unidos, pero hasta ahora no ha logrado resultados y las perspectivas de un avance son casi inexistentes. En algunos sectores industriales se ha criticado al gobierno por no haber buscado acuerdos bilaterales al tiempo que negociaba en la Organización Mundial del Comercio (OMC) la llamada Ronda de Doha, parada desde hace meses.

Los críticos de Lula señalan que el crecimiento de las exportaciones respondió, no a la política exterior, sino a la coyuntura nacional e internacional, y que esta situación puede cambiar en el segundo mandato. Según el sociólogo Emir Sader, uno de los fundadores del Foro Social Mundial, el gobierno "tendría que buscar factores dinámicos, que no sean los que han empujado a la economía a ese crecimiento relativo" en los últimos años, y que están "vinculados a la exportación".

En su opinión, Lula tendría que tomar medidas para fortalecer el mercado interno y la reforma agraria, por ejemplo, para que la evolución económica no dependa tanto de los factores internacionales que han ayudado hasta ahora.