Lucía y Joaquín Galán cuentan los secretos de “Olvídame y pega la vuelta”, el gran hit de Pimpinela

Además adelantan su próximo show en streaming, cuentan cómo impactó la pandemia en sus vidas y en el Hogar Pimpinela y analizan el Cantando 2020

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Los hermanos Lucia y Joaquín Galán cuentan los secretos detrás de "Olvidame y pega la vuelta"

En un año muy particular para los Pimpinela, con la triste despedida de su madre en enero, y la llegada de la pandemia que atraviesa al mundo dos meses después, el dúo más famoso de la Argentina le abre las puertas de su intimidad a Teleshow.

“Estamos necesitando todos, más que nunca, algo que nos haga pensar en otra cosa”, reflexiona ahora Joaquín Galán, y cuenta que aprovechó el parate mundial para estar en familia. “Mi mujer me pedía que le dedique tiempo y ahora se quiere separar”, bromea. Pero no todas fueron pálidas en el 2020 para los hermanos Galán: también lanzaron dos temas que fueron un éxito, “Traición” y “Payaso”, y ahora preparan un show en streaming lleno de sorpresas. 2020, el año que se detuvo el tiempo tiene fecha el 28 de noviembre a las 21 horas, con entradas disponibles por Entrada Uno.

—¿Cómo están Los Pimpinela? A pesar de este año tan difícil, lanzaron dos temas.

Lucía: —Sí, habíamos grabado “Traición”, que fue el primero que salió. Esta historia diferente, con la participación de Carina Zampini y Gaby (Gabriel) Corrado, dos maravillosas y talentosas personas. Salió en marzo y ya está por llegar a 20 millones de visitas en YouTube. Después, “Payaso”, con Diego Olivera. Por suerte, teníamos los videoclips filmados y pudimos trabajar en este tiempo con estas dos canciones. Con Joaquín, reorganizar toda la gira por tercera vez, las fechas de Estados Unidos, México, España, Colombia.

Los Pimpinela a solas con Teleshow

—¿El que se ocupa de esa parte sos vos, no es Lucía?

Joaquín: —Tiene que ver con lo que a cada uno le gusta más. A Lucía, la parte histriónica, actoral; y a mí, lo que es la creación de la cosa.

—Es la primera vez que te toca enamorarte de otro hombre.

Joaquín: —Es la primera vez. Una historia de amor y traición que debíamos porque los tiempos han ido cambiando. La gente y sobre todo las nuevas generaciones han abierto la cabeza al amor igualitario que va mucho más allá de las costumbres y las cuestiones culturales. Hubo una gran aceptación de estos personajes que hicimos Gabriel Corrado y yo, en esa relación de dos parejas de amigos, en la que los que estaban poniendo la nota eran los hombres. Es una historia inclusiva que nos ha hecho sentir muy bien porque creemos en ello: el amor no tiene sexo. Creemos en la libertad de poder, cada uno, manifestarse como desee. Así lo tomó el 99.9 % de la gente. Los comentarios de YouTube son maravillosos.

El video de "Traición", de Pimpinela

—Hoy, ¿qué historia anda dando vueltas y está por escribirse?

Joaquín: —El streaming que vamos a hacer el 28 de noviembre se llama 2020, el año que se detuvo el tiempo, porque vamos a estrenar una canción que se llama así. Nos apeteció contar qué sentimos todos este año. Parece que nos hubiéramos quedado freezados y cuesta tanto arrancar porque siempre hay algo que te lo impide: la pandemia o hasta el mismo ánimo, la situación que te rodea. Ese fue el bichito que me inspiró este tiempo. Después, tenemos una canción, “Siempre vivirás dentro de mí”, para mamá, que el 12 de enero partió, dejó de estar físicamente junto a nosotros, aunque está permanentemente. Van apareciendo siempre historias. La segunda parte de “Traición”, que nos piden mucho.

—Un año muy difícil para ustedes por la partida de su madre y también año muy complicado para el Hogar Pimpinela. ¿Cómo lo viviste, Lucía?

Lucía: —Siempre estuve muy atenta al tema del desapego, aprender a soltar. Estos meses fue reafirmar esa sensación por la pérdida de mamá, mi separación con Pablo (Alarcón), la pérdida de Elsa Serrano, amiga, hermana de la vida... Después, esta nueva estructura del hogar, que hace que tenga un nene de seis años en mi casa desde hace ocho meses, desde que empezó la pandemia, y que se esté vinculando con una familia. Esa sensación de alegría, de placer y de felicidad, que consiga su lugar en el mundo, amparado, y por otro lado, aprender a soltarlo desde otro lugar. En estos 24 años en el hogar hemos aprendido a soltar a más de 600 chicos. Chicos que vas criando, viendo crecer, reparando sus emociones y estado anímico de cómo llegan. Digamos que esa fue mi enseñanza en esta cuarentena.

—¿Cómo te afectó la separación?

Lucía: —Es otra cosa a duelar, un proceso que va a venir bien para los dos. Fue muy pensado, muy hablado, y somos dos personas adultas y nos queremos y respetamos mucho, así que es sano tener un final feliz de nuestra historia de 15 años.

—Joaquín, ¿cuál es tu aprendizaje en este año loco que vivimos?

Compartir el tiempo con uno mismo, que a veces es tan difícil; estar en familia, que me gusta. A pesar de que me encantan las giras y viajar, soy muy hogareño, con lo cual, no fue tan difícil. Aprendí también mucho a limpiar los pisos (risas). Mi mujer me pedía que le dedique tiempo. Entonces, el otro día decía: “Ahora estará contenta”. No, ¡ahora se quiere separar! (risas).

