Recuerdos y vivencias de Luz Segui, histórica productora televisiva: “Lo que hacíamos con Mauro Viale era la vida; amarillismo es lo de hoy”

La creadora de los mayores éxitos de la tevé argentina, y mano derecha de figuras como Mirtha Legrand y Gerardo Sofovich, recuerda cómo era trabajar en los 90. Irónica y verborrágica, analiza el periodismo actual. Y advierte: “Ahora cambiás de canal y ves la misma noticia, la misma cosa. Todo es simétrico”

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Trabajar con Luz Segui es sinónimo de garantía, tenacidad, creatividad. Y estresazo. Desde muy joven su curiosidad por las artes y la moda la llevaron, sin preverlo, a los estudios de Canal 9 y hasta Mirtha Legrand. Desde ese instante, al que recuerda “como una fiesta”, su vida cambió.

Antonio Carrizo, Héctor Larrea, Gerardo Sofovich y Mauro Viale fueron algunas de las grandes figuras con las que trabajó y de las cuales aprendió todo el oficio, siendo ellos su única universidad. Su último trabajo reconocido fue el programa Mediodía con Mauro, un hito en la televisión argentina que superaba los 20 puntos de rating, inaugurando un estilo distinto de periodismo.

“Nosotros hacíamos un programa que era la vida; amarillismo es lo de hoy. No era amarillo, ponele el color que quieras”, dice Segui, a propósito de las críticas a aquel ciclo. Hoy, alejada por elección de la vorágine de la adrenalina extrema, trabaja de forma independiente junto a su socio, Gabriel Pérez del Campo, en su propia productora: Argentinos, un Espacio de Ideas.

Dispuesta a una charla íntima, llega a los estudios de Infobae con la misma energía, chispa y humor sarcástico que tenía hace 25 años, cuando quien esto escribe dio a su lado sus primeros pasos en el medio como pasante. Con más años ambas, y desde distintos roles, más que una entrevista lo que sigue es el retrato de un inolvidable reencuentro.

Luz Segui en los estudios de América TV, produciendo Mediodía con Mauro

—¿Quién es Luz Segui?

—¿Quién soy? Luz Segui. Pregunta: ¿tenemos tiempo?

—Sí.

—Okey. Luz Segui, como me dijo una vez Bernardo Neustadt: ”Sos una marca registrada. Con todo lo que has hecho, tenés que hacer un libro contando anécdotas, recuerdos, todas las vivencias que has tenido en este tiempo de trabajo. Yo te lo prologo”. Lamentablemente él después falleció, pero empecé a escribir: tengo un borrador grande. Escribo cositas de cada una de estas grandes figuras que han trabajado conmigo, que son muchas y variadas, diferentes todas, con las cuales aprendí mucho: me fui formando sin ningún tipo de universidad o estudios referidos a eso. En conclusión, yo me considero una marca registrada, como me dijo Neustadt.

—¿Cuándo y con quién comenzó a trabajar en los medios? ¿Lo recuerda?

—Sí. ¿Cómo no me voy a acordar si fue una fiesta? Era una chica muy inquieta, con mucha necesidad de hacer cosas lindas, me gustaba todo lo artístico: la pintura, la poesía, la fotografía, el cine, la decoración. Todo eso me llevó a trabajar en la Secretaría de Cultura. Además, organizaba desfiles de moda y tés con fines solidarios en el Hotel Alvear, junto a Eduardo Pellegrini, gran amigo mío, quien me dice un día, muy informalmente, que había que llevar una tarjeta de invitación a Mirtha Legrand para esos eventos. Enloquecí. Fui a verla, en esa época en Canal 9, y le digo: “Chiquita, soy Luz Segui y vengo a traerte una invitación porque yo organizo desfiles, pa, pa, pa”, le explico todo. Yo veía la producción: entré en un clima de revolución, de gente que corría, teléfonos que sonaban, gente que entraba, que salía, un Armando Barbeiro, productor de Mirtha, enloquecido, con el pelo parado, Chiquita que recién llegaba, que la traía Daniel (Tinayre), me acuerdo, ya a punto de salir al aire. Aquel clima no era el ideal para que yo llegara con mi tarjetita de invitación. Me dijo: “Esperame un poquito acá”. Y de repente vi que necesitaban ayuda, entonces empecé a atender los teléfonos. Y ahí Chiquita me dice: “¿Querés trabajar conmigo?”. Yo la miré: “¡Pero sí! ¿Cuándo?”. Y me contestó: “Mañana”.

