Genera esperanza la publicación del esperado reglamento de la Ley Cuatro Patas: varios puntos a favor y algunos vacíos

Las campañas de esterilización de perros y gatos ya no podrán estar a cargo de colectivos, personas naturales o asociaciones privadas sino que ahora pasan a ser función directa de los gobiernos regionales y locales, en coordinación con veterinarios habilitados y colegiados. En teoría esto permitirá que se cuide mejor la salud e integridad de los animales.

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Después de dos años, la Ley Cuatro Patas fue reglamentada. (Composición Infobae/Andina)
Después de dos años, la Ley Cuatro Patas fue reglamentada. (Composición Infobae/Andina)

Laika tuvo al menos 70 cachorros durante seis años antes de ser esterilizada por la buena voluntad de una vecina de un barrio marginal de Ventanilla, en el Callao. Aunque ella no era precisamente callejera, sus dueños jamás se hicieron cargo de sus cuidados y sobrevivía de la caridad de la gente de la zona o de la comida que podía hallar en los basureros. De la gran mayoría de sus cachorros no se supo más, pero un par de ellos se quedaron y tuvieron vidas cortas, muy lastimeras, de enfermedad y descuido. Lo más probable es el destino de las demás crías “recogidas” por desconocidos haya sido parecido. De haber sido esterilizada, la vida de Laika y sus hijos hubiese sido menos triste; además de que ella no hubiese desarrollado una serie de enfermedades producidas por el celo constante y las agresiones de los canes que llegaban hasta ella atraídos por su proceso hormonal.

Después de dos años de larga espera, se publicó el reglamento de la Ley 31311, más conocida como Ley Cuatro Patas, que establece que la esterilización quirúrgica de perros y gatos sea parte de la política nacional de salud pública, a fin de evitar la sobrepoblación de estas especies en un país en el que al menos cuatro millones apenas sobreviven en las calles, abandonados a su suerte.

El documento ha generado gran expectativa entre la comunidad que trabaja por el bienestar animal, por lo que Infobae Perú recoge la apreciación de experimentadas activistas en la materia, quienes manifiestan que se han realizado disposiciones muy valiosas para asegurar que los canes y felinos domésticos reciban una atención quirúrgica de calidad, pero que también hay algunos puntos que pueden ser mejorados en el transcurso de su aplicación. ¿Cuáles son y por qué aún hay que permanecer alertas?

Por ejemplo, el reglamento contempla la realización de dos tipos de campañas de esterilización. Las que los municipios y gobiernos regionales desarrollan de forma permanente y aquellas que forman parte de “campañas”, que se priorizarán en zonas donde impere la sobrepoblación de perros y gatos, casos de rabia, así como afectados por la pobreza. En ambos casos deben ser organizadas, gestionadas y desarrolladas por las autoridades locales. Ya no por colectivos, rescatistas o empresas privadas, aunque es claro que estas últimas pueden coordinar con los primeros para desarrollar estas actividades en pro de los animales, explica Milagros Tovar, vocera de la Federación Nacional de Organizaciones y Activistas, Animalistas y Ambientalistas (Fenoaa).

La norma también es clara al indicar que solo veterinarios colegiados y habilitados pueden estar a cargo de estos delicados procesos quirúrgicos. Y estos procedimientos se deben realizar en ambientes propicios para esto, bien en veterinarias municipales o privadas, así como movilidades itinerantes que cumplan las condiciones sanitarias y de asepsia adecuadas.

Campañas de esterilización no siempre se desarrollaban con los cuidados sanitarios correctos. (Facebook)
Campañas de esterilización no siempre se desarrollaban con los cuidados sanitarios correctos. (Facebook)

Atrás deben quedar los procedimientos realizados en viviendas, colegios o incluso en la calle que aún se realizan. Si bien pueden realizarse con buena intención, ello resultaba en muchas ocasiones en el perjuicio de mascotas de albergues, de la calle o de personas empobrecidas que no podían pagar el costo en centros privados. Pues, mientras un médico en un centro veterinario puede tardar al menos una hora, en campañas pueden hacerlo de 10 a 15 minutos.

“Hay asociaciones, activistas y rescatistas que trabajan muy bien, no dudo que lo haya, pero también hay quienes no. Entonces, estábamos jugando con la salud y la vida de los animales, por eso han dicho que mejor nadie natural porque no se la puede controlar al no tener colegiatura. El Colegio Médico Veterinario no podía intervenir en aquellos lugares donde no participaba un médico, ni amonestarlo o sancionarlo. Creo que quizás también, por eso han dicho no ninguna asociación se va a dedicar a esto, solo médicos veterinarios colegiados y habilitados, en convenio con las municipalidades”, detalla la abogada animalista.
En su última camada, Laika tuvo 13 cachorros. (Archivo de rescatista)
En su última camada, Laika tuvo 13 cachorros. (Archivo de rescatista)

¿Cómo se realizarán las esterilizaciones de los callejeros?

Se espera que durante las campañas sean los dueños quienes trasladen a sus mascotitas hasta los centros veterinarios, pero no es el caso de los animales que sobreviven en las calles. En sus casos, la norma asigna como función de los municipios la captura, cuidado postoperatorio y retorno a la vía pública (parques, zonas arqueológicas, etc.)

