REVIEW | Dicefolk: Cómo hacer mucho con muy poco

La compañía hermana de Devolver Digital, Good Shepherd, es en cierto modo como su hermano un sello de calidad. Pero uno en donde sabemos que las mecánicas del juego que estamos por agarrar, nos gusten o no, serán diferentes a lo que estamos acostumbrados.

Eso nos pasa con Dicefolk, del estudio peruano Leap Game Studios, una propuesta roguelike de dados y criaturas que, con muy poco, nos regala una experiencia muy divertida. Sus batallas por turnos lideradas por el resultado de los dados, y la proceduralidad de sus niveles, esconden muchos secretos, y el “nosequé” del género roguelike está presente en todo momento.

En Dicefolk vamos a saltar directamente a la acción, ya que la propuesta a nivel narrativo está muy simplificada. Claro, este no es el fuerte del juego, y a través de desbloqueables entre partidas vamos a conocer un poco más sobre un mundo que necesita ser salvado por una entrenadora de quimeras.

En una grilla de nodos muy simple, y un estilo artístico que roza el garabateo -o doodle-, vamos a enfrentarnos a muchos diseños de criaturas que aunque lo parezca, nada tienen que ver con Pokémon. Dicefolk se basa en recorrer niveles separados por biomas, encontrar tesoros, equipamiento y oro, mientras batallamos con quimeras en un 3 vs 3 giratorio, con dados y mucha estrategia.

Las quimeras no son Pokémon, sino nuestros elementos de combate. La propuesta única de Dicefolk es que nosotros vamos a controlar todo el combate, incluidas las acciones del enemigo. Los encuentros contra otras quimeras en la grilla de nodos nos llevarán a su sistema de combate, que déjenme decirles, no solo es la esencia de este juego, si no que es muy pero muy divertido.

Cuando de estrategia hablamos, en Dicefolk no solo tenemos que pensar por nosotros. Las criaturas se disponen en dos discos giratorios de 3 quimeras cada uno, con un líder que será quien ataque. Las habilidades de cada monstruo podrán activarse al rotar, entrar en liderazgo, ser atacados o infringiendo daño al enemigo. Después, todo va a pasar por un set de 3 dados, que momentáneamente, con equipamiento específico, podemos aumentar a 4, y con reglas muy básicas.

Rotar para ambos lados, aleatoriamente, atacar y no poder realizar otra acción hasta terminar el turno, atacar fuerte, son algunas acciones que forman parte de las caras de cada dado. Los dados se mezclan al comienzo de cada turno, y está en nosotros elegir el orden de acciones propias y del enemigo para tener el mejor resultado en combate.

Quizás, es preferible usar la cara del dado que nos da un escudo, para luego seleccionar el ataque cruzado del enemigo que golpea en ambos lados en 1 turno. O quizás, nuestra quimera lobo puede atacar al salir de la posición de liderazgo, mientras que nuestro actual líder mejora las estadísticas del nuevo que entra al salir. Esta es la parte más divertida y adictiva de toda la propuesta, ya que las quimeras son muchas, y las caras de los dados, muy variadas.

Al comenzar cada run o partida, vamos a elegir un talismán que nos determina el tipo de criaturas que vamos a encontrar. Primero empezamos con el del Guerrero, que devuelve nodos con nuevas quimeras del tipo atacante. Más adelante, podremos desbloquear packs de agilidad o inteligencia, variando así la velocidad y estrategia de ataque de nuestro equipo de 3.

El juego, en loop, nos invita a visitar nuevos biomas con nuevos secretos por descubrir, y jefes que eliminar. En la disposición procedural, también tendremos la elección de a dónde ir y cómo interactuar con el mapa, ya que podemos pelear, comprar objetos con oro obtenido en combate, encontrar cofres, campamentos, y hasta algunos personajes errantes que nos ayudarán en la aventura.

La rapidez con la que se desenvuelve todo, y como buen roguelike, la invitación a la repetición, hacen que lo poco que tiene Dicefolk para ofrecer termine en una experiencia sumamente atrapante y divertida. No hay grandes estrategias para armar equipos, ya que el pool de quimeras aumenta al jugar más, pero también su dificultad. El juego quiere que disfrutemos paso a paso, y error por error, de su complejo pero llevadero sistema de combate.

Mis mayores quejas con lo nuevo de Good Shepherd están relacionadas al balance y su proceduralidad, que en ciertos casos me pareció muy injusta. Claro está, que los desarrolladores podrían modificar esto en futuros parches, pero de entrada es algo importante para remarcar. Muchos sets de quimeras no se sienten ni de cerca tan útiles como los iniciales del talismán del Guerrero, y para desbloquear nuevos, el juego nos obliga a utilizar el recientemente conseguido.

Además, muchas veces la disposición aleatoria de los mapas no va a ayudar. A veces, para llegar a nuestra primera estatua de desbloqueo de nuevas quimeras, tenemos que batallar muchísimo y es muy seguro que lleguemos al jefe bastante golpeados. Si el mapa no nos regaló una hoguera para descansar, o un árbol de bayas para recuperar vida, lo más probable es que esa run esté perdida.

Por suerte, son pocas las veces que me frustré con esto, y más las veces que disfruté de Dicefolk en mi Steam Deck de manera portátil. El juego solo está disponible en PC, pero es la propuesta perfecta para Nintendo Switch o un teléfono móvil, por su característica de generar rápidas partidas y encuentros, o poder suspender y volver al menú en cualquier momento.

Con simpáticos diseños, poca narrativa pero muchos secretos por descubrir, Dicefolk es una propuesta independiente que no puedo dejar de recomendar para los amantes del género roguelike por turnos. La combinación entre suerte, estrategia y preparación, hacen de esto una experiencia veloz para disfrutar en cualquier momento del día.

8

Roguelike y criaturasDicefolk es un independiente rápido, estratégico y muy divertido para disfrutar de partidas rápidas y entregarnos a la merced de los dados.

Revisado en PC

Plataformas:

PC