—Comenzó con Mirtha. ¿Y luego?

—Un día me viene a buscar Armando Barbeiro, con el cual ya había tenido contacto en lo de Mirtha, y me dijo que se abría Canal 7 y que se iba a llamar ATC. Estuve en el canal, te diría para redondear, 20 años.

—¿En 20 años a qué figuras produjo?

—Todas las que se te ocurran. Todas. Trabajé con Antonio Carrizo, con Héctor Larrea. Por supuesto, con Gerardo Sofovich, casi mano derecha cuando él creó el ATC Cable, canal en el que yo fui la directora. Trabajamos en la gerencia de noticias con Mauro Viale. Yo era productora en ese momento también del noticiero y empezamos a trabajar juntos en varios proyectos.

Luz Seguir en Mediodía con Mauro, con Maradona de invitado

—En sus comienzos no estaba en auge el feminismo. ¿Cómo se manejó en ese tiempo?

—Sola. Sola.

—¿Qué fue lo que más le costó?

—No me costó porque una está entrenada para la crisis. Por ejemplo, yo no tengo hijos, pero me considero una madre soltera que tiene que lavar, planchar, llevar a los chicos al colegio, mantenerlos, porque acá era “yo, yo y yo”. Y tengo mil recuerdos de la soledad en la que yo trabajaba. Por ejemplo, tuve que ir al Canal 13 de Corrientes, y no había una escenografía. El canal estaba en una casita en el medio del campo, y me pregunté: “¿Cómo armo una escenografía acá?”. Entonces colgué en un árbol una lámpara, puse en el pasto un piano, que había adentro en el estudio, y como había vacas alrededor, pude hacer una escenografía natural, ¿por qué no? Si no, es todo rígido. Y así, un montón de veces, en Santa Fe, Tucumán, Salta, Mar del Plata. Tenía que armar escenografías porque no había. Eran otros tiempos. No es solamente hacer un programa de televisión: hay que razonarlo, armarlo, pensarlo. Es una cosa integral, como un cine. A mí me gusta esa televisión, pensada, no una televisión improvisada.

—¿Cómo fue producir a Mauro Viale y qué opina sobre las críticas que decían que se trataba de “un periodismo amarillo”?

Nosotros hacíamos un programa que era la vida. Como hoy, la vida: ahora nos muestran divorcios, separaciones, ¿y eso qué es? ¿Verde? El detalle más importante que quiero remarcar es que en ese programa amarillo, mal puesto el color, todos los periodistas buscaban la nota que nosotros teníamos en el estudio, porque teníamos al protagonista en el piso. Amarillismo es lo de hoy, diría sensacionalismo para vender más, para tener más publicidad, más rating. Pero eso no era amarillo: ponele el color que quieras. A nuestros programas venían psicólogos, psiquiatras, había debates, el panel tenía un sentido, que era opinar y debatir los temas de ese momento. La mesa central donde se hablaba del tema del día. Los que opinaban. Los invitados. Era un programa que se armaba sobre la marcha. Había veces que el programa se seguía produciendo en el aire, ¿vos entendés lo que significa eso? En el aire. Vivíamos corriendo a buscar… Y había un equipazo impresionante.

—¿Cómo ve a la televisión de hoy?

—Veo una distancia muy grande entre lo de antes y lo de ahora. También entiendo que no hay plata para grandes producciones, pero sí sé que no necesitás plata para hacer un buen programa. Se necesita cabeza, cerebro, sentido común, inteligencia y creatividad, que es la palabra que a mí siempre me coloca en la caja. Si no tenés creatividad, andate a tu casa. Veo una televisión absolutamente lavada, como si la hubieran metido adentro de un lavarropas. Que no tiene ideas, que no tiene creatividad. Yo veo muchos programas, sobre todo los periodísticos, que me gustan mucho. Pero no veo... ¿cómo explicarte? No le veo creatividad, sinceramente, no le veo idea, no le veo forma. Es todo lo mismo: cambiás de canal y ves la misma noticia, la misma cosa. Todo es simétrico.

