Es común que los grandes grupos criminales de distintos países formen alianzas específicas para expandir sus operaciones y maximizar ganancias. Estas cooperaciones les permiten compartir rutas de tráfico, mercados y recursos, optimizando sus redes ilícitas sin tener que involucrar a sus propios miembros para realizar operaciones más allá de su país de origen.
Además, la interconexión global y la diversificación de actividades ilegales también impulsan este tipo de asociaciones. Redes como el tráfico de armas, personas o lavado de dinero requieren una logística compleja que es más eficiente al combinar recursos y conocimientos de diferentes organizaciones.
Una investigación de la Universidad de los Andes registra que la relación histórica entre cárteles mexicanos y colombianos comenzó a finales del siglo XX en las décadas 80 y 90 la cuál fue cambiando con el paso de los años hasta llegar a la actualidad como una colaboración que beneficia a ambas partes, una de estas alianzas es la del Cártel de Sinaloa (CDS) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) colombiano.
¿Existe una subordinación entre cárteles?
El pasado 7 de febrero, el presidente de Colombia, Gustavo Petro sugirió en una conferencia que el Cártel de Sinaloa tenía una injerencia directa en las funciones del ELN, grupo guerrillero colombiano asociado con el uso de la violencia para el tráfico de drogas dentro del país cafetalero.
“Los dueños de esas estructuras no son comandantes colombianos, son los que compran la cocaína de origen mexicano. El Cártel de Sinaloa es el jefe actual del ELN”, expresó el mandatario colombiano durante la inauguración del Complejo Científico para la Investigación de las Ciencias de la Salud de la Universidad Industrial de Santander, en la ciudad de Bucaramanga.
Estas declaraciones generaron un acalorado debate entre expertos en materia de seguridad, pues de confirmarse esta relación, marcaría un precedente en una relación de subordinación entre cárteles y una expansión dominante de parte de los grupos criminales mexicanos en el extranjero.
Sin embargo un análisis publicado en el sitio especializado en crimen organizado InSight Crime desestima las declaraciones del presidente colombiano, pues menciona que si bien sí existen diversas alianzas entre el CDS y grupos criminales colombianos, no se ha registrado un esquema de subordinación, pues las organizaciones de Colombia aún mantienen autonomía en sus operaciones.
“Aunque los carteles mexicanos han tejido alianzas con actores armados en Colombia para asegurar el flujo de cocaína, la historia del ELN sugiere que el grupo mantiene autonomía en sus operaciones. Colombia ha sido históricamente un territorio inhóspito para actores extranjeros, esto presenta obstáculos para los carteles mexicanos, quienes no han logrado un control total sobre las dinámicas del narcotráfico en el país”, se lee en el análisis publicado el 24 de febrero de 2025.
La colaboración entre el CDS y el ELN
Aunque el informe de InSight Crime desestima un esquema de subordinación entre ambas organizaciones, registros de la policía de Colombia ha señalado colaboraciones en los siguientes aspectos:
Producción y suministro de cocaína: el ELN controla regiones estratégicas en Colombia, como Catatumbo y otras zonas fronterizas con Venezuela, donde se cultiva coca y se producen grandes cantidades de cocaína. El Cártel de Sinaloa compra su cocaína directamente o a través de intermediarios.
Así, el grupo colombiano garantiza la producción y el acceso a la cocaína, mientras que el cártel se encarga de su transporte y distribución hacia mercados internacionales, principalmente Estados Unidos y Europa.
Intercambio de cocaína por armamento: informes de inteligencia colombiana de 2023, hechos públicos en 2025, revelan que el ELN ha intercambiado cargamentos de cocaína con el Cártel de Sinaloa a cambio de armas sofisticadas, como fusiles y explosivos. Esto fortalece la capacidad militar del ELN para mantener el control territorial y enfrentar a rivales como disidencias de las FARC o fuerzas gubernamentales.
Control territorial y seguridad de rutas de tráfico: en regiones como el Catatumbo, el ELN actúa como un “socio local” que facilita la logística del tráfico, asegurando que los envíos lleguen a los puntos de entrega acordados.