Alejandro Rozitchner explicó en Radio 10 su postura sobre "el pobrismo" en la Argentina, una visión del mundo que el filósofo describe para intentar sacar a la pobreza del lugar de siempre, como un fracaso en la producción de riqueza. "Pero es una forma de concebir la realidad que está presente en la manera de actuar de los líderes y en cómo la población en general piensa la vida".
Se trata de una postura que comprende "la carencia como prueba de honradez, una moral de quedados -moral del otro que limita-, que deja en evidencia la falta de voluntad propia".
"Una política de la neurosis, de no pagar ni la deuda ni los precios que se pagan en el desarrollo personal y del país", agregó, y ejemplificó con que los argentinos piensan que los grandes países son grandes porque se abusaron de otros, y no que lo lograron porque hicieron cosas que son muy difíciles de hacer.
En ese sentido, Rozitchner afirmó que, en realidad, una sociedad con desarrollo es "una sociedad con muchas dotes".
"En cambio, los argentinos tenemos para cada solución un problema", indicó.
Además, el filósofo y escritor abogó por desarmar la creencia de que a los pobres se los mantiene pobres porque es más fácil que así sean dominados. "No es fácil dominarlos, pero es un peligro en el horizonte un estallido, decimos. El pobrismo no es un plan de dominación, sino una incapacidad de vivir, no sólo a cuenta de los dirigentes, porque están ahí porque nosotros los bancamos", añadió.
La novia pobreza
"El populismo es cortejar a la pobreza como una novia", sostiene Rozitchner. "Dice que lo que quieren los pobres es bueno y que los que tienen plata no quieren al país", señaló, y rebatió: "Es cierto que hay fortunas mal avenidas, pero hay otro montón de gente que hizo plata trabajando, con el germen que necesitamos para dejar de ser pobristas".
El filósifo opinó que el Presidente que quiere es alguien "que acepte las reglas del juego del capitalismo y que no es una maldición sino una vía para que, si se hacen las cosas bien, se le dé un mejor pasar a la mayor cantidad de gente posible".
Finalmente, lamentó que se acuñe que la nueva década infame es la de los noventa. "Es otro signo de pobrismo, porque en diez años pasan muchas cosas y no todas malas. ¿Por qué tenemos que ser tan toscos de generar un monobloque con una década entera, como si fuéramos oligofrénicos?"
Rozitchner consideró que lo escucha del Gobierno, y le dan ganas de preguntar dónde estaban entonces, y si nacieron en 2000. "Eso es cortejar a la pobreza como una novia. Son frases que suenan bien pero son falsas", concluyó.