—Lucía, del 1 al 10, ¿cómo es el humor de Joaquín?

—Vamos fluctuando en la vida, como todos, pero en general 8,50.

—¿Qué lo enoja?

—Contradecirlo (risas). No, depende. Escucha, pero cuando tiene una idea cuesta que dé cabida a otra, pero no es que sea una persona necia.

—¿Cuál fue la canción que escribió a la que menos fe le tenías?

Hay una que no me gusta, que es la lucha eterna que tenemos, y es muy pedida en las redes: “El cuento de Superman”. Me la cantó la primera vez y le dije: “No me gusta”. Por lo general, de más de 300 canciones, todas me gustan. Las compone él, pero las defendemos los dos. Pero con esta no hubo manera. Cada tanto la pone en la listita de los shows y digo: “No, esta no la canto” (risas).

—Pero si los fans la piden, los fans la piden...

—Los fans nos piden... ¡Que Joaquín haga un Zoom con los fans y la cantan en grupo! (risas).

—Joaquín, ¿a vos cuál te sorprendió de las canciones? ¿A cuál vos no le tenías demasiada fe y se convirtió en un éxito?

—No es que no le tuviera fe, pero no tenía ni idea de lo que iba a pasar con “Olvídame y pega la vuelta”. Me acuerdo que le dije al productor de planta de CBS en aquel momento, año 82... Ese disco tenía “Olvídame y pega la vuelta”, “Dímelo delante de ella”, “Vivir sin ti no puedo”, un montón de canciones. Le dije: “¿Para vos cuál es la primera, el single?”. Y me dice: “¿Me estás tomando el pelo?”. “No, sos el productor de la compañía, ¿cuál te parece?”. “Sin duda alguna ‘Olvídame y pega la vuelta’”. Y le digo: “¡¿Esa?!”. Y me dice: “¡Por supuesto!”. No me negué pero nunca me imaginé que 40 años después iba a tener una versión en Serbia, por ejemplo, que escuchamos el otro día en las redes sociales.

—¿Te acordás cómo fue escribirla?

—Estábamos viviendo en Salta y México, San Telmo. Mamá me venía persiguiendo para que cante con mi hermana. Estaba con mi grupo musical, no tenía ningún interés en hacerlo. Mi hermana tenía 15 años, 16, estaba con su colegio secundario, en su mundo. Entonces, empecé a componer y me salió esta canción. Cuando vino de la clase de teatro, le dije: “A ver, cantá ‘¿Quién es?’, y yo digo: ‘Soy yo’. ‘¿Y qué vienes a buscar?’”. Tiene un oído enorme: a los dos minutos la estaba cantando e improvisando los ademanes. Se empezó a divertir y salió. Entonces, le dije: “Me parece que tenemos algo que nos puede entusiasmar a los dos”.

—Ahora, “Olvídame y pega la vuelta”, ¿la escribiste porque sí? ¿No fue a una novia? ¿Un desamor?

—Vaya uno a saber qué fue. Con el tiempo te das cuenta de que muchas de las canciones que compusimos tenían que ver con nuestra propia vida, pero en ese momento fue la búsqueda de mezclar el teatro y la música.

—Lucía, ¡qué visionaria tu mamá!

—Visionaria y de un apoyo tremendo. Eramos una familia de clase media, nuestro papá gastronómico trabajaba muchísimo, desde las cinco de la mañana, para que vayamos a buenos colegios y tengamos lo que necesitáramos. Si Joaquín y yo hubiéramos trabajado, hubiera sido un aporte importante para la casa, económicamente. Sin embargo, nos permitió apostar por nuestro sueño. Cuando empezás no significa que ganás dinero. Estuvimos cuatro años viajando de promoción, como se decía antes, y los primeros viajes eran gratis, invertíamos en nuestra profesión. Ni llevábamos dinero a casa ni nos manteníamos. Invirtieron en nuestra esperanza y nos apoyaron en todo sentido.

—Ustedes han sido jurados de certámenes de canto. ¿Quién es su jurado preferido en el Cantando 2020?

Lucía: —Los cuatro son muy distintos, la propuesta es distinta. Ahí tenés que ver la película en general, no podés especificar sobre las condiciones vocales porque muy pocos cantan de verdad. Los cuatro hacen muy buen papel, cada uno con su personalidad, en su estilo. Cuando dan buenas devoluciones, que al otro le permiten crecer o corregir cosas que están mal, me parece bien. Cuando es la cosa agresiva por agredir, no me parece necesario.

Joaquín: —A mí me divierte mucho Oscar Mediavilla, lo quiero mucho. No soy seguidor del programa, pero a veces lo pongo para ver las devoluciones porque es muy original, un gran trabajador, le tengo mucho aprecio. Además, es el que más sabe en lo que tiene que ver con la expresión, no solamente vocal. Más allá del conocimiento, porque todos son buenos, con Oscar me divierto.

—¿Algunos de los participantes los sorprendió para bien o para mal?

Lucía: —Nuestros pichones... Nosotros cantamos con Ángela Leiva: grabamos la canción “No son todos iguales”. También estuvo en el Luna Park. Los demás son divertidos, pero bueno... Jey Mammon canta bárbaro. No quiero nombrarlos porque no quiero pelearme ni dejar a ninguno afuera, pero la gente sabe cuándo hay talento y cuándo no.

—¿Cómo se prepara la gente para el show del 28 de noviembre?

Lucía: —Una buena picadita, un vinito y en familia. Vamos a compartir con toda la gente un encuentro con humor, con emoción, con canciones, con invitados tan especiales como Carina Zampini y Gabriel Corrado, que van a venir al streaming. ¡Y muchas sorpresas más!

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