Colectivismo 8M, el movimiento feminista que no nos representa

Están ignorando que una colectividad se logra a través de las actuaciones individuales de quienes la componen. Si no se permite la disidencia, no se puede concebir un ente social que opere en representación de las mujeres

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Marcha 8M 2023
Marcha 8M 2023

En nuestra sociedad parece ser que las mujeres tenemos que ser todas feministas. Según la ideología colectivista dominante se asume que hay entes por encima de los individuos (en este caso las mujeres), por ende nuestras acciones quedan subordinadas al todo. No importa si pensamos distinto a los demás, somos todos uno.

El feminismo de la cuarta ola y sus adherentes actúan como secuaces de una masa violenta dispuesta a “cancelar” a quienes disentimos con éste.

Nos hacen creer que por ser parte de un colectivo vamos a tener más derechos porque el bienestar individual, supuestamente, se consigue sólo a través de esa misma lucha. Y si no estás de acuerdo, sos un facho retrógrado.

Están ignorando que una colectividad se logra a través de las actuaciones individuales de quienes la componen. Si no las hay o no se permite la disidencia, no se puede concebir un ente social que opere en representación, en este caso, de las mujeres. Por lo tanto, el colectivo feminista, que tanto ha tergiversado la causa por la lucha de los derechos políticos, no nos representa.

El marxismo del siglo XXI, raíz argumentativa del feminismo, quiere hacernos creer que los juicios de valor y las experiencias pasadas son determinados por nuestra clase social. Se pide que la intuición reemplace a la razón, de tal manera que se apela a la superstición de la masa.

Quieren darle una conciencia propia a una masa presuntamente homogénea, en base a diferentes motivos, todos irracionales. En el caso del movimiento feminista, el marxismo analiza los fenómenos sociales desde su sexo, considerando a la mujer como subordinada al hombre, reemplazando la clase social, por una especie de clases sexual. Es decir, el hombre tiene que tener una conciencia machista y la mujer debería tender a una de tipo feminista.

Bajo este pensamiento, lo único que se crea es el ejercicio de la violencia de forma unilateral de un colectivo hacia otro. En el medio de esta alharaca, se asesina a una mujer cada 27 horas (y un intento cada 22), según datos de la organización feminista Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMala).

Mientras ocurren estos fenómenos de suma gravedad, hace unos días se dio a conocer que una comitiva de 200 mujeres iría a Nueva York. Los gastos en viáticos son en dólares. ¿Así se representa el feminismo? ¿Se necesita un lugar en la agenda pública nacional y ser parte del aparato coercitivo del Estado para hacer creer que tienen alguna representatividad en las mujeres?

No, las mujeres con privilegios estatales y salarios exorbitantes que asumieron en cargos relevantes por cupos o porque simplemente deben rellenar esos espacios comúnmente ocupados por hombres, lejos están de ser líderes de la representación femenina. De hecho son todo lo contrario.

El Gobierna Nacional y los partidos políticos afines, con su actitud intolerante, están dispuestos a erradicar nuestras ideas, las ideas de la libertad que vienen a romper con su agenda internacional de políticas de género. Quieren apelar a la fuerza coercitiva o a la masa violenta para acreditar sus ideas colectivas putrefactas.

Nos demuestra que quien apela a la violencia unilateral, al resentimiento y al colectivismo estatal, está plenamente convencido de que lo que defiende es insostenible, porque a muchas, especialmente a las más jóvenes, no nos representan.

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