Las pruebas de la Justicia para procesar a la mamá de Parque Patricios acusada de matar a su hijo

A Paula Yasmina Guerrero la jueza Alejandra Provitola le dictó la prisión preventiva por el crimen de su hijo Milo, con la calificación de homicidio agravado por vínculo y alevosía

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Paula Yasmina Guerrero y su hijo Milo
Paula Yasmina Guerrero y su hijo Milo

En la tarde del martes 18 de enero pasado, Paula Yasmina Guerrero, de 29 años, fue indagada por la muerte de Milo Alexander Derto Guerrero, su hijo menor, un bebé de apenas dos años, por la que había sido acusada y detenida. Frente a la jueza Alejandra Provitola se mostró angustiada, aseguró no haberlo matado y dijo que todo lo que había hecho esa noche había sido mezclar alcohol con clonazepam.

“Perdón, no sé qué pasó, capaz lo aplasté, jamás le haría daño a mi hijo, cómo voy a vivir sin él, no fue a propósito”, repitió de varias formas distintas. “No me acuerdo más, fue la depresión de estar angustiada de este chabón, que va y viene”, se excusó también en relación a la separación reciente de Felipe, el padre del bebé.

Su justificación, sin embargo, no alcanzó.

Este martes, la jueza Provítola procesó con prisión preventiva a Paula -alojada en una celda de la Policía de la Ciudad- por el delito de homicidio doblemente agravado en razón del vínculo y por alevosía de Milo. Es decir, por haber asesinado a su propio hijo aprovechándose de su indefensión. También trabó un embargo por $ 2.500.000.

Milo había cumplido los dos años: este lunes, por una decisión judicial, iba a quedar a cargo de su papá
Milo había cumplido los dos años: este lunes, por una decisión judicial, iba a quedar a cargo de su papá

Una de las principales pruebas en su contra -en la resolución a la que accedió Infobae- es un examen toxicológico sobre las muestras de sangre y orina tomadas el mismo día de la muerte del chico y la detención de Paula.

“Tomé el vino del cartón, una pastilla de clonazepam para dormir y un vaso de vino que había en la heladera”, dijo sobre las horas previas a, supuestamente, despertarse para encontrar que Milo no respiraba. El informe médico, sin embargo, descartó la presencia de alcohol, fármacos como benzodiazepinas o estupefacientes.

En el departamento del cuarto piso en el edificio sobre la avenida Caseros al 2400, -donde Paula vivía con Milo y C., de 9 años, hijo de una pareja anterior- tampoco se hallaron blísteres, botellas o envases que den cuenta de esos consumos.

La autopsia practicada sobre el cuerpo de Milo reveló que el bebé murió a causa de una “congestión, edema y hemorragia pulmonar” y un “edema encefálico difuso”, lo que en principio no confirma un homicidio.

Milo, asesinado este fin de semana, con su hermano C., de 9 años, fruto de una relación anterior de Paula
Milo, asesinado este fin de semana, con su hermano C., de 9 años, fruto de una relación anterior de Paula

Pero mientras los investigadores aguardan resultados de un estudio histopatológico y toxicológico del chico, que pueden torcer el rumbo de la investigación y confirmar una supuesta patología cardíaca de base, la hipótesis judicial principal es que Paula asfixió a Milo con un almohadón, con sus manos sobre el rostro o ejerciendo presión en su cabeza contra el colchón o la almohada.

El sábado a las 14, una tía de Paula fue hasta el departamento y se encontró lo peor: Milo estaba muerto -de acuerdo al informe forense, en ese momento hacían ya más de 10 horas- tapado con una frazada, rodeado de almohadones y peluches.

La mujer informó a la Policía porteña y el chico fue trasladado al Hospital Garrahan, donde los médicos constataron la muerte. Luego Paula se autogeneró cortes visibles en las muñecas que, por su profundidad, no podrían haberle ocasionado ningún daño: en la Justicia creen que lo hizo para dar credibilidad a su relato de un supuesto accidente.

No son las únicas pruebas en su contra. En su resolución, la jueza Provitola valoró también los comportamientos que Paula tuvo y las amenazas que hizo los días y semanas previas al crimen de Milo y trazo una cierta recurrencia de la detenida de desahogar su frustración sentimental a través de sus hijos.

Paula Guerero: foto con Milo de sus redes sociales
Paula Guerero: foto con Milo de sus redes sociales

Felipe Derto y Paula se habían conocido hace cuatro años, trabajando en un restaurante de San Telmo. Al poco tiempo ella quedó embarazada de Milo y algunos meses después del nacimiento, la relación se complicó: ella lo acusaba de ser violento y él aseguraba que era ella quien lo maltrataba e inventaba agresiones.

