Estos son los brazos armados que obedecen a Los Chapitos

La fuerte presencia de Los Chapitos tras el arresto de Joaquín “El Chapo” Guzmán puede explicarse, de acuerdo con investigaciones del gobierno de Estados Unidos, gracias a dos factores: su imparable incursión en el negocio del fentanilo y su alianza con brazos armados en distintos frentes.

Estas células de sicarios no sólo se encargan de proteger a los herederos de Guzmán Loera, sino que tienen la encomienda de confrontar a sus rivales, disputar los territorios y resguardar sus narcolaboratorios.

Al norte del país se han identificado, hasta el momento, al menos cuatro grupos armados que operan bajo las órdenes de Iván Archivaldo Guzmán Salazar y sus hermanos.

El equipo más cercano a los hijos del “Chapo”, de acuerdo con investigaciones de la Administración de Control de Drogas (DEA), está compuesto por Los Ninis, miembros del Cártel de Sinaloa caracterizados por su juventud (20-35 años) y su particular uso de la violencia.

Sus principales líderes son Oscar Noé Medina González, alias “Panu” —por quien EEUU ofrece cuatro millones de dólares—, Néstor Isidro Pérez Salas, alias “Nini” —a cuya cabeza le pusieron un precio de USD 3 millones— y Jorge Humberto Figueroa Benítez, alias “El 27″.

Entre sus tareas bajo el mando de Los Chapitos están: el resguardo de sus actividades ligadas al tráfico de fentanilo, asesinato de sus rivales, desmantelamiento de negocios contraproducentes para el cártel, intimidación a civiles y ataque a autoridades.

Uno de los episodios que permitió dimensionar el poder de ataque de Los Ninis fue el llamado “Culiacanazo” de 2019, pues el terror causado por los sicarios liderados por “El Panu” y “El Nini” obligaron al Gobierno Federal a liberar a Ovidio Guzmán López para evitar un desastroso combate.

Otro tentáculo de Los Chapitos encargado de esparcir la violencia al norte del país es el grupo de Los Salazar, fundado por Adán Salazar Zamorano, alias “Don Adán”, aproximadamente en 2005.

Sicarios de esta facción son señalados como aparentes responsables en la desaparición del periodista Alfredo Jiménez Mota en 2005 y el asesinato de Miroslava Breach en 2017.

Documentos de inteligencia militar y reportes de la prensa local refieren que Los Salazar, actualmente comandados por Crispín Salazar Zamorano —hermano de “Don Adán”—, mantienen un combate en Sonora con el cártel de La Plaza, vinculado al Cártel de Caborca fundado por Rafael Caro Quintero, y en Baja California con la célula de Los Rusos, que trabaja para Ismael “El Mayo” Zambada.

En días recientes, brazos armados de Los Chapitos atrajeron la atención debido a que se sumaron a la prohibición de venta y trasiego de fentanilo en la región norteña.

Se trata de Los Cazadores y Los Pelones, grupos que tienen dividido el territorio de Sonora para mantener su poderío e impedir la expansión del Cártel de Caborca.

Los Pelones, por un lado, son un grupo cuyo origen podría rastrearse hasta aproximadamente 2004-2006. Actualmente, acorde con informes extraoficiales, su máximo líder es Omar Félix “L”, identificado con el alias de “El Pelón de Sonoyta” o “El 08″.

Aunque las principales bases de operación de este equipo de sicarios están en los municipios sonorenses de San Luis Río Colorado, Sonoyta, Caborca y Pitiquito, se presume que también estarían detrás del combate a Los Rusos del “Mayo” en el Valle de Mexicali.

El otro bando que obedece a Los Chapitos en Sonora es el de Los Cazadores, también conocido como Grupo Cazadores, estructura bélica que está asentada, principalmente, en el municipio de Altar.

Su máximo jefe, según documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), es Jesús Humberto Limón López, alias “El Chubeto” o “El Cazador” o “El Noveno”, que aunque fue capturado el 11 de junio de 2021 mantiene su influencia como coordinador en el tráfico de armas, marihuana, cocaína, heroína, cristal y fentanilo a Estados Unidos.