Cuatro relatos reales de terror en el fútbol argentino: el “fantasma” de la Selección, efectos especiales y el misterio del “gomero”

La pelota N° 5 también tiene sus historias inquietantes. En un deporte que se aferra a las cábalas y las supersticiones con la certeza de que inciden en los resultados, testimonios e imágenes de la pasión... por lo sobrenatural

Compartir
Compartir articulo
La leyenda del "fantasma" de la Selección

Freddy Krueger y sus intrusiones en los sueños. Jason, con su máscara de hockey sobre hielo y su machete en la saga Martes 13. Jigsaw y su cruento Juego del Miedo; la sangre por la sangre misma. O los sustos en videos caseros de Actividad Paranormal. El género de terror es uno de los más populares en el cine, y esconde el secreto temor de que rompa la pantalla y que irrumpa en la realidad. O directamente coquetea con él. Incluso, en un mundo que luce ajeno como el del fútbol.

Sí, porque la pelota N° 5 también tiene sus historias de terror. Mitos o relatos, con imágenes inquietantes o testimonios en primera persona que erizan la piel y bien podrían ser carne de guion, en un deporte que se aferra a las cábalas y las superticiones con la certeza de que inciden en los resultados. Aquí, cuatro sucesos ocurridos en el mismísimo campo de juego, en un vestuario, en una concentración o un campo de entrenamiento, pero con el miedo con la 10 en la espalda y los botines puestos. Y gritos que no son precisamente de gol.

El “fantasma” de la casa de la selección argentina

El hogar de los campeones del mundo tiene sus secretos. Incluso, un habitante misterioso, desconocido; más bien una presencia. Carlitos, tal como se lo conoce en Ezeiza, (o MacGyver, por su facilidad para resolver todo, como el protagonista de la serie), trabaja en el departamento de mantenimiento del complejo. Y supo narrar un suceso paranormal estremecedor ocurrido en el predio que hoy se llama Lionel Messi.

“Cierta persona acusa haber visto una aparición en negro que lo estaba mirando mientras sacaba hielo de la heladera. En cierto momento sintió un escalofrío, miró hacia ese lado, vio algo y salió a correr, despavorido. En la filmación se lo ve correr despavorido, pero no se ve la imagen que él señala haber observado”, explicó en una entrevista con DSports.

Esa “cierta persona” es ni más ni menos que Marcelo D’Andrea, más conocido como Daddy, fisioterapeuta de la Selección y hombre de confianza del capitán albiceleste. “En aquella ocasión, fui a buscar hielo para el Gringo Heize, de noche. Sentí un escalofrío, vi una imagen negra, y no sé si era el Negro Bennett (ex delantero de Argentinos y San Lorenzo), Tutankamon, o quien sea; pero tiré la bolsa de hielo a la mierda y salí corriendo. Y el Gringo me dijo: ‘¿Y la bolsa?’ Qué bolsa de hielo ni bolsa de hielo, ¡vi un fantasma!”, narró entre risas.

“Carlitos se fue sin decir nada a ver en las cámaras de seguridad, pero no sabemos qué fue”, agregó Daddy. El citado trabajador agregó un detalle que produjo escalofríos: “Hay algo raro. Arriba de la puerta hay una luz que se iluminó. Y esa tiene un sensor, se prende por movimiento”.

“También se dio la desaparición de un cuadro. Hay una cámara que enfocaba al cuadro y se ve que, de pronto, desaparece”, sumó otro elemento perturbador. La pregunta es: ¿el fantasma habrá festejado el título de La Scaloneta en Qatar?

Efectos especiales caseros, pero efectivos

Cacho Saccardi, una leyenda de Ferro (@LibroSaccardi)
Cacho Saccardi, una leyenda de Ferro (@LibroSaccardi)

Ferro, dirigido por Gerónimo Saccardi, el máximo ídolo del club, ya ostentaba la marca sin hacer goles más extensa del profesionalismo (frenó en 874 minutos). El fin de la sequía ofensiva llegó el 28 de abril de 1999, frente a River en Caballito. Y así como la serie adversa tuvo tufillo a hechizo, la ruptura fue acompañada por un halo mágico. O místico, aunque, es verdad, un tanto prefabricado…

“La charla técnica previa al partido fue en el Hotel Cuatro Reyes, donde se concentraba el plantel. Mi papá llevó a los pibes a un patio interno que tenía el lugar, cubierto por un techo de policarbonato. En un momento de la charla motivadora, Cacho le pidió a Dios, gritando, que diera una señal de que estaba con ellos. Y ahí nomás el profe (Enrique) Polola hizo caer un baldazo sobre el techo de policarbonato, que hizo un estruendo… ¡El susto que se pegaron!”, relató Alejandro Saccardi, hijo del DT, el ardid empleado para invocar al gol.