—¿Y cómo ve al periodismo?

—Bueno, el periodismo es surtido. Lo veo banal en algunos casos, sin investigación. Para mí es el mejor oficio del mundo, como dijo García Márquez, el periodismo puro. Entonces, ¿qué quiere decir? Que lo de ahora está dividido en varias partes. Periodismo es columnistas, panelistas, economistas, conductores, encuestadores, opinólogos. Es decir, cada uno se va aplicando según el tema. Pero eso no es el periodismo, eso es la coyuntura. Hablame de periodismo de raza, hablame de tipos grosos, hablame de gente que realmente es periodista de verdad, que profundiza.

—¿Cuáles son los periodistas de raza hoy?

—Puedo nombrar a varios, tal vez sean jóvenes, pero tienen una carrera impresionante. Me gusta Jorge Lanata porque investiga. Me gusta el periodismo de investigación, no me gusta la cosa ideológica. Yo quiero un periodismo independiente, pero no lo veo. Los periodistas de raza hoy son pocos. Apunto más a la gente joven, por ejemplo, Joni Viale es uno. Me gustan Pablo Rossi, Eduardo Feinmann. Me gusta gente de radio. Me gustan las mujeres periodistas. Hay varias. Los grandes periodistas de antes, que estaban en su pupitre en los noticieros, eran profesionales más concretos: leían el título de la presentación de la nota y no se excedían. Ahora todos se salen. Los programas periodísticos tienen una editorial que dura media hora, y en la editorial dicen todo. Y la que quiero remarcar, que me encanta como editorial, es la de Joni Viale: excelentemente armada desde el punto de vista televisivo. La imagen, el contenido, la estadística. Y por supuesto va ahí, como digo yo, con el dardo, no para herir, sino para marcar el blanco de lo que él quiere decir. Y ya está hecho el programa, y después un invitado.

No necesitás plata para hacer un buen programa. Sino no tenés creatividad, andate a tu casa

—¿Todos los periodistas pueden editorializar?

—Creo que no. Tenés que tener un lenguaje de precisión increíble porque, lógicamente, si no tenés claro lo que querés, decir abstenete porque no se entiende. Ahora, también digo: ¿al público le gusta, le interesa todo eso? Porque todo es político, en definitiva. ¿De qué vas a editorializar? ¿De qué otro tema? Y ahora, como estamos en una especie de media entre campaña y no campaña, internas y no internas, lo veo un poquito endeble. Se pelean los políticos unos contra otros en un gran Luna Park. Todo eso hace un componente de mucha revolución informativa, que al final el que está viendo eso prefiere ir a ver una película, porque enloquecen.

—¿Qué le gustaría hacer en la televisión actual?

—Si pudiera hacer la televisión que yo quiero, haría otra cosa.

—¿Qué haría?

—No sé, otra cosa distinta. Saldría mucho más a la calle, más exteriores, hablaría con la gente. Tendría una idea de mostrar algo diferente. Porque estamos enfrascados desde la pandemia y en un círculo vicioso de cosas tristes, dolorosas y no hay nada que nos acompañe, algo que nos diga “bueno, acá estoy”. Me gustaría hacer algo para la gente, pero no la típica ayuda de ir al comedor de Margarita Barrientos, por ejemplo, no solamente eso, sino más. No sé de qué manera, pero ayudar desde un sentimiento me refiero. Estamos en un momento donde acá solo hay planes y planes y recontra planes. ¿Y los demás? Bueno, algo que tuviera que ver con ayuda social, algo solidario, porque la gente necesita ayuda. Está triste, está mal.

—¿Y a quién se imagina conduciendo ese programa?

—Si estuviera la Madre Teresa de Calcuta la pondría a ella (risas). No, es un chiste. Alguien que tenga empatía con la gente, que la quiera, que se preocupe. Porque nuestros gobernantes no se ocupan. Están mirando al sudeste. Están en otra.

