Un intento de introducir drogas, mariscos y cigarrillos en la Institución Correccional Lee de Carolina del Sur fue frustrado cuando los guardias interceptaron un dron que arrojó un paquete en el patio de la prisión, según informó el Departamento Correccional de Carolina del Sur en la red social X.
El hallazgo, ocurrido tres semanas antes de Navidad, incluyó un filete crudo, patas de cangrejo, marihuana, cigarrillos y una lata de condimento Old Bay, elementos que evidencian la sofisticación y variedad del contrabando que se intenta ingresar a los centros penitenciarios del estado.
La incautación del dron y su cargamento se produjo el domingo por la mañana, y las autoridades confirmaron que la investigación sigue abierta, sin que hasta el momento se hayan realizado arrestos.
El dron cargaba un gran paquete que se estrelló en el patio de la prisión
La portavoz de la prisión, Chrysti Shain, ironizó sobre la reacción de los internos al afirmar: “Supongo que los reclusos que esperaban el paquete están de mal humor”, según recogió The Associated Press.
La publicación oficial incluyó una fotografía del botín: el filete aún en su envoltorio de supermercado, patas de cangrejo, la lata de Old Bay, varias bolsitas de marihuana y cartones de cigarrillos, junto al dron incautado.
Las autoridades de las prisiones de Carolina del Sur han tenido que reforzar las medidas de seguridad
Este episodio se suma a una serie de intentos cada vez más ingeniosos de introducir objetos prohibidos en las cárceles de Carolina del Sur.
De acuerdo con la información publicada por el medio The Associated Press (AP), las autoridades han tenido que reforzar las medidas de seguridad, elevando las cercas y añadiendo redes en la parte superior para dificultar el acceso de paquetes lanzados desde el exterior.
La evolución táctica que ha sido utilizada para el contrabando en Estados Unidos
El uso de drones representa una evolución en las tácticas de contrabando, que anteriormente incluían lanzamientos manuales o incluso catapultas para superar las barreras físicas. Ahora, los funcionarios penitenciarios patrullan de forma constante tanto el interior como el perímetro de las instalaciones, atentos a la presencia de pequeñas aeronaves no tripuladas que intentan dejar caer cargamentos ilícitos.
La legislación estatal establece que volar un dron cerca de una prisión constituye un delito menor, sancionado con hasta treinta días de cárcel, mientras que introducir contrabando es un delito grave que puede acarrear penas de hasta diez años de prisión.
Este fenómeno no es aislado en Carolina del Sur
En la madrugada del 6 de noviembre de 2022, un dron no tripulado se estrelló en el patio de una prisión federal del estado.
Las autoridades recuperaron un paquete cercano, envuelto en cargadores electrónicos, que contenía aproximadamente 38 gramos de metanfetamina pura. La investigación determinó que Roberts, junto a Antoinette Tyeisha Ricks y Tyree O’Bryant Russell, ambos de Savannah, Georgia, coordinaban la adquisición y distribución de metanfetamina dentro del penal federal.
El juez federal de distrito Joseph Dawson III sentenció a Russell, de veintitrés años, a dos años de prisión tras declararse culpable de intentar suministrar metanfetamina a un recluso federal, mientras que Ricks, de 36 años, recibió una condena de más de tres años por el mismo cargo. Roberts fue condenado a más de nueve años de prisión por intento de posesión de metanfetamina como interno federal, pena que se sumará a la que ya cumple, según informó The Associated Press.
La lucha contra el contrabando en las cárceles de Carolina del Sur continúa siendo un desafío constante para las autoridades, que deben adaptarse a métodos cada vez más sofisticados empleados por quienes buscan vulnerar la seguridad penitenciaria.