A pesar de todo, la relación y la convivencia siguieron hasta el 1° de enero pasado, cuando se separaron y el padre de Milo decidió denunciarla, por lo que se desató entre ambos una batalla por la tenencia del bebé. El temor ante esa posibilidad, junto con su “obsesión rumiante” por mantener vigente el vínculo con su ex, sostuvo la jueza, habrían derivado en la determinación de acabar con la vida de su hijo en común.

En la causa consta un video de casi 3 minutos, filmado por el padre de Milo, donde se puede ver una discusión entre ambos en la calle frente a dos efectivos y los dos hijos de la mujer. En esa conversación, donde ambos se agreden, Paula intenta explicarle a uno de los policías que ella lo había denunciado, pero que él intentaba abandonarla.

Felipe y Paula se conocieron hace cuatro años. El 24 de diciembre de 2019 nació Milo
Felipe y Paula se conocieron hace cuatro años. El 24 de diciembre de 2019 nació Milo

“¿Qué querés Paula?”, le dice él. “Yo quiero que no me dejes sola con el bebé”, le responde ella, ante las recriminaciones de su ex de que hacía demasiado calor para estar en la calle con los chicos y que si ella necesitaba plata él podía dársela. Paula le responde que necesita ayuda, que deje de consumir drogas. “Yo no puedo estar a favor ni de uno ni del otro”, respondía el policía.

“¿Por qué no te vas? Paula, ¿por qué no te vas? ¿Querés plata? Te doy plata y andate, negra”, sigue Felipe. “Boluda, si tenés una re casa, tenés un re departamento, tenés una re heladera, tenés todo. Cuidá a los chicos, te doy plata y yo me quedo con Milo los findes”.

“Pero no puedo sola. Quiero que me ayudes con tu hijo”, insiste ella. El padre de Milo la desactiva rápidamente: “No, yo a mi hijo lo voy a tener por mi parte, en mi casa, los fines de semana, mirá la carita que tiene, boluda”.

“No puedo pasar por alto que alguna de las versiones exculpatorias trazadas por aquella se basaron en los maltratos recibidos por su ex pareja, padre del niño fallecido, y la apremiante situación económica en que ella misma se encontraba. Asimismo, tampoco puede negarse la existencia de episodios de violencia, incluida la física y denuncias y reproches cruzados en tal sentido”, sostuvo la jueza Provítola.

Paula Guerrero fue procesada con prisión preventiva por el crimen de su hijo
Paula Guerrero fue procesada con prisión preventiva por el crimen de su hijo

Y continuó: “Ahora bien, ninguna prueba de las arrimadas hasta el momento ha permitido vincular ese contexto en la determinación de la acción homicida emprendida. Por el contrario, se observa una tendencia de la imputada, por acciones anteriores comprobadas en ese mismo contexto, de emplear a sus hijos como instrumentos de comunicación con sus parejas, de forma abusiva y alejada de la conflictiva en sí y con las consecuencias dañosas para ellos”. El testimonio de otra ex pareja de Paula, padre de su hijo mayor, avala esa hipótesis.

La noche anterior a la muerte de Milo también había mandado mensajes de audio y videos a su ex y a su cuñado anunciando que se quitaría ella su vida y la del bebé. “Ya me cansé de llamarlo (a Felipe) y no atiende. Solo queríamos despedirnos de él. Vivir así no es vivir. Es mejor no vivir. No te conozco pero, por haberme escuchado, te quiero. Vení, decile: ‘Chau’ al tío, hasta acá llegamos nosotros. Cuidate”, le dijo en un audio de WhatsApp.

Paula misma lo refirió en su declaración, a pesar de que negó explícitamente haberlo asesinado: “Todo esto no habría pasado si no fuera por el maltrato y los insultos del padre (…) vivía golpeándome, drogándose. Estoy destrozada, hoy estoy acá por el padre de mi hijo, por puras mierdas, porque quería la tenencia de mi hijo”.

Ahora deberá seguir detenida.

Mientras tanto, la jueza aguarda nuevas pruebas cruciales para la causa -informes médicos y peritajes sobre los aparatos tecnológicos secuestrados en el departamento- y evalúa la posibilidad de citar, por ejemplo, al hijo mayor de Paula, que no estaba en la casa el día que murió su hermano, para que declare en Cámara Gesell.

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