La reciente detención en Colombia de Luis Alberto Cabeza Graterol, alias Toro, uno de los cabecillas que operó en la zona rosa del distrito de Lince (Lima), reavivó la preocupación por la posible reactivación de la organización criminal en Perú.
Según informó Domingo al Día, el fiscal especializado en crimen organizado Jorge Chávez Cotrina advirtió que la captura de los principales cabecillas no garantiza el desmantelamiento de la estructura. Por el contrario, alertó sobre la capacidad de la red para retomar sus operaciones en territorio peruano, “si no se le ataca de raíz”.
De acuerdo con Chávez Cotrina, el Tren de Aragua mantiene presencia en distintas regiones del país. Alertó claramente que “si nosotros no los enfrentamos de raíz el tema, puede regresar”.
El fiscal detalló que la reciente operación policial internacional solo permitió una reducción temporal de las actividades criminales, y que la falta de recursos estatales limita la capacidad para neutralizar la amenaza.
El mismo funcionario estimó que en el período de cinco años, esta organización generó al menos 100 millones de dólares estadounidenses en ganancias ilícitas.
Explicó, además, que la banda no actuaba únicamente en Lima, sino que había consolidado sus redes a lo largo de todo Perú. Se remarcó que el accionar de la organización se extendía mediante el tráfico ilícito de personas y el narcotráfico, aunque otras modalidades como la extorsión también alimentaban su estructura financiera.
Modus operandi en Perú
Según los informes fiscales, el Tren de Aragua reclutaba mujeres extranjeras con falsas promesas de empleo en distritos como Lima y San Juan de Lurigancho. Las víctimas, en su mayoría sujetas a la trata de personas, quedaban atadas a pagos semanales de entre 100 y 500 soles para “cubrir” supuestos gastos logísticos.
El fiscal Chávez Cotrina describió que “los mensajes son de amenaza”, constatando el uso de la intimidación para asegurar la permanencia de los cobros.
Adicionalmente, la organización criminal implementaba esquemas de extorsión dirigidos a negocios locales. Los propietarios y trabajadores eran obligados a entregar una “cuota” bajo amenaza directa. De no cumplir, el monto incrementaba o incluso “podía costarles la vida”.
El operativo internacional
El operativo “Sombra 3”, encabezado por la Policía Nacional de Colombia, permitió la detención de cabecillas destacados del Tren de Aragua en el municipio de Sabaneta (Antioquía).
Durante la intervención, Ender Alexis Rojas, alias Ender, murió tras lanzarse desde un sexto piso para evitar ser capturado. En el operativo, las fuerzas de seguridad decomisaron armas de fuego, explosivos, dinero en efectivo y material audiovisual probatorio de las actividades delictivas de la red.
El fiscal Chávez Cotrina calificó los resultados de la operación como “significativos”, pero puso énfasis en que estos esfuerzos aún resultan “insuficientes para erradicar completamente la amenaza del Tren de Aragua en América Latina”.
Riesgo de reactivación
Uno de los factores de mayor inquietud señalados por el Ministerio Público es la debilidad institucional del Estado peruano. Según el fiscal, la ausencia de líderes políticos y los recursos limitados dificultan el enfrentamiento sostenido a organizaciones internacionales como el Tren de Aragua.
“En el Perú no existen líderes políticos ni los recursos suficientes para detener las operaciones de esta organización internacional”, declaró el coordinador de las fiscalías especializadas, en diálogo con Domingo al Día.
Las investigaciones del Ministerio Público reflejan que, a pesar de la caída de integrantes clave, aún existe riesgo latente de reactivación de células en el país y la expansión de los delitos asociados. El caso se mantiene bajo observación permanente tras el impacto regional de la intervención en Colombia.