Kilmar Ábrego García fue liberado la tarde de este jueves 12 de diciembre del centro de detención Moshannon Valley en Pensilvania, luego de que la jueza Paula Xinis del Tribunal de Distrito de Maryland ordenara su salida tras determinar que el gobierno de Estados Unidos carecía de autoridad legal para continuar su detención en un centro de inmigración.
La resolución judicial indica que no existía una orden final de deportación vigente para Ábrego García, por lo cual su permanencia bajo custodia resultaba improcedente. “Su expulsión no puede considerarse razonablemente previsible, inminente, ni compatible con el debido proceso”, precisó la jueza Xinis en el fallo, de acuerdo con la documentación judicial citada por NBC News. Tras la orden, el equipo legal comunicó que “Garcia ya se encuentra en el coche. Salió del centro”.
Simon Sandoval-Moshenberg, abogado principal de la defensa, expresó que este dictamen representa una protección clave del proceso jurídico. “La corte dejó absolutamente claro que el Gobierno no puede detener a una persona indefinidamente sin base jurídica y que todas las agencias deben cumplir de manera completa y rápida con la decisión”, declaró a NBC News. Agregó que el equipo legal mantendrá la vigilancia sobre el cumplimiento de la medida judicial.
Por disposición judicial, Ábrego García deberá residir en la vivienda de su hermano en Maryland, no solicitar pasaporte, no realizar viajes fuera del Distrito de Maryland o el Distrito Medio de Tennessee sin autorización previa, buscar empleo y abstenerse de portar armas y consumir drogas o alcohol de forma excesiva.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) manifestó su desacuerdo con la resolución. La portavoz de la agencia, Tricia McLaughlin, calificó la decisión como carente de fundamento legal y adelantó que el Gobierno continuará sus gestiones legales por la vía judicial correspondiente, según declaró en sus redes sociales y fue reproducido por The Associated Press.
La historia de Ábrego García
De acuerdo con NBC News, la historia de Ábrego García se remonta a 2012, cuando ingresó a Estados Unidos para escapar de la violencia de las pandillas en El Salvador. En 2019, un tribunal de inmigración le otorgó un amparo conocido como “retención de remoción”, mecanismo que le impedía ser enviado a su país natal dada la amenaza a su vida. Sin embargo, tras ser arrestado en Maryland mientras solicitaba empleo y entregado al ICE, las autoridades federales procedieron con la deportación pese a la restricción judicial.
En marzo de este año fue deportado a su país natal a pesar de la orden judicial que le protegía de un eventual regreso a El Salvador. Posteriormente, el Tribunal Supremo solicitó el retorno del ciudadano salvadoreño a territorio estadounidense, proceso que culminó en junio.
Al regresar a Estados Unidos, Abrego fue detenido por la Oficina de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) y se iniciaron gestiones para su traslado a países africanos y a Costa Rica. La jueza Xinis indicó que esas opciones no resultaron viables y que algunas naciones mencionadas nunca fueron consultadas oficialmente para recibirlo.
Además, quedó confirmado que “Costa Rica nunca se retiró de su compromiso de recibir a Abrego Garcia, así como él nunca dejó de intentar reasentarse allí”, según consta en el fallo judicial citado por los medios.
Abrego Garcia enfrenta, en paralelo, cargos penales en Tennessee relacionados con presunto tráfico de personas. Ha negado las acusaciones y solicitado la desestimación de la causa por considerar una motivación punitiva en su contra tras la deportación fallida. El inicio del juicio está previsto para el 26 de enero en la ciudad de Nashville.