En el retail tecnológico, el área de supply chain no puede actuar de manera individual. Se trata de un complejo engranaje de departamentos y personas que trabajan bajo una misma sinergia para alcanzar el desarrollo de un producto a tiempo y de la manera más eficiente posible.
Esto significa que, cuando uno “desarrolla” un producto, es decir, lo crea para introducirlo en la cartera de negocios de su propia compañía, empieza el trabajo en coordinación de numerosas áreas: Producto y Desarrollo, Marketing, Comercio Exterior, Comercial y Logística.
Y si bien todo este proceso puede sonar sumamente difícil de coordinar, justamente es ahí cuando todos los responsables se alinean de tal manera que puedan cumplir con su parte para poder avanzar sobre un nuevo producto para ofrecer al público:
- El paso inicial, si bien puede derivar de la propuesta de cualquier individuo dentro de la compañía, es tomado principalmente por Producto y Desarrollo. Desde allí se identifica la tendencia y/u oportunidad en el mercado con respecto a uno o una serie de productos y se procede a generar contacto con los proveedores especializados correspondientes.
- En consecuencia, se procede a elaborar una estructura de costos correspondientes para estimar la inversión necesaria a desembolsar en caso de llevar a cabo dicho proyecto. Esto permite conocer con anterioridad a su posible ejecución la competitividad del negocio, validándolo en conjunto con el Área Comercial.
- Una vez aprobado, se inicia la coordinación con Marketing, departamento que básicamente le da vida al producto a partir de definir su nombre o línea, diseño, packaging y características a destacar.
- Pulidos todos los aspectos que le corresponden a esta última parte, Producto y Desarrollo, en conjunto con Comercio Exterior, terminan confirmando el producto y ejecutando el proyecto de importación, que luego, una vez concretado, pasará a manos de Logística para poder controlar lo recibido y coordinar su correcta distribución entre el depósito de recepción y los puntos de venta definidos por el Departamento Comercial.
A partir de allí, el producto pasa a formar parte de la empresa, y se evalúa durante un determinado plazo su éxito o fracaso, condicionando de tal manera su existencia a futuro, ya sea en su mismo formato o en algo más actualizado según lo que demanda o determina el mercado.
Alta competencia y nuevos desafíos globales
Por otro lado, el retail tecnológico en particular posee una gran cantidad de jugadores participando activamente por su porción dentro de un sector que se caracteriza por un alto nivel de competencia, sobre todo cuando las reglas del comercio exterior vigentes logran permitir que todas las compañías puedan tener acceso a casi todos los mismos tipos de productos.
Adicionalmente a esto, hoy por hoy en el sector se presentan diversos desafíos propios de la actualidad que nos rodea. A partir de las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, las grandes fluctuaciones de precios y, sobre todo, la ocasional sobreoferta por parte de los proveedores del gigante asiático juegan un papel fundamental a la hora de definir la competitividad del sector.
A su vez, con el auge de TikTok e Instagram, hoy por hoy el usuario final se encuentra sumamente informado sobre las nuevas tendencias y en constante búsqueda de aquellas empresas que puedan ofrecerles lo que quieren a tiempo y dentro de un costo aceptable, razones por las cuales se termina condicionando a los jugadores dentro del sector para actuar de manera rápida, buscando no solo diferenciarse en materia de precios, sino también cumplir con las exigencias (cada vez más sofisticadas) del público objetivo.
En este sector en particular, las modas pasan rápido, y si la compañía se “duerme en los laureles” a raíz de un acierto, es cuando pierde la oportunidad de mantener esa ventaja significativa en el medio plazo. La constante necesidad de trabajar rápido, sin perder el ritmo, y al mismo tiempo cuidar los riesgos operativos y los costos estimados, son parte de la diaria del comercio exterior en este rubro.
Limitaciones estructurales y oportunidades de mejora
En el comercio exterior, aún restan muchos puntos por mejorar y/o aprovechar para lograr una mejor performance en el escenario en el que se desarrollan. Hoy por hoy, por sobre todo en este rubro, cada vez es mayor la cantidad de productos que contienen baterías de litio para funcionar. Y si bien esto es una realidad, durante la operativa diaria puede transformarse en un dolor de cabeza: falta de capacitación de personal, falta de sistemas modernos en cuanto a gestión de riesgos, infraestructura de rutas deficientes, escasa interoperabilidad entre actores que participan dentro de la logística integral (puertos, transporte, depósitos fiscales), entre otras.
Hoy en día, en Argentina, uno de cada cinco nodos logísticos está adecuadamente preparado para manejar cargas peligrosas. Además, la falta de digitalización de ciertos documentos contribuye a generar demoras significativas en la operativa, lo que realmente podría marcar un antes y un después en el éxito del proyecto.
En el retail tecnológico, la clave del éxito está en poder anticiparse a las tendencias. Como se detalla anteriormente, en este rubro en particular, la operativa de comercio exterior debe ejecutarse de una manera ágil y ordenada, considerando tiempos de tránsito extensos y efemérides que condicionan la oferta de ciertos productos en particular, por lo que actuar con anterioridad a la llegada de esa “moda” o bien, hasta incluso buscar generarla, es la llave para estar un paso por delante de la competencia en el mercado, y a su vez una oportunidad única para poder ejecutar las importaciones gestionando sus riesgos de una manera más cauta.
Animarse a salir de la caja e intentar generar que el público objetivo se interese por nuestros productos antes de que alguien más lo haga es el diferencial para cualquier empresa que participe en el sector, porque al momento en que veamos un producto nuevo en una góndola, ya nos encontraremos a un paso más atrás.