
La salsa blanca, también denominada salsa bechamel, tiene sus orígenes en las cocinas francesa e italiana, y hoy en día se usa en nuestro país para darle un toque especial a distintos platos. Obviamente, puede acompañar cualquier pasta, pero también cumple un rol fundamental cuando se gratina con queso y acompaña distintas comidas, como una milanesa, por ejemplo.
La salsa blanca está hecha, básicamente, con harina, manteca y leche. Hasta ahí, es sencillo, no requiere ingredientes difíciles de conseguir, caros o complejos de manejar. Pero el secreto está en la densidad que adquiera la salsa, por lo que su preparación, de apenas 5 pasos, es crucial.
El mayor problema ocurre cuando quedan grumos en la harina, o cuando resulta muy líquida. Esto puede arruinar cualquier plato y lograr el efecto contrario al que se buscaba. Por eso, ya sea que quieras hacerla para acompañar gratinados de carne o verduras, lasañas, canelones, empanadas de humita, o cualquier otro plato, te recomendamos seguir esta receta para asegurarte conquistar paladares con tu salsa blanca.

Ingredientes
- ½ litro de leche entera - 70 gramos de manteca - 80 gramos de harina - Sal, pimienta y nuez moscada a gusto
Paso a paso de la receta clásica de salsa blanca
- Poner la leche con pimienta a gusto en una olla a fuego lento hasta que esté caliente pero sin llegar al hervor.
- Derretir la manteca en otra olla de bordes altos, hasta que tenga consistencia líquida.
- Agregar la harina a la manteca y mezclar constante y lentamente en 8 con una cuchara de madera para que no se pegue. Es importante que se cocine para que no quede con gusto a cruda, pero que no se pase. Esta preparación, que fusiona un ingrediente graso con harina, se denomina roux y es la base de muchas salsas.
- Incorporar la leche caliente sin dejar de mezclar y continuar hasta lograr la consistencia deseada para la salsa blanca. Tener en cuenta que después de sacarla del fuego, se espesa un poco más.
- Condimentar con sal y nuez moscada a gusto y ¡listo!

Una opción que puede quedar muy bien y ayudar a que la salsa blanca logre tener mayor consistencia, es agregar crema de leche. En este caso, se puede utilizar 100 mililitros de crema y 400 de leche. Esto hará que la preparación tenga más cuerpo y te asegurará una densidad ideal. En cualquier caso, hay que asegurarse de que la preparación no llegue a hervir.
Cómo hacer una salsa blanca light con maicena y sin manteca
Si bien la salsa blanca tradicional es riquísima, en verano quizás algunas personas prefieran preparar su versión light baja en calorías y más liviana. ¿Se puede? Sí, tranquilamente, pero necesitamos reemplazar los ingredientes.

Las cantidades son las mismas, pero la leche tiene que ser descremada. En cuanto a la harina de trigo, vamos a reemplazarla por maicena (fécula de maíz). Y en vez de manteca, vamos a usar 1 ½ cucharadas de aceite de oliva.
Paso a paso
- Poner la leche descremada con pimienta a gusto al fuego hasta que esté caliente, como en la receta anterior.
- Calentar el aceite en una olla a fuego lento, agregar la maicena y mezclar con cuchara de madera, hasta que queden los ingredientes totalmente integrados.
- Agregar la leche y mezclar hasta lograr la consistencia deseada, con cuidado para que no llegue a hervir.
- Condimentar con sal y nuez moscada a gusto.

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