Jornada de reuniones frenéticas en la Casa Rosada a cuatro días del debate en Diputados de la Ley Ómnibus

Martín y Lule Menem estuvieron con Karina Milei en el Senado y en Gobierno; luego llegaron Daniel Scioli y Luis “Toto” Caputo a la sede nacional. Los emisarios del Presidente aceleran las negociaciones para destrabar el ambicioso proyecto

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Karina Milei llegando a la Casa Rosada (Télam)
Karina Milei llegando a la Casa Rosada (Télam)

A medida que se agota el tiempo de las negociaciones con la oposición de cara al debate en el recinto de la Cámara de Diputados de la Ley Ómnibus, las reuniones y conversaciones entre el Gobierno y la oposición y el ritmo político en la Casa Rosada se vuelven frenéticas, y el corolario podría conocerse esta noche durante el sorpresivo anuncio que hará Luis Caputo a las 20 y que se conoció tan solo media hora antes.

Este mediodía, la secretaria de la Presidencia, hermana y mano derecha de Javier Milei, Karina, almorzó con Martín y “Lule” Menem en el Congreso, y luego se desplazaron a Balcarce 50, donde permanecieron varias horas. A su vez, Guillermo Francos habló con el gobernador radical Maximiliano Pullaro, uno de los mandatarios que se muestra más duro con el capítulo sobre retenciones del proyecto. Y luego recibió en persona al embajador en Brasil, Daniel Scioli, también referente del peronismo dialoguista, que sonaba como posible secretario de Turismo y Deportes. Por la tarde, se presentó el ministro de Economía, Luis Caputo, que acaba de anexarse el ministerio de Infraestructura completo como herramienta adicional para presionar a los gobernadores. Y pasadas las 19, inesperadamente, se informó que brindaría una conferencia de prensa, aunque sin adelantar una sola línea sobre los motivos.

Las negociaciones por la ley “Bases” se llevaban por teléfono y personalmente, según los interlocutores. Karina Milei, tan reacia a la prensa como relevante en el Gobierno, almorzó con el presidente de la Cámara de Diputados y su asesor en el Congreso, y luego los tres juntos se desplazaron hacia la Casa Rosada, donde se mostraron conversando en la explanada a la vista de quien quisiera asomarse, durante varios minutos.

Daniel Scioli estuvo en la Casa Rosada reunido con Guillermo Francos (Adrián Escandar)
Daniel Scioli estuvo en la Casa Rosada reunido con Guillermo Francos (Adrián Escandar)

Los Menem intentan aceitar los diálogos con los opositores a pesar de la incomodidad que generaron las advertencias de Luis Caputo y del vocero Manuel Adorni sobre la profundización del ajuste. Un malestar que se incrementó ayer cuando trascendió que el Presidente había dicho en la reunión de Gabinete matutina que planeaba “dejar sin un peso” a las provincias si no lo respaldaban en el Parlamento.

Mientras tanto, desde la planta baja y el primer piso de Balcarce 50, el consultor y mano derecha de Milei, Santiago Caputo, y el ministro del Interior, Guillermo Francos, les ofrecían por teléfono alternativas para destrabar las negociaciones a los bloques de PRO y Hacemos Coalición Federal, que conducen Cristian Ritondo y Miguel Ángel Pichetto.

Al promediar la tarde, el titular de la cartera política recibió a Scioli, con quien mantiene una relación de amistad desde que el actual ministro condujo Banco Provincia bajo la administración naranja. En sus respectivos entornos no aclararon el motivo de la visita. “Suelen hablar”, esquivaron. Prácticamente desde el inicio de la administración de Milei circulan rumores de que el ex motonauta podría asumir como secretario de Turismo y Deportes bajo la órbita de Francos, pero la versión, que nunca fue confirmada, también fue desechada hoy.

Martín Menem, parte de las conversaciones (Getty Images)
Martín Menem, parte de las conversaciones (Getty Images)

Sí es cierto que el Gobierno explora opciones de apoyos alternativos ante la eventualidad de que no hubiera acuerdo con los aliados del PRO y Hacemos entre hoy y el lunes para darle media sanción al proyecto en Diputados. Los libertarios intentan sumar voluntades “aisladas” y tienden puentes con sectores inesperados, como el que denominaron “peronismo racional del interior”. En resumen, apuntan a aquellos gobernadores que supieron estar alineados con Cristina Kirchner y Sergio Massa y que hoy oscilan entre el miedo a que ahoguen sus economías y la tentación de mejorar, con la desregulación, la capacidad de sus industrias locales.

