Intrahistoria del discurso del rey: quién escribió, cuándo se grabó y el papel de Letizia en el mensaje de Nochebuena de Felipe VI

Cerca de un mes de preparación y varias personas enfocadas en un texto que pasa por Moncloa. No se trata ni de largo del más complejo que ha afrontado el monarca

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Felipe VI en su primer mensaje de Navidad, en 2014, y en el más reciente, en 2022.
Felipe VI en su primer mensaje de Navidad, en 2014, y en el más reciente, en 2022.

El gran hecho informativo de cada 24 de diciembre es el contenido del mensaje que dirige Felipe VI mientras en los hogares se ultima la mesa de Nochebuena. En las cifras de audiencia se estima el número de personas que lo han visto en la televisión, no las casas en las que se ha escuchado, teniendo que salvar carreras de niños, el timbre de los rezagados a la cena o los improperios de los republicanos en la familia. Las reacciones políticas son rotundas sobre un discurso templado que no se despega de la Constitución. En Casa Real lo saben y lo afrontan conservadores, cuidando los detalles y anticipándose a las lecturas interesadas.

El hecho incontrovertible de que el monarca se encuentra en su casa y se dirige a la del resto. Pero ni es en directo, ni está redactado -al menos en su integridad- por quien lo pronuncia ni, esas lecturas interesadas aparte, persigue otra cosa que subrayar la prevalencia de la Carta Magna, acentuando cada año aquellos aspectos en los que se ha visto dañada.

Cabe recordar la única ocasión en la que don Felipe, que no concede entrevistas ni tan solo declaraciones, se desmarcó de la Nochebuena y de sus habituales intervenciones, fue en octubre de 2017, cuando habló claro para expresar su rechazo, en una aparición extraordinaria e histórica, al desafío en la unidad de España con motivo del referéndum ilegal celebrado en Cataluña. Cómo imaginar que años más tarde, si los acontecimientos se suceden según lo previsto, el rey acabará firmando la ley de amnistía que dé por zanjada toda responsabilidad por aquellos hechos.

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En 2014, Felipe VI pronunció su primer mensaje de Navidad. Fue en un contexto político y judicial muy complejo que afectaba a su propia familia.

No es un discurso sencillo. Repasando los que le han tocado, ninguno lo ha sido ya desde el primero, en 2014, apenas horas después de que el juez José Castro ordenara sentar en el banquillo a su hermana, la infanta Cristina. Felipe no podía no pronunciarse, pero tampoco abandonar su papel. Así ocurrió, abogando por una “profunda regeneración” de la vida colectiva, apelando a la “honestidad de los servidores públicos”. Como cuando debió hacerlo sobre su padre, Juan Carlos I, tras la catarata de graves informaciones sobre su patrimonio y vida extramatrimonial. En 2020. El emérito lo vio desde Emiratos Árabes, con varias investigaciones abiertas. “Debemos asumir, cada uno, las obligaciones que tenemos encomendadas; respetar y cumplir las leyes y ser ejemplo de integridad pública y moral”, afirmó su hijo.

Este 2023 hay un extracto amable, redactado con más corazón que pulso porque no estará sujeto al escrutinio: Leonor cumplió 18 años, juró la Constitución y ya es heredera al trono. En la mirada del rey ha brillado el orgullo por quien le sucederá. Las fotografías hablan por sí solas.

La princesa Leonor y Felipe VI en el día de la jura de la Constitución de la heredera al trono. (Eduardo Parra/Europa Press)
La princesa Leonor y Felipe VI en el día de la jura de la Constitución de la heredera al trono. (Eduardo Parra/Europa Press)

Desde comienzos de diciembre

El discurso quedó grabado este viernes por la tarde. Un equipo de Radio Televisión Española acudió a Zarzuela y ya está preparado para enviar al resto de medios de comunicación unas horas antes de su emisión, siempre que no publiquen antes del momento en que esa emisión concluya, unos 12 minutos pasadas las nueve de la noche. El beneficio no es otro que los periodistas puedan cenar en sus casas, con tiempo para haber elaborado las informaciones y las opiniones pertinentes.

Su redacción, la del discurso, lleva tiempo. Desde que comenzó el mes. El Gobierno conoce de antemano cada palabra que saldrá por boca del rey se trate de la Nochebuena o de una feria literaria o de turismo o una entrega de premios. Moncloa debe dar el OK. El rey “no está sujeto a responsabilidad”, reza la Constitución. Artículo 64: “Los actos del rey serán refrendados por el Presidente del Gobierno y, en su caso, por los ministros competentes”. En sus atribuciones, el monarca no puede manifestar parecer que no encaje en una dinámica que tradicionalmente ha funcionado. Esto no quiere decir que sea el ejecutivo, no digamos Pedro Sánchez, quien redacte esas palabras. No es así. Lo hace Casa Real y Moncloa se limita a sugerir variaciones en expresiones o añadir referencias que considera apropiadas y han podido pasarse por alto.

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Fuera de Zarzuela, el primero en leerlo fue Óscar López, jefe de gabinete de Sánchez, hace unos días. Una diferencia respecto al tiempo de Juan Carlos I es que Felipe VI prefiere ocuparse de lo que va a decir, no sin escuchar, no sin asesorarse. Cuando el texto puede darse por definitivo, ya de vuelta de Moncloa y tras un último vistazo del rey, solo queda poner fecha a la grabación.

Pedro Sánchez promete su cargo como presidente del Gobierno ante el rey. (Andrés Ballesteros/Reuters)
Pedro Sánchez promete su cargo como presidente del Gobierno ante el rey. (Andrés Ballesteros/Reuters)

Letizia, tras las cámaras

Cámaras, iluminadores, maquilladores, realizadores. La reina Letizia entre ellos, periodista y espectadora, última supervisora como conocedora de los códigos de la televisión y la comunicación. Lo que se verá en pantalla es el Salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela. Solo en 2015 cambió, situándose en el Salón del Trono del Palacio Real. La escenografía no es casual. Saben que los medios harán zoom en cualquier obra que se pueda ver, fotografía, decorado floral. La vestimenta suele pasar inadvertida, toda vez que no se ha llegado al extremo de tratar de extraer del color de las corbatas.

El mensaje de este año tiene lugar apenas semanas después de que el rey presidiera la solemne apertura de la legislatura, donde ya pudo referir algunas de las principales crisis nacionales. Antes, había recibido a Pedro Sánchez tras su investidura y su gesto serio, el del rey, fue objeto de toda serie de especulaciones sobre su supuesto enfado por la amnistía negociada en Bruselas.

No dirá la palabra ‘amnistía’. Tampoco las palabras ‘Consejo General del Poder Judicial’. Pero en su defensa de la Constitución caben, como su recuerdo a los colectivos que sufren, como la referencia a los grandes conflictos internacionales; en 2022 la guerra en Ucrania, a la que en 2023 se suma la que se libra en Gaza. Este domingo a las 21:00 horas se resuelven el resto de incógnitas.