La ex canciller argentina Susana Malcorra también estuvo en Hamburgo durante la cumbre del G20. No lo hizo como parte de la delegación oficial que acompañó al presidente Mauricio Macri, pero sí para aceitar las reuniones pertinentes a la próxima Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) a realizarse en diciembre. Así, analizó el panorama internacional sobre la posible llegada de inversiones al país, así como el alza del endeudamiento argentino a lo largo de los últimos dos años.
"Hay que hacer un puente para el momento en el cual la economía entre en el crecimiento y resuelva los temas estructurales del fondo. Uno de los mecanismos de ese puente ha sido la deuda. La deuda, en parte, es para cancelar la deuda ya existente que tenía un costo y un interés mucho mayor. Es cierto que este ritmo de endeudamiento no es sostenible hacia el futuro y largo plazo, pero también es cierto que había una ventana en la cual había que utilizarlo", afirmó la asesora de asuntos estratégicos de la cancillería en declaraciones al programa Toma y Daca, en radio El Mundo.
Según las últimas estadísticas brindadas por el INDEC, el balance de pagos del primer trimestre reflejó un salto del 40% de la deuda pública externa debido, en especial, al pago a los holdouts y para cubrir el déficit fiscal heredado.
A su vez, Malcorra destacó la importancia de que el presidente Macri haya tenido un rol de importancia dentro de la cumbre del G20: "El presidente ha tenido la oportunidad de conversar con los líderes. Se ha puesto en evidencia el hecho de que Argentina tendrá la presidencia del G20 el año que viene. Entiendo al presidente Macri como parte de la Troika junto a Xi Jinping y la canciller Angela Merkel", afirmó.
A su vez, la ex canciller sugirió que las cancelaciones de las reuniones bilaterales que sufrió Macri durante el fin de semana estuvieron relacionadas a las exhaustivas medidas de seguridad en la ciudad de Hamburgo.
"Hamburgo fue una ciudad sitiada, el nivel de seguridad fue muy fuerte. Hubo una muy intensa actividad disruptiva que hizo que la agenda se alterara. El inicio de las conversaciones se dilató más de una hora y hubo varios eventos que tuvieron que ser reorganizados, cambiados o cancelados. Las reuniones bilaterales de todos los líderes del mundo se cambiaron", detalló.
La actual cumbre posee un valor trascendental para la Argentina, ya que el país será la sede de la próxima edición del evento, lo que requerirá un ejercicio de coordinación de logística nunca antes producido en la historia.
De tal modo, Malcorra advirtió que desde la Jefatura de Gabinete ya se diseñó un grupo de trabajo para empezar a diseñar los preparativos para una cita de semejante magnitud.
"Es un desafío enorme, de logística, de organización y en lo que hace a seguridad. Precisamente, desde el Ministerio de Seguridad se está haciendo un trabajo muy grande vinculado a recibir capacitación, entrenamiento, equipamiento de países que están acostumbrados a manejar este tipo de eventos y a manejar estas demostraciones masivas en la calle, sin que esas acarreen una situación de gravedad extrema. Hay que prepararse y eso es lo que se está haciendo", describió.
En tanto, la asesora de asuntos estratégicos de la cancillería deslizó que la llegada de inversiones productivas por parte de empresas internacionales pueden llegar a estar sujetas al resultado de las elecciones legislativas de octubre.
"Yo tengo una perspectiva distinta respecto a las inversiones. Las inversiones no se deciden de un día para otro. El proceso de decisión de inversiones lleva un tiempo (…) Aquellas empresas internacionales no las deciden de un día para otro ni tampoco sobre un evento puntual. Tienen una visión más estratégica. Lo que sí se está midiendo es si este compromiso y cambio de paradigma que asumieron los argentinos se mantiene en los próximos meses", dijo Malcorra.
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