En Balcarce 50 se muestran muy firmes y dicen que no están dispuestos a “desguazar” la ley. “Para aprobar una cáscara vacía, preferimos dar la pelea y perder de pie”, deslizó un alto funcionario. Pero no están en ese punto. Aún guardan expectativas y exploran alternativas inusuales. “Estamos dialogando diputado a diputado y gobernador a gobernador”, dijeron.

Tomaron como un triunfo en ese sentido la decisión de los diputados tucumanos que responden a Osvaldo Jaldo de escindirse para formar un bloque propio que llamaron, valga la redundancia, “Independiente”. Y aseguran que, cada vez más están trabajando en convencer “gobernador por gobernador” y “diputado por diputado” para llegar al quórum y a la media sanción.

Osvaldo Jaldo, uno de los gobernadores peronistas que explicitó su apoyo al Ejecutivo, junto a Guillermo Francos
Osvaldo Jaldo, uno de los gobernadores peronistas que explicitó su apoyo al Ejecutivo, junto a Guillermo Francos

Con esta idea en mente, en los últimos días los libertarios revisaron atentamente el reglamento de la Cámara de Diputados, y llegaron a la conclusión de que está permitido votar en contra en general y luego a favor en particular. Un detalle que les interesa mucho, porque permitiría a los diputados que responden a los ejecutivos provinciales acompañar la postura del bloque en el grueso de la iniciativa, pero independizarse en los capítulos que consideren favorables.

Mientras tanto, esta tarde se postergaba -pero no se suspendía oficialmente- la conferencia del vocero presidencial Manuel Adorni, que por primera vez desde el 11 de diciembre no hizo su habitual rueda de prensa por la mañana, pero dejó largamente abierta la posibilidad de que ocurriera. Por la tarde, en la sede del Gobierno se traficaban, en modo irónico, porcentajes de probabilidad de que el vocero hablara antes del final del día. Y en la Presidencia deslizaban, en medio de la total incertidumbre que marcó la jornada, que estaban esperando recibir novedades de parte de los legisladores para hacer un eventual anuncio sobre las negociaciones.

El Gobierno quiere aprobar su ley fundamental a toda costa. Cada vez más para demostrar fuerza en medio de las embestidas de los opositores duros y aliados. Están convencidos de que es falso el argumento de los gobernadores de que protegen a sus economías. “Eso de que no pueden acompañar retenciones porque sino no pueden volver a sus provincias es sarasa. Lo hacen para demostrar poder”, dijeron en la Casa de Gobierno.

Luis Caputo, el ministro empoderado (Telam)
Luis Caputo, el ministro empoderado (Telam)

El objetivo concreto de los libertarios es acelerar el ajuste fiscal y previsional que, creen, les permitirá alcanzar la meta de déficit cero antes de fin de año. Con ese fin último, el Presidente despliega una doble estrategia. Por un lado, dialoga; por otro, confronta.

En los últimos días, advirtió a los gobernadores, en la voz de Luis Caputo, que si no le aprueban la ley ajustará sus economías de todas formas, pero de manera más brusca y profunda. Por otro, empodero más que nunca a su ministro de Hacienda, uno de los funcionarios con menor popularidad en la clase política, al otorgarle la totalidad del ministerio de Infraestructura tras desplazar a Guillermo Ferraro. Y, como si fuera poco, anunció a través de su vocero, Manuel Adorni que creará una fiscalía anticorrupción para investigar a funcionarios y legisladores, en una suerte de amenaza indirecta de llevar el enfrentamiento político al ámbito de la Justicia.

En paralelo a táctica de la confrontación, que pone los pelos de punta a los opositores, los asesores del Presidente intentan convencer por lo bajo, sin amenazas sino con nuevas ofertas, a los jefes de los bloques y a los mandatarios del interior. Más allá del color político, despliega una serie de charlas con todos los diputados de cierta relevancia y con los gobernadores de los distintos colores políticos, inclusive los peronistas que durante los último cuatro años se alinearon abiertamente con el kirchnerismo.