¿Problemas de presión arterial? Esto dicen los expertos sobre la cantidad de sal que debes consumir diariamente

El abuso en el consumo de sal puede tener diversas repercusiones negativas en la salud

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El  abuso en el consumo de sal puede tener diversas repercusiones negativas  en la salud. (Imagen ilustrativa Infobae)
El abuso en el consumo de sal puede tener diversas repercusiones negativas en la salud. (Imagen ilustrativa Infobae)

Uno de los efectos más conocidos es el incremento en la presión arterial, lo que a su vez puede llevar a condiciones más graves como enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. El sodio — extraído principalmente de la sal — en exceso en el organismo causa retención de líquidos, lo que aumenta el volumen de sangre en las arterias y, por ende, la presión arterial.

A largo plazo, un consumo elevado de sal también puede dañar los riñones, órganos que se encargan de filtrar y eliminar el exceso de sodio a través de la orina. Cuando los riñones no logran eliminar todo el sodio, esto puede resultar en enfermedades renales.

Revisión de la presión arterial (Imagen Ilustrativa Infobae)
Revisión de la presión arterial (Imagen Ilustrativa Infobae)

Otro efecto negativo es sobre la salud ósea. Algunos estudios sugieren que dietas altas en sodio incrementan la excreción de calcio a través de la orina, un mineral clave para la salud ósea, lo que podría llevar a una disminución de la densidad ósea y aumentar el riesgo de osteoporosis.

Además, el consumo excesivo de sal está asociado a un mayor riesgo de desarrollar cáncer de estómago. Se cree que el sodio puede tener un efecto dañino en el revestimiento del estómago, lo que aumentaría el riesgo de infecciones y, eventualmente, cáncer.

Es importante moderar el consumo de sal y seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias, que generalmente sugieren un máximo de 5 gramos de sal al día para un adulto. Reducir el consumo de alimentos procesados y optar por alimentos frescos puede ser un buen inicio para disminuir la ingesta de sal.

Los ataques al corazón pueden derivarse por una presión alta. (Freepik)
Los ataques al corazón pueden derivarse por una presión alta. (Freepik)

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) alerta sobre los peligros del consumo excesivo de sal, el cual está vinculado con un aumento en la presión arterial, contribuyendo significativamente a la hipertensión. Esta condición afecta aproximadamente al 30% de la población, siendo los afrodescendientes particularmente susceptibles. Estudios recientes indican que el consumo promedio global de sodio supera los 4310 mg por día, más del doble de los 2000 mg recomendados.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos recomiendan que los adultos limiten su ingesta de sodio a menos de 2300 mg diarios, equivalente a seis gramos de sal, o una cucharadita aproximadamente. Para aquellos diagnosticados con hipertensión, la sugerencia es reducir aún más el consumo, a unos 1500 mg de sodio por día. Se enfatiza la necesidad de ajustar la dieta para prevenir complicaciones de salud a largo plazo.

En México, la situación es aún más alarmante. Según un análisis realizado por Ismael Campos-Nonato, Jorge Vargas-Meza, y Simón Barquera, el consumo medio de sal entre los mexicanos es dos veces mayor que lo recomendado por la OMS. La hipertensión arterial es prevalente en más del 40% de la población adulta mexicana, y sorprendentemente, cerca de la mitad de estos individuos desconocen su condición.

El sodio está presente en los alimentos procesados, dulces y salados (Getty Images)
El sodio está presente en los alimentos procesados, dulces y salados (Getty Images)

Los productos procesados y ultraprocesados, incluyendo pan, galletas, salsas, carnes, sopas y embutidos, son identificados como las principales fuentes de sodio añadido en la dieta mexicana, aportando entre un 40 y un 50% de la ingesta diaria de sal. Esta alimentación errónea podría ser la causa de más de 47,000 muertes anuales por enfermedades cardiovasculares en el país.

La OPS y otros expertos en salud pública instan a una reducción en el consumo de productos altos en sodio, enfatizando la importancia de una dieta balanceada y baja en sal para mejorar la salud cardiovascular y reducir los riesgos de hipertensión. La adopción de medidas preventivas y el monitoreo regular de la presión arterial pueden desempeñar un papel crucial en la lucha contra esta epidemia silenciosa.

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