La Bienal Vargas Llosa consagra al mexicano David Toscana por una novela centrada en Rusia y la Guerra Fría: “Se sigue persiguiendo a la gente por lo que escribe”

El narrador se lleva el Premio por “El peso de vivir en la tierra”, un libro que celebra a los autores que fueron libres en un mundo que no lo era.

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El mexicano David Toscana acaba de ganar la V Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa por su novela El peso de vivir en la tierra.

Según dijo Soledad Álvarez, presidenta del jurado, la novela “resalta la labor de la imaginación como una herramienta ante las adversidades para dar dignidad y riqueza a la existencia y luchar contra los obstáculos de la libertad.

“Esta novela nace de una voluntad de hacerle un homenaje a tantos escritores que dieron la vida por la literatura”, contó el escritor al agradecer el galardón.

Y recordó que hubo poetas rusos que fueron reprimidos y que habían querido resaltar la dignidad de los individuos. “¿Esto es algo del pasado? “En muchos lugares se sigue persiguiendo a la gente por lo que escribe. Si de algo puede servir lo que hablo o lo que escribo es para darle a la literatura ese peso que debe tener en nuestras vidas”, señaló Toscana.

Se trata de una novela cautivadora en la que Toscana (Monterrey, 1961) rinde homenaje a la literatura rusa, transportando al lector a un mundo cordial y lúdico. A través de una historia envuelta en el deseo de la aventura, el autor nos presenta un vasto itinerario de referencias, citas y guiños a las obras maestras de la tradición literaria rusa, cuya influencia ha dado origen a escritores de renombre como Gogol, Tolstoi, Dostoievski, Chejov y Babel.

La trama se desarrolla a partir de la muerte de tres cosmonautas rusos durante su regreso a la Tierra en 1971, después de una prolongada estancia en la estación espacial Salyut. El protagonista, Nicolás, decide cambiar su nombre a Nikolái Nikoláievich y, junto a un grupo de cómplices, prepara un “viaje” para representar su propia puesta en órbita. Cada personaje encarna una referencia tomada de las novelas y relatos rusos, entrelazando así la ficción y la realidad de manera magistral.

A lo largo de más de 300 páginas, Toscana nos sumerge en la historia de este peculiar grupo de personajes. La trama está ambientada en plena Guerra Fría y en el apogeo de la carrera espacial entre soviéticos y estadounidenses. Nikolái, el protagonista, termina estableciéndose en Monterrey, Nuevo León, en el norte de México, donde emula a los héroes rusos de la literatura. Sus compañeros de viaje aspiran a ser caballeros andantes, asesinos, tuberculosos o alcohólicos, cada uno recreando una faceta particular de la rica tradición literaria rusa.

"El peso de vivir en la Tierra", de David Toscana.

Stalin marca la literatura rusa de dos formas, una, reclutando gente para que escriban según la línea del Partido y acosando, encarcelando, persiguiendo, a quienes que no la siguieron. Ahí tenemos a la poeta Ana Adjmatova; de ser diva, poco a poco se va convirtiendo en una paria en su propio país”. Dijo David Toscana en entrevista con Swissinfo.

En El peso de vivir en la Tierra, Toscana entrelaza la vida de cada autor ruso con los relatos que escribieron, creando un juego narrativo que abarca desde Dostoyevski hasta Pasternak, de Bulgákov a Ana Ajmátova, y de Chéjov a Marina Tsvetáieva. Cabalgamos junto a estos personajes avaros, homicidas, prostitutas, indigentes, tuberculosis, borrachos y otras criaturas, que se debaten entre la desdicha y el destino que les ha sido impuesto. La novela invita a sumergirse en un juego en el que la vida se deja arrastrar por los alientos del arte.

En esta obra también coexiste el borracho Guerásim, en referencia a una figura del libro La muerte de Iván Ilich de Tolstoi. Con su incorporación a la trama, Toscana recrea un mundo de aventuras entrelazado con medio centenar de obras y autores rusos, y varios asesinatos ordenados por Stalin. Cervantes, según el escritor, suele ser el origen o la inspiración de todo lo que cuenta, especialmente en la creación de personajes que trascienden la realidad.

Toscana, galardonado previamente con el Premio Xavier Villaurrutia en 2018 por su novela Olegaroy, demuestra una vez más su gran pasión por la literatura al construir esta hilarante historia. Para dar vida a sus personajes y tramas, se sumergió nuevamente en los textos rusos a los que guarda tanto cariño, y logró trazar un mapa lleno de guiños y referencias a los autores procedentes de Rusia.

El jurado también estuvo integrado por Juan Gabriel Vásquez, Michi Strausfeld, Alma Guillermoprieto, Giovanna Pollarolo y Raúl Tola. El premio otorga a su ganador 100.000 dólares.

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