Que apareció, al fin, a los 63 minutos de aquel juego ante River, a través de Raúl Cristian Chaparro. Fue el 1-1, ya que el Millonario se imponía 1-0 a partir de la conquista de Damián Álvarez. El grito costó en salir de la garganta; previamente amagó con un tanto anulado a Martín Mandra. El delantero, además, anotó el 2-1; y no fue victoria de Oeste porque Javier Saviola se empecinó en amargarle el desahogo sobre el final.

Un “ángel” entre los aspersores

La foto del "fantasma" pasando por detrás de los aspersores de Cultural Aranguren
La foto del "fantasma" pasando por detrás de los aspersores de Cultural Aranguren

En 2018, la Asociación Deportiva y Cultural Aranguren fue noticia y no por cuestiones deportivas. El club que forma parte de la Liga de Fútbol de Nogoyá se hizo viral por una serie de fotos que no mostraron tribunas atiborradas de gente o un festejo de gol. El lunes 2 de abril el primer equipo se estaba entrenando en el predio del club, mientras algunos colaboradores accionaron el sistema de riego y le tomaron una serie de fotos a su funcionamiento.

Cuando repasaron las imágenes advirtieron una aparición que pasa por detrás de los aspersores, como si se tratara de un curioso más interesado en el devenir del equipo. “Probando el riego en la cancha del Verde, se tomaron unas fotos, ¡y aparece esto! ¡Hay que creer o reventar! Dicho de antaño”, publicó Matías Pérez, el director técnico del conjunto.

Las fotos generaron más terror que un penal en contra entre los futbolistas, que se enteraron al verlas en el Grupo de WhatsApp que compartían. “En el momento del registro nadie la vio, más allá que algunos dijeron haber visto como que alguien pasó caminando”, comentó Pérez en declaraciones al diario Uno de Entre Ríos. La inquietud provocó que en el club tomaran una decisión: convocar a un sacerdote para que analizara los hechos.

“Es un ángel que vino a darles suerte”, ofreció su mirada. Y la espuma bajó, con la sensación de que el equipo pasó a contar con el verdadero jugador N° 12.

El misterio del “gomero” que sorprendió a Humberto Grondona y a Marcelo Tinelli

El misterio del "gomero" que salvó a Humberto Grondona y a Marcelo Tinelli

Ya cuando alternaba su pasión como futbolista con su trabajo en Radio Rivadavia, acompañado de Humberto Grondona, hijo de Julio Humberto y entrenador de dilatada trayectoria (pasó por Racing, Independiente, y las selecciones juveniles de Argentina, con las que logró dos títulos), Marcelo Tinelli jugó en San Juan Bautista de General Madariaga.

Hacia allí viajaba el grupo de jugadores desde la Capital Federal cada fin de semana para representar al equipo en la liga local. Humbertito narró un suceso paranormal que vivieron en una de esas excursiones: lo hizo en el programa N° 12 de Lo del Turco, el show por streaming que conduce Claudio García y que reúne en una mesa a personajes de diferentes ámbitos.

“Íbamos de noche a jugar a Madariaga, salíamos los viernes, Tinelli, yo y tres amigos más. Parábamos en Las Armas, tomábamos un café, y salíamos a la ruta para Madariaga, Pinamar, Gesell. Yo tenía un Peugeot, era de noche. Pinchamos una goma. Imaginate que, para cambiarla, yo, cero; Marcelo, cero; los otros chicos, cero”, prologó el orientador que hoy se desempeña como comentarista televisivo.

“Estábamos ahí, sentados, y viene un señor con una bicicleta. Paró, nos cambió la goma, y arrancó. Lo quisimos buscar y el tipo no estaba más”, describió. “¿Era un gomero extraterrestre? ¿En serio me decís, Humberto?”, lo aguijoneó el hilarante conductor del envío. “¿Los demás vieron lo mismo?”, le preguntó Leo Montero, otro de los invitados junto a Maravilla Martínez, Roly Serrano y Antonio Ríos. “Nos quedamos mirando que el de la bicicleta no estaba más; no había manera, camino de tierra, ¿dónde está el de la bicicleta?”, se cuestionó en retrospectiva el narrador.

“Por ahí se estaba echando un meo al costado y no lo viste”, lo aguijoneó el Turco como cierre de la anécdota.

Ver más