La llegada de Juan Zabaleta al ministerio de Desarrollo Social puso en alerta a todo el espectro de los movimientos sociales; desde los más combativos que ya anunciaron piquete y movilización para el martes próximo, a los alineados a la Casa Rosada que por ahora apoyan al reemplazante de Daniel Arroyo ante la promesa de respetar los espacios que la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) tiene en esa cartera. Pero por momentos el equilibrio dentro del Frente de Todos se tensiona. Sin ir más lejos en las últimas horas, a través de las redes sociales, Juan Grabois, el líder del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), cruzó con dureza a Andrés Larroque, el ministro Desarrollo de la Comunidad bonaerense. La disputa fue por el destino de los planes sociales, el salario universal impulsado por el dirigente popular y la sindicalización de la UTEP, de la que también forma parte Grabois.
Sobre este último tema, el funcionario de Axel Kicillof, y dirigente ligado a La Cámpora, le dijo a Radio 10 que: “Yo soy del modelo más tradicional. No soy de la idea de formar un ‘sindicato de pobres’, sino de ir a una economía que contenga a toda nuestra población”, afirmó el ministro, y agregó que lo que hay que resolver es “cómo el Estado contiene a esas personas que están desocupadas para recuperar un modelo de producción y empleo”.
Fiel a su estilo directo, Grabois, le respondió a través de su cuenta de Twitter. “Estimado Cuervo. Leí tus declaraciones. Tenés razón. Hay que tener cuidado con las palabras. Como cuando decís que la UTEP es un “sindicato de pobres” reproduciendo el estereotipo denigrante que promueven los gorilas contra los trabajadores de la economía popular. Es muy ofensivo”.
“La UTEP agrupa trabajadores que se rompen el lomo. Son pobres porque su trabajo está mal pago y poco reconocido. Con tu lógica, la mitad de los sindicatos en Argentina son de pobres porque la mediana salarial está en 60 lucas (SIPA) y la canasta básica en 66 (INDEC)”, le recordó también Grabois.
No conforme con lo expresado hasta allí, Grabois, un dirigente ligado a la ex jefa de Estado, le endilgó a Larroque que durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner “entendió que los trabajadores de la economía popular tenían derecho a sindicalizarse para mejorar su salario y condiciones laborales” y que por esa razón les “otorgó el primer reconocimiento al ‘sindicato de pobres’ como cuenta en su libro (Sinceramente, p. 408)”.
El intercambio de ideas entre el funcionario de Kicillof y el hombre de la UTEP comenzó por declaraciones que este último realizó en la previa a la masiva movilización que realizaron “Los Cayetanos” el sábado pasado en reclamo de un “salario universal que garantice un piso mínimo de ingresos para todos y todas las trabajadoras”.
“La relativa estabilidad que se mantuvo durante el tiempo de la pandemia, lograda por algunas medidas del gobierno y la formidable red de cohesión comunitaria que por décadas tejimos movimientos sociales e iglesias, no podrá evitar por mucho más tiempo el estallido del pueblo pobre que quiere algo más que el plato de comida que nuestras ollas populares ofrecen cotidianamente”, sostuvo Grabois y agrego que “la paz social está en peligro” en la Argentina.
Ante ese presagio Larroque aseguró que el Gobierno está “haciendo todo el esfuerzo posible” para recuperar la economía y la producción y dijo que la reconstrucción del empleo “es la mejor política social que existe”. “Vivimos una situación muy compleja. Argentina ya arrastraba una situación muy difícil y, en el momento en el que estaba la expectativa de recuperarnos, cayó la pandemia y eso complejizó todo”, defendió.
El ministro bonaerense también se refrió al pretendido salario universal demandado por la UTEP. En primer lugar, reconoció que “hay un gran debate” y que “hay un camino que trazó la Asignación Universal por Hijo (AUH), que es poder llegar a todas las personas que acreditan una necesidad sin ningún tipo de intermediación”.
Después opinó que “todavía los planes sociales tienen un rol que cumplir en la transición hacia recuperar el empleo”. La frase va en contrasentido a lo ya manifestado por Grabois, el ex ministro Arroyo, su reemplazante Zabaleta y hasta el presidente de la Cámara Baja, el diputado Sergio Massa, quienes entienden que los planes sociales deben ser trasformados en puestos de trabajo.
Grabois también le recordó a Larroque que “hace un tiempo te deje nuestro proyecto” para ampliar el sistema de seguridad social con la lógica de la Asignación Universal por Hijo, pero “lamentablemente no pudimos discutirlo”, clausuró.
La Cámpora y los movimientos sociales se disputan el territorio bonaerense. O al menos tienen intereses similares. Ambos aspiran a disputar las intendencias en las próximas elecciones de 2023. Quizás por esa razón Grabois le propuso a Larroque que “demos ahora un debate serio, con números, sin prejuicios, sin poner por delante disputas estúpidas de aparato, porque si no resolvemos correctamente este tema, aunque se ganen las elecciones por paliza, ‘la vida que queremos’ no va a llegar”.
El perfil alto que estos días decidió tomar Grabois, es diferente a otros dirigentes de la UTEP, como por ejemplo Emilio Pérsico o Esteban “Gringo” Castro, ambos del Movimiento Evita que espiran a que Alberto Fernández, a través del flamante ministro de Desarrollo Social, mantenga los cargos que en esa cartera tienen las organizaciones sociales.
Pérsico es uno de ellos; el otro, el renunciante Daniel Menéndez, de Barrios de Pie, quien fue inscripto como precandidato a diputado nacional del Frente de Todos por la provincia de Buenos Aires y por esa razón renunció a su cargo como subsecretario de Políticas de Integración y Formación.
El acuerdo es que la UTEP acerque una propuesta de nombre al ex intendente de Hurlingham para que este le de el visto bueno. Hasta ahora no lo hicieron y debaten de manera interna quién será el dirigente de la economía popular que reemplazará a Menéndez.
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