El joven sicario había escapado de Santiago tras un error judicial que le permitió salir de prisión, pese a que un tribunal había determinado que debía permanecer bajo prisión preventiva. Ese vacío en el sistema judicial chileno lo favoreció y abrió la puerta a su fuga, que incluyó pasos clandestinos por Perú y un largo trayecto hasta Colombia. Allí intentó camuflarse con una nueva apariencia, pero un detalle en su cuerpo lo delató: un tatuaje en la mano.
Las autoridades colombianas confirmaron que el operativo se realizó en coordinación con Interpol y Carabineros de Chile. “A través de un trabajo coordinado y colaborativo junto con Carabineros de Chile y también con la Policía Nacional de Colombia, se logró el día de hoy su captura en la ciudad de Barrancabermeja”, señaló un oficial al dar a conocer el resultado de la operación.
El error judicial que abrió la fuga
Mejía Hernández fue arrestado en Santiago de Chile el 20 de junio, señalado como autor material del asesinato del prestamista informal José Felipe Reyes Ossa, conocido como “El Rey de Meiggs”, ocurrido un día antes en Ñuñoa. La investigación apuntó al Tren de Aragua y determinó que el crimen se ejecutó en coordinación con otros miembros de la organización.
El Octavo Juzgado de Garantía ordenó su prisión preventiva el 9 de julio, considerando que representaba un peligro y que existía riesgo de fuga. Sin embargo, el 10 de julio, una resolución electrónica permitió su liberación. Hasta hoy no se sabe si se trató de un error administrativo o de una manipulación interna. La fiscalía chilena abrió una investigación paralela para esclarecer si hubo complicidad en el proceso.
Tras recuperar la libertad, el sicario desapareció del radar de las autoridades. Había ingresado al sistema judicial con una identidad falsa: Osmar Alexander Ferrer Ramírez. Esa duplicidad en su registro complicó los primeros intentos de rastreo, hasta que Interpol emitió una notificación roja que activó el cerco internacional.
La pista que lo delató en Colombia
Durante su permanencia en Colombia, el prófugo intentó ocultar su identidad tiñéndose el cabello de rubio. No obstante, un tatuaje con el rostro de Zeus en su mano derecha resultó ser la clave que permitió confirmar su identidad. Ese detalle ya estaba registrado en los archivos de la Policía de Investigaciones de Chile y facilitó el reconocimiento inmediato por parte de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN).
El general Carlos Fernando Triana, director de la Policía colombiana, explicó que el operativo incluyó análisis de redes sociales, uso de drones, fuentes humanas y vigilancia en terreno.
Según los reportes policiales, Mejía Hernández habría participado en varios asesinatos en Chile, siguiendo el patrón de la banda: vigilancia de víctimas, movilidad en vehículos y ataques armados. Esa dinámica ya estaba documentada en videos y expedientes que forman parte de la investigación en curso.
Operativo binacional y extradición en camino
Un oficial de la captura notificó al detenido: “En tu contra hay una notificación roja de Interpol solicitada por el país de Chile, por el delito de homicidio calificado. Tiene derecho a guardar silencio, tiene derecho a un abogado. En caso de no tenerlo, el Estado le proporcionará a uno”.
Tras el arresto, Mejía Hernández fue trasladado a Bogotá y puesto a disposición de la Fiscalía General de la Nación de Colombia, que ya inició el trámite de extradición a Chile. Allí deberá enfrentar cargos por homicidio calificado y responder por las irregularidades que permitieron su liberación.
El caso de Mejía Hernández se inscribe dentro de la expansión de la organización criminal conocida como Tren de Aragua, nacida en cárceles de Venezuela y extendida por Colombia, Perú, Bolivia y Chile. Su actividad abarca delitos como narcotráfico, extorsión, secuestro y homicidio.