El hallazgo del cuerpo descuartizado de Julio César Zapaile, un joven deportista reportado como desaparecido en San Juan de Miraflores sigue siendo un misterio y mientras la policía investiga el caso, la familia de la víctima ahora denuncia que continúa recibiendo mensajes intimidatorios por parte de alias ‘Chino San Vicente’, presunto integrante de la banda criminal ‘Tren de Aragua’, quien les exige la entrega de un supuesto dinero perteneciente a la red delictiva, que habría estado en posesión de la víctima.
La tragedia comenzó días atrás con la misteriosa desaparición de Julio César Zapaile, un joven conocido por su dedicación al deporte y por su carácter generoso. Su familia, alarmada por la ausencia y la falta de comunicación, se movilizó de inmediato en su búsqueda. Sin embargo, la esperanza se desvaneció cuando les confirmaron que Julio había sido hallado sin vida y descuartizado en un descampado, oculto dentro de una maleta. El impacto fue devastador para su entorno más cercano, quienes hasta el último momento aguardaban un desenlace distinto.
Sospechan de mujer en asesinato
Las primeras líneas de investigación apuntaron a un posible secuestro con fines extorsivos. Según relató la familia, la noche en que desapareció, recibieron mensajes desde el celular de Zapaile solicitando la foto de una tarjeta de crédito. Al rechazar la petición, los extorsionadores respondieron con imágenes inquietantes del joven atado de manos y nuevas amenazas directas, siempre firmadas por el alias ‘Chino San Vicente’, cabecilla del Tren de Aragua. La mafia exigía la devolución de un dinero que, aseguran, pertenecía a la organización y que identificaban a través de los movimientos en la cuenta bancaria de la víctima.
De acuerdo con las declaraciones de la madre, Julio no acostumbraba a realizar préstamos ni presumía de grandes sumas de dinero. El abogado de la familia sostiene que el verdadero objetivo de los delincuentes podría haber sido la recuperación de fondos considerados suyos por la red criminal. Una hipótesis que cobra fuerza es que la tarjeta bancaria de Zapaile habría recibido depósitos ilícitos, posiblemente manipulados por terceros sin que el joven lo supiera. Existen sospechas sobre la posible implicancia de su pareja sentimental, una joven de nacionalidad colombiana a quien ningún familiar conocía y que, según algunos vecinos, compartía cuentas o habría incentivado a Julio a depositar fondos bajo la promesa de una meta en común como la adquisición de una casa o un vehículo.
Los investigadores consideran que la joven podría haber sido utilizada, introduciendo dinero ilegal en la cuenta de Zapaile con el fin de utilizarla como intermediaria, sin que el deportista estuviera al tanto del trasfondo delictivo. Los allegados relatan que Julio mencionó la relación y los planes futuros con esta mujer, pero llamó la atención que ella nunca quiso acercarse a la familia, lo que ahora se interpreta como un indicio de sus verdaderas intenciones y su posible vínculo con la red de extorsión.
Actualmente, la familia no solo enfrenta el dolor de la pérdida; también vive bajo el constante miedo. Alias ‘Chino San Vicente’ continúa enviando amenazas y mensajes intimidatorios en los que reclama la entrega de un dinero que, según la familia, jamás ha tenido ni sabe cómo restituir. “La mafia exige recuperar lo que considera suyo y nosotros no tenemos idea de qué hablan. Solo queremos justicia para Julio”, han declarado los familiares.
Piden acceso a las cámaras de seguridad
El abogado que acompaña la investigación ha solicitado a las autoridades el acceso a cámaras de seguridad en zonas claves donde transitaba la pareja, especialmente en la calle de las Pizas en Miraflores. La expectativa es que, a través de estas imágenes, se logre identificar con claridad a la joven colombiana, considerada por ahora pieza clave para avanzar en la resolución del caso y desmantelar la trama de extorsión detrás de esta muerte violenta.
El caso de Julio César Zapaile pone en evidencia no solo el poder y el modus operandi de mafias como el Tren de Aragua en Lima, sino también la vulnerabilidad de jóvenes y familias frente a las redes de extorsión y crimen organizado. Sus allegados insisten en el pedido de justicia, protección policial y el esclarecimiento total del crimen, conscientes de que la amenaza y la impunidad persisten más allá de la tragedia ocurrida en San Juan de Miraflores.