Además de Mazatlán, estas ciudades son ideales para disfrutar el eclipse solar total del 8 de abril

Con el apoyo de lentes especiales, los ciudadanos podrán observar como la luna cubre por completo al sol durante casi 5 minutos

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La ruta de la umbra atravesará Sinaloa, Durango y Coahuila. REUTERS/Jonathan Ernst
La ruta de la umbra atravesará Sinaloa, Durango y Coahuila. REUTERS/Jonathan Ernst

Miles de turistas visitarán la ciudad de Mazatlán el próximo lunes 8 de abril para disfrutar del eclipse solar total, pues la ubicación geográfica y las condiciones climáticas de la “perla del Pacífico” la convierten en el sitio idóneo para contemplar este espectáculo astronómico en todo su esplendor, sin embargo, otras importantes ciudades del norte del país también reúnen las condiciones para admirar al 100 por ciento.

La UNAM reveló que de toda norteamérica, en el municipio de Concordia, situado en Sinaloa, se experimentará la mayor duración del eclipse total, donde ya se preparan para recibir a los visitantes. Este punto se ubica a 30 kilómetros de Mazatlán.

El estado de Durango también es parte de la ruta de la umbra lunar y la ciudad de Durango, el fenómeno dará inicio a las 10:58 am, en el municipio de Nazas a las 11:00.

En Coahuila, el espectáculo será visible en Torreón a partir de las 10:59 am; Monclova, 11:05; Piedras Negras, 12:10.

Imagen de la trayectoria del eclipse del próximo 8 de abril (NASA)
Imagen de la trayectoria del eclipse del próximo 8 de abril (NASA)

En todas estas ciudades, y con el apoyo de lentes especiales, los ciudadanos podrán observar como la luna cubre por completo al sol durante casi 5 minutos.

A lo largo del camino de la umbra, primero se observará un eclipse parcial, ya que inicialmente la Luna tapará solo una fracción de la superficie solar.

Los eclipses solares se producen cuando la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, ocultando este último parcial o totalmente desde nuestra perspectiva terrestre. Este fenómeno astronómico ocurre únicamente cuando estos tres cuerpos celestes se alinean perfectamente en el espacio, un evento que fascina a científicos y aficionados por igual.

Los eclipses pueden ser totales, cuando la sombra completa de la Luna, conocida como umbra, oscurece una región específica de la Tierra, o parciales, si sólo una fracción del Sol es ocultada por nuestro satélite natural.

La dinámica entre la rotación terrestre y el movimiento orbital de la Luna desencadena que, durante un eclipse, la sombra lúnea se desplace sobre la superficie del planeta, generando un camino relativamente estrecho por donde se puede observar el fenómeno en su máxima expresión.

La umbra proyecta una oscuridad total en las zonas afectadas, mientras que la penumbra, una sombra más tenue, provoca eclipses parciales visibles en una área mucho más amplia. Esta característica hace que los eclipses solares sean eventos altamente anticipados y estudiados, proporcionando valiosa información sobre la relación espacial entre la Tierra y la Luna.

 A medida que los últimos rayos de luz solar pasan a través de los valles en el limbo de la Luna, y la tenue corona alrededor del Sol apenas comienza a hacerse visible, esta se ve como un anillo con diamantes brillantes (NASA/Carla Thomas)
A medida que los últimos rayos de luz solar pasan a través de los valles en el limbo de la Luna, y la tenue corona alrededor del Sol apenas comienza a hacerse visible, esta se ve como un anillo con diamantes brillantes (NASA/Carla Thomas)

La observación de los eclipses solares ha sido de gran importancia para el desarrollo de la astronomía a lo largo de la historia. Estos eventos no solo ofrecen un espectáculo visual impresionante, sino que también permiten a los científicos realizar importantes estudios sobre la estructura de la atmósfera solar y el comportamiento del entorno espacial.

Además, históricamente, la precisión en la predicción de eclipses ha demostrado el avance en nuestro entendimiento de las mecánicas celestes.

Por tanto, la fascinación por los eclipses solares trasciende el mero acontecimiento astronómico para convertirse en una herramienta de aprendizaje y descubrimiento, marcando importantes hitos en el calendario astronómico y en la investigación espacial.

Los eventos futuros ya están siendo meticulosamente planificados por comunidades científicas y entusiastas del cielo, ansiosos por ser testigos de la danza celestial que ofrece nuestra naturaleza.

Entre los años 2001 y 2100, se prevé que alrededor de 25 eclipses solares sean visibles desde alguna región de México.

Estos incluyen tanto eclipses parciales, donde sólo una parte del Sol es ocultada por la Luna, como totales, donde el disco solar es completamente cubierto, ofreciendo una experiencia astronómica única. La frecuencia y tipo de eclipse varían dependiendo de la ubicación geográfica específica dentro del país.