Un video que circula en redes sociales ha generado un intenso debate entre los internautas, al mostrar el icónico anuncio de “fierro viejo” completamente traducido al inglés. El sonido, que por décadas ha acompañado la cotidianidad de los barrios en la Ciudad de México, fue reinterpretado para un público angloparlante, hecho que muchos usuarios han vinculado directamente con el proceso de gentrificación que vive la capital.
En la grabación, se escucha con claridad:“We buy: mattresses, barrels, refrigerators, stoves, washing machines, microwaves or any scrap metal you want to sell…”, una adaptación directa del clásico:“Se compran: colchones, tambores, refrigeradores, estufas, lavadoras, microondas o algo de fierro viejo que vendan…”.
Aunque el video fue publicado originalmente en TikTok, rápidamente se volvió viral en otras plataformas como X (antes Twitter), Facebook e Instagram, provocando una avalancha de reacciones entre usuarios mexicanos.
Para muchos, este cambio representa algo más profundo que una simple traducción: la transformación cultural forzada de los espacios urbanos. Comentarios como “Ahora sí ya nos gentrificaron el fierro viejo”, “¿Qué sigue? ¿El del gas en francés?” y “Esto ya se salió de control”, ejemplifican el sentir de una parte del público que ve con preocupación cómo los símbolos populares están siendo modificados para complacer a residentes extranjeros.
El fenómeno no es aislado. En colonias como Roma, Condesa, Juárez, San Rafael y Escandón, se ha reportado un aumento considerable de residentes provenientes de Estados Unidos, muchos de los cuales trabajan de forma remota y eligen vivir en la capital mexicana por su bajo costo en comparación con otras ciudades del mundo. Esta ola migratoria ha influido no solo en los precios de la vivienda y el consumo local, sino también en aspectos simbólicos y culturales.
Para algunos, la versión en inglés del “fierro viejo” es una curiosidad simpática, una muestra de cómo el folclore mexicano también puede cruzar fronteras. Sin embargo, para otros, representa una amenaza: la pérdida del carácter auténtico de la ciudad en favor de una experiencia adaptada al turismo o a las nuevas élites digitales extranjeras.
No es la primera vez que un símbolo urbano sufre modificaciones. En años recientes, ha habido reportes de locales de comida adaptando sus menús a gustos extranjeros, anuncios de servicios completamente en inglés y un incremento de negocios “internacionales” que ocupan espacios tradicionales.
La discusión en redes ha puesto nuevamente sobre la mesa el debate sobre quién vive y a quién pertenece la ciudad. ¿Hasta qué punto una ciudad globalizada puede integrar nuevos públicos sin sacrificar su identidad? ¿Y qué papel juegan los pequeños símbolos culturales en esa batalla?
Por ahora, el video del “fierro viejo” en inglés sigue circulando, generando risas, indignación, reflexión y, sobre todo, dejando en claro que la Ciudad de México está cambiando más rápido de lo que muchos quisieran admitir.