Luz Segui en una fiesta de la revista Gente, junto a Chiche Gelblung y Marcelo Capurro, directivos de la revista, en el Hotel Hermitage de Mar del Plata

—¿En qué momento sintió que llegó?

Yo creo que ya llegué. Y pasé. Tipo las maratones, que uno llega a la largada, la llegada y bajan la bandera. Yo creo que ya está. Pero de todas maneras, se sigue aprendiendo y estudiando, porque sino te quedás en el tiempo. Tenés que aggiornarte, y yo no tengo 20 años.

—Le modifico la pregunta: ¿cuándo se sintió consolidada como productora?

—Con los logros. Con el éxito, con el rating. Porque con la gente con la cual yo he trabajado, que ha sido toda muy difícil en el sentido de la exigencia, estás todo el tiempo a prueba. Porque me levantaba a la mañana y me preguntaba: “¿Llegaré a hacer esto?”. Y llegaba. “¿Podré mañana tal cosa?”. Y lo hacía. Y así todo el tiempo, como todas las cosas en la vida.

—¿Nota mucha improvisación en los medios, mucha gente que entra por la ventana?

—Sí. Y te das cuenta enseguida el que entró por la ventana, lo ves hoy en la televisión. Los recomendados. ¿De dónde salió? ¿Quién es éste? No sabe ni sentarse. No tiene idea. Pregunta cualquier cosa. Lo digo bien, con cariño, porque yo adoro la tele, adoro a todo el mundo, pero por ejemplo están en un móvil rodeando al abogado de un caso y se pregunta algo que hace un minuto había hecho otro y otro y otro. Ni siquiera escuchan la nota. Están ahí y no van ni preparados. Es fácil ser periodista y leer un título o dar una primicia, pero la primicia, si no está investigada antesm no sirve. No es quién golpea primero sino quién lo hace mejor. Sobre todo lo veo en los móviles: la gente no está preparada, no sirve. La pista de prueba es ir a hacer un móvil (risas). Cuando hacíamos los famosos casos en el programa de Mauro, trabajábamos con el expediente. Yo me estudiaba el expediente. ¿Vos te creés que yo me enteraba por la radio? No. No leíamos el diario. A los chicos jóvenes les digo: lean, infórmense, y antes de ir a hacer la nota tienen que también producirla, ir a ver adónde se meten, con quién se meten, cómo dicen, cómo preguntan, cuál es su sentimiento cuando tienen que hablar con una mamá que perdió al hijo, cómo la van a encarar. Porque los periodistas de hoy terminan de leer un muerto y siguen con la temperatura. Los periodistas de hoy son como pronosticadores de clima. Todos opinan. O sea, se adelantan sin saber. Sin embargo, hay muchos jóvenes muy buenos. Aplaudo, por ejemplo, a los chicos economistas. Me encanta Martín Tetaz. Me encanta porque la tiene clara, sabe, es joven, va al frente, tiene seguridad, tiene aplomo. Y así como él, hay otros también.

—¿Qué requisitos inamovibles debe tener un periodista para ser bueno?

—Tener actitud, fundamental. Porque si vos no tenés un poco de sangre en las venas... Insisto, no es para descalificar, pero todos los que llegaban, toda gente que hoy está en grandes cargos, fueron chicos que se iniciaron conmigo, todo el grupo que teníamos en el programa de Mauro, hoy son Gardel, Le Pera y todos los músicos. Ellos llegaban con su carpetita, con su currículum, yo los miraba y buscaba la actitud. Hay un caso concreto que fue el de Ronen Suarc. Se había hundido un barco en el Tigre y yo estaba en la vorágine porque hacía ese programa que era una locura, andábamos todos corriendo de un lado para el otro, y le digo: “Tenés que ir al Tigre. Te vas allá, te mojás, te metés”. Esa fue la prueba de fuego. Lo nombro porque realmente puedo decirte que llegó. Vos te das cuenta cuando alguien tiene actitud o tiene ganas de hacer algo, o las ganas le salen por las venas, la decisión, la pasión. Si vos no tenés pasión, no sirve.

Luz Segui junto a su equipo de producción e invitados, entre ellos Diego Maradona

Algo Personal

—¿Qué es lo primero que piensa cuando se despierta?