“Los representantes del gobierno local capturan, trasladan, identifican y registran a los perros y gatos comunitarios o ferales para su intervención quirúrgica de esterilización. De ser el caso, coordinan con la persona o grupo de personas que los alimentan, para que se hagan cargo de los cuidados postoperatorios”, indica.

Exista o no exista este grupo de personas que apoye al cuidado tras la cirugía de estos animales domésticos, el reglamento de la Ley Cuatro Patas señala que los municipios deben implementar albergues temporales donde los perros y gatos sean cuidados postcirugía. “Recuperado del procedimiento quirúrgico, el animal es retornado al lugar donde fue capturado, en el caso que no haya sido reclamado o adoptado”, reza el artículo 17.

Testigo de una serie de demoras que tuvo la reglamentación, Heidi Paiva ―fundadora del colectivo animalista Proyecto Libertad― pide que la norma sea aplicada y no quede como letra muerta. Sobre todo porque la disposición complementaria de la Ley 31311 establecía que el Ministerio de Salud estaba en la obligación de reglamentar la norma en un plazo no mayor a los 360 días calendario. Sin embargo, esto no ocurrió hasta dos años después.

“Queremos que este reglamento no se quede solo en el papel sino que se convierta en el primer paso para empezar a aplicar por fin en el Perú una de las estrategias que realmente funciona para acabar con el abandono de perros y gatos”, dijo a Infobae Perú.

“Esperamos que las esterilizaciones sean con profesionales certificados y que todos los animalitos tengan un post operatorio adecuado. Debemos estar vigilantes para que no esterilicen como si fuera una carnicería”, señalaron los rescatistas y activistas de Incondicional, dedicados a la rehabilitación de canes y felinos.

Algunas observaciones al reglamento y su camino

Milagros Tovar manifiesta uno de los puntos negativos de la reglamentación es que el proceso fue algo cerrado, pues no hubo un debate público como si ocurrió para promulgar la Ley 30407, de protección y bienestar animal, en la que se sociabilizó para que la sociedad civil u organizaciones involucradas hagan más aportes.

También señala que la ley ni el reglamento establecen la obligatoriedad de las esterilizaciones, por lo que para los dueños de mascotas sigue resultando opcional. Y ya sabemos que aún falta mucho camino por recorrer para la tenencia responsable de mascotas e incluso hay familias que lucran con las crías de canes.

“Uruguay ha sacado en el mes de febrero una ley igual como la nuestra, promocionando las estilizaciones pero no a nivel de si quieres lo haces sino de ‘tienes que hacerlo sí o sí’. O sea es obligatorio hacer esterilizar a tu a tus pequeños”, explica.
Gatos del Parque Kennedy en el distrito de Miraflores. Foto: Paula Elizalde / Infobae.
Gatos del Parque Kennedy en el distrito de Miraflores. Foto: Paula Elizalde / Infobae.

Además, aún queda pendiente el protocolo quirúrgico que permitirá estandarizar las intervenciones de perros y gatos durante las campañas de esterilización. Según las disposiciones complementarias, el Ministerio de Salud, en un plazo máximo de sesenta días debe publicarlo.

Esta establecería un patrón de actuación, pues cada médico veterinario tiene su forma de operar y utilizan diversos materiales, cuando hay estándares internacionales que aseguran cuáles formas de incisión o tamaños y zonas (en la zona abdominal central o al costado en caso de ser hembras) de estas que resultan menos problemáticas para los animales, que a su vez pueden ser diferenciados para perros y gatos, hembras o machos.

“El protocolo lo que hace es asegurar que la cirugía sea correcta, que la van a responsablemente. Y que haya un como un patrón. No todos los médicos operan de la misma forma, ni todos usan los materiales de manera adecuada y correcta”, dice Tovar. “Ese protocolo debió salir junto al reglamento”, sentencia.

Mientras que Heidi Paiva advierte que la lentitud en el proceso de reglamentación es una clara muestra de la indiferencia que hay hacia el tema de la sobrepoblación de animales callejeros y el maltrato hacia estos por parte de las autoridades del país.

Pues aunque este reglamento debía ver la luz hace un año, recién en octubre de 2022, el Minsa creó la comisión multisectorial encargada de reglamentar la Ley 4 Patas. Para colmo, luego esta se quedó sin cabeza.

“Las instituciones públicas, las autoridades del gobierno no comprenden todavía lo que significa trabajar para solucionar el problema de la sobrepoblación de animales. Ellos todavía lo ven como un tema emocional, como que desde el colectivo de derechos de los animales quiere resolver estos problemas porque nos da pena, porque nos gustan los gatitos o nos gustan los perritos... y en realidad eso no es así, es un tema de salud pública y también de salud mental. Se busca evitar casos de Zoonosis cuando se forman esa jaurías de animales abandonados o silvestrados y porque según el CPI el 62% de personas tienen una mascota en casa y no controlar los problemas relacionados a los animales les afecta su salud mental”, concluyó Paiva.