Detención de Osiel Cárdenas había motivado al Cártel de Sinaloa para tratar apoderarse de Nuevo Laredo

El Cártel de Sinaloa, a principios de la década de los 2000 emprendió una sangrienta guerra con el del Golfo, esto al aliarse con el de Juárez, lo que fue nombrado por la Administración de Control de Drogas (DEA) como ‘La Federación’.

De acuerdo con el análisis del periodista Diego Enrique Osorno, Arturo Beltrán Leyva, uno de los entonces operadores del Cártel de Sinaloa fue quien se motivó por invadir Nuevo Laredo, luego de la captura de Osiel Cárdenas Guillén, el exlíder de la organización.

Fue el 15 de marzo de 2003, cuando los elementos del Ejército Mexicano lograron su aprehensión en en Matamoros, Tamaulipas tras un operativo en la zona.

“La violencia de 2003, en Nuevo Laredo, la cual llegó a su punto más alto, el primero de agosto con la lluvia de balas que duró casi una hora, tiene explicación en algunos informes de la PGR, que resaltan que lo que hay de fondo es un enfrentamiento de células del Cártel del Golfo, contra una especie de alianza entre los cárteles de Sinaloa y de Juárez, a la cual la DEA le adjudicó el nombre de Federación, según estos reportes, un operador del Cártel de Sinaloa, Arturo Beltrán Leyva, emprendió la conquista de la plaza, luego de la detención de Osiel Cárdenas Guillén, afectada por el Ejército Mexicano el 15 de marzo de ese año”, se lee en el libro ‘Bienvenido a Sinaloa’ de Diego Enrique Osorno.

Durante todo ese año se registraron constantes balaceras, al convertir a la ciudad fronteriza en una zona de guerra, además de la aparición de importantes personajes, entre los cuales se encontraba Édgar Valdez Villarreal, mejor conocido como ‘La Barbie’.

Fue en 2004, cuando la operación de los delincuentes se vio frustrada, tras la separación de ‘La Federación’, derivado del asesinato de Rodolfo Carrillo Fuentes, ‘El Niño de Oro’ en un cine de Culiacán.

Bajo las órdenes de Dionisio ‘El Chacho’ Román García, un grupo armado conocido como ‘Los Chachos’ quiso tomar el control de Nuevo Laredo, previo a aquella invasión, pero tras la ejecución del líder, el objetivo ya no se pudo cumplir.

“Los sinaloenses ya habían intentado apoderarse del control de la ciudad fronteriza de Tamaulipas, mediante la ayuda de un grupo armado conocido como ‘Los Chachos’, el cual operó bajo las órdenes de Dionisio ‘El Chacho’ Román García, hasta que este fue ejecutado por Los Zetas”, se lee en la obra de Diego Enrique Osorno.