—Todo lo que tengo que hacer y por dónde empiezo (risas). Estoy haciendo cosas y estoy contenta. Siempre tengo ganas, soy una persona gánica. El mismo espíritu que vos conociste el primer día que nos vimos lo sigo teniendo, que es lo más importante: estar activa. Y si no estás activa inventate algo. Inventá, salí, movete, caminá, andá al gimnasio, estudiá, seguí estudiando, seguí leyendo, informándote, no tanta televisión, que enferma a veces, sino ir por otros lados, juntarte con amigos, salir a comer, salir a tomar un café, verse, hablar de otras cosas, que eso hace muy bien a la salud también. La soledad no es buena.

—¿En algún momento pensó que no podía con algo o con alguien?

—No, creo que no. Yo siempre me sentí fuerte porque tengo personalidad fuerte, carácter fuerte, y por ahí, también mal carácter. Porque yo soy exigente, entonces siento que no pueden. Puede conmigo alguien que quiera superarme o aplastarme en algún sentido, pero lo dejo pasar y digo: “¿Vos querés jorobarme, me querés molestar, me querés dañar, me querés herir? Hacelo. Yo ni siquiera te registro”. No sé si me explico. Ya está, ¿para qué?

—¿Qué consejo le gustaría dar a los jóvenes que creen que la televisión es Hollywood?

Primero, tienen que saber dónde se van a meter, que no es fácil. Es duro. Pero si te gusta, acordate: va a ser un estresazo. Depende la personalidad, pero si vos no tenés una personalidad fuerte no podés actuar o hacer cosas. Hay que empezar desde abajo, aprender, leer mucho el diario, ver mucha información del exterior. En este mundo globalizado con todas las alternativas que hay increíbles de tecnología, estás al toque ahí con todo. Antes era a pulmón, había que ir a buscar a los invitados a los teatros de Mar del Plata, por ejemplo. Tenía que ir yo de noche, que estaba hecha bolsa de cansada, a buscar solita al invitado para el día siguiente del almuerzo o lo que fuera. Eso es trabajo de producción, moverse, estudiar, leer, aprender, mirar mucha tele.

—¿Cómo titularía su vida en los medios?

—¡Qué difícil! Chiquita, pero no tan chiquita, grande. ¿Qué significa? Dentro de uno hay como un grado de humildad, de niñez, de ternura, y de repente te convertís en leona. ¿Qué quiere decir leona? Salir a la lucha, porque no es fácil. Y la lucha es muy grande. Entonces hoy en este mundo de tanto ego, como dijimos antes, y tanta lucha por el poder, mucha gente se pelea por distintas cosas y yo me siento humilde en ese paquete. Cuando hay un entrenamiento interior vos estás preparado para lo que venga, malo, bueno. Generalmente malo. Lo importante de todo esto es saber que uno puede. ¿Sabés lo que es poder? No poder de lucha, del poder-poder, sino que podés porque está en tu interior manejarlo. Eso ya pasa por otra cuestión. Hagamos meditación, relajarse, entender. Todo tiene que ver con todo. Yo siento que soy pequeña interiormente y soy grande en la cosa cotidiana. Tengo que hacerlo y lo hago, puedo. Puedo porque tengo un poder fuerte interior que hace que lo logre.

—En pocas palabras, defina a... Mirtha Legrand.

—Profesional.

—Susana Giménez.

—Su estilo.

—Marcelo Tinelli.

—Luchador.

—Jorge Lanata.

—Brillante.

—Marcelo Longobardi.

—Inteligente.

—Eduardo Feinmann.

—Diferente.

—Jonatan Viale.

—Un crack.

—Una periodista mujer.

—Luciana Geuna.

—Un productor de televisión.

—¿Productor de hoy? Bueno, debe haber miles. En este momento no tengo uno preciso, pero de acuerdo a si tengo que clasificar en su momento puedo decir que Mauro fue un gran productor.

—Un programa de televisión.

—El programa de Joni.

—Un canal de noticias.

—LN+.

—Una radio.

—Rivadavia.

—El mejor día de tu vida.

—Hoy.

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