Desde hace varios años Pinamar apostó a los paradores ecológicos y su frente marítimo comenzó una importante renovación arquitectónica. Los antiguos balnearios de hormigón le dieron lugar a edificios hechos con materiales sustentables y en la actualidad solo una estructuras de cemento sigue en pie: Cabo Blanco. Como parte de este plan, las autoridades también impulsaron medidas con el objetivo de lograr una ciudad más inclusiva y accesible para personas con discapacidad y movilidad reducida.
En esa línea, por ejemplo, se construyeron más de una decena de pasarelas para bajar a la playa mientras que los paradores fueron modificando y adaptando su infraestructura con el mismo fin. Este verano, además, varios de los balnearios recibieron sillas de traslados, en una iniciativa articulada entre el Municipio, la Escuela Secundaria Técnica Nº1 de la ciudad y la Fundación Lautaro te Necesita.
La entrega de estas sillas que facilitan el traslado sobre la arena se dio en el marco del proyecto PUMA: Por Un Mar Accesible, que lleva adelante dicha organización solidaria y mediante el cual dona el material -en este caso de Pinamar, la donación también fue en colaboración con la Cámara de Ferreterías de Mar del Plata- para que las escuelas técnicas se ocupen del armado. La Dirección de Discapacidad de Pinamar, a cargo de Valentina Casabal, se encargó de entregarlas a principios de temporada a balnearios, quedando a disposición de forma gratuita para quienes las necesiten.
Casabal apuntó a Infobae que este programa comenzó a implementarse en Pinamar en 2020, pero el ciclo marcado por la pandemia y las clases a distancia no permitieron que avanzara demasiado. Así, en los primeros años se confeccionaron tres sillas, que fueron incorporadas al dispositivo de Seguridad en Playas. “En 2022, al tener clases normalmente, los chicos pudieron desarrollar bien el programa educativo y aprendieron el armado: hicieron diez”, contó la funcionaria y reveló que “para este 2023 hay programado hacer entre cinco y siete sillas más”.
El área que dirige Casabal tiene la función de distribuir las sillas. Los paradores que las recibieron en esta ocasión fueron Rada Beach, El Pájaro, Marbella, El Atlántico, Posta Sur y La Escondida, en Pinamar; Neruda, Cozumel y Hemingway, en Cariló; y Negra María, en Valeria del Mar. “Al no poder entregar a todos los balnearios utilizamos un criterio y priorizamos a aquellos que estén comprometidos con la inclusión y la accesibilidad y que trabajen todo el año en lo que es el turismo accesible”, explicó la directora.
Al mismo tiempo, aclaró que estas sillas -que son para personas con movilidad reducida- no reemplazan a las anfibias, “que los balnearios están obligados a tenerlas” por ordenanza municipal. De los 43 paradores que brindan distintos servicios de accesibilidad en Pinamar, “son 13 los que hasta el 2022 les faltaba tener silla anfibia”, detalló Casabal. Próximamente habrá una nueva fiscalización.
Al igual que en los paradores, las autoridades locales también realizan relevamientos sobre servicios accesibles -en base a las directrices establecidas a nivel nacional- en lugares de hotelería, gastronomía y de esparcimiento turístico, como el teatro y el cine. “Más allá de la obligación que pueda existir, estamos trabajando sobre la toma de conciencia en el tema y en tratar de hacer de este municipio algo más competente a nivel turístico. Estamos bastante bien. Si miramos hacia atrás, hemos avanzado mucho”, evaluó la directora de Turismo, Raimunda “Pompi” Cáceres, ante la consulta de este medio.
Cáceres resaltó que “varios balnearios y restaurantes están incorporando la carta de menú con sistema en braille”. En esa línea, reveló que se está gestando una iniciativa para lograr un trabajo en conjunto entre la Escuela Especial N° 501, que posee una máquina para elaborar los mismos, y el Consejo Turístico, con el fin de servirlos luego a comercios gastronómicos. Por otra parte, adelantó que para los próximos meses se propusieron organizar una serie de encuentros de personas especializadas en accesibilidad e inclusión con prestadores y arquitectos locales y regionales, con el fin de profundizar la concientización.
“Tomar conciencia de la situación es lo más importante de todo. Pero es un trabajo que lleva mucho tiempo, que se tiene que hacer de a poco”, subrayó Cáceres. Casabal coincidió y pidió continuar profundizando “la educación y la comunicación de toda la sociedad sobre accesibilidad y la inclusión” pero también señaló que no todas las dificultades que afrontan en el camino hacia su objetivo corresponden exclusivamente al comportamiento humano; a veces pueden ser producto de la naturaleza: “Por ejemplo, en Bunge y playa, los chicos de servicios urbanos limpian las rampas a la mañana pero a la tarde la tenés otra vez llena de arena”.
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De acuerdo a la Secretaría de Turismo, en el partido de Pinamar hay 20 lugares de hospedaje incluidos dentro de la calificación de “accesible”, que brindan diferente servicios, desde rampas internas, habitaciones adaptadas, baños, estacionamiento, ascensor e ingreso apropiados, hasta desayuno en habitación, accesos a áreas comunes y menús celíaco por pedido. La información en detalle de cada uno se puede en el sitio web oficial: pinamar.tur.ar.
Allí mismo se pueden conocer también los 30 balnearios dentro del rango “accesible” y sus servicios relacionados al estacionamiento, sanitarios, rampas, unidades de sombra, sillas de traslado y anfibias, menú celíaco y el permiso para